La falacia del jugador: qué es y cómo nos afecta
Una falacia es un argumento incorrecto, pero que en un análisis superficial es fácil que sea admitido como válido. El poder persuasivo de toda falacia subyace en su naturaleza persuasiva: sin un análisis sosegado es complicado identificar el error en la argumentación. Sin embargo, cuando se analiza con detenimiento, es posible notar que el paso de las premisas a las conclusiones no es adecuado.
En los juegos de azar, estos errores de argumentación son comunes. Aunque estos juegos están muy relacionados con la probabilidad, la mente suele tender a sacar nuestro lado más instintivo en ellos.
Así, en muchas ocasiones, precisamente para evitar la disonancia y seguir lo que mandan los instintos, los jugadores tranquilizan a su parte racional con argumentos y conclusiones erróneas.
Explicación de la falacia del jugador
La falacia del jugador, del apostador o de Montercarlo es un error lógico en el que se cree que los sucesos aleatorios pasados afectan a los futuros, en condiciones donde ambos son independientes. Esta falacia se manifiesta, principalmente, de dos maneras:
- En la creencia de que si un evento ocurrió con más frecuencia en el pasado -sin que hubiera una razón para ser así; por ejemplo, sacar más caras que cruces al tirar una moneda al aire-, entonces es menos probable que vuelva a ocurrir en el futuro. Un jugador puede pensar que no perderá la siguiente partida al llevar tantas derrotas perdidas.
- En la suposición de que si un suceso aconteció con menos frecuencia en el pasado, es más probable que suceda en el futuro. Además, reforzando la idea anterior, un jugador puede pensar que lleva tanto tiempo sin ganar que en la siguiente partida es muy improbable que no gane.
Estas dos creencias se sustentan en un error lógico, ya que cuando los eventos son independientes entre sí, sus apariciones en el futuro no se ven influenciadas por sus ocurrencias pasadas. Aunque la intuición de las personas las lleve a considerar lo contrario, la realidad es que no hay una conexión entre ambos sucesos.
Esta falacia también puede componerse de las siguientes ideas equivocadas:
- Un suceso aleatorio tiene más probabilidad de ocurrir porque no ha ocurrido durante cierto tiempo.
- El evento aleatorio tiene menos probabilidad de suceder porque ha ocurrido durante cierto periodo.
- Los acontecimientos aleatorios tienen más probabilidades de ocurrir si no han ocurrido recientemente.
- Un suceso aleatorio tiene menos probabilidad de ocurrir si ocurrió recientemente.
La falacia del jugador es una ilusión de control muy poderosa sobre eventos que son incontrolables. El apoyo para la susceptibilidad al control ilusorio se encuentra en el hecho de que se puede inducir a las personas a creer que pueden afectar el resultado de sucesos azaroso.
Los individuos que adivinan una serie de lanzamientos de monedas empiezan a creer que son mejores para predecir resultados que los demás (Lyon, Weeks y Elliott, 2013).
¿Por qué se produce la falacia del jugador?
Un estudio suministró evidencia de que esta falacia podría deberse a un desequilibrio entre el sistema cognitivo y el afectivo. El uso de esta se correlacionó negativamente con las capacidades afectivas de toma de decisiones (el sistema afectivo) y positivamente con la inteligencia general y el funcionamiento ejecutivo (el sistema cognitivo).
La correlación positiva con la capacidad cognitiva sugiere que a una mayor inteligencia y función ejecutiva, más alta es la probabilidad de incurrir en la falacia del jugador. Por el contrario, la implementación de la falacia se correlaciona negativamente (inversamente proporcional) con la capacidad de toma de decisiones, lo que propone que a mayor capacidad de toma de decisiones afectivas menor es la frecuencia de aparición de la falacia.
En otra investigación se encontró que la falacia del jugador parece resultar de la hiperfunción del sistema cognitivo (propicio para la implementación del modelo de mundo de falsas creencias) y de la hipofunción del sistema afectivo (que impide la creación de marcadores somáticos para las opciones desfavorables).
Contrario a lo que se observa en otros sesgos y falacias, la implementación de esta falacia requiere de mucho control cognitivo. Su presencia parece controvertir el hecho de que muchas decisiones erróneas en los juegos de azar se deben al impulso afectivo sobre ellas.
Resumiendo lo anterior, la evidencia apunta a que la falacia del jugador se debe a tres factores: un modelo de mundo falso, mecanismos cognitivos fuertes y mecanismos de toma de decisiones afectivos deficientes.
Ejemplos
Piensa que lanzas un dado y que sacas el número 3. La probabilidad de que esto suceda es de 1/6, ya que solo hay un 3 sobre 6 opciones posibles. Si lanzas 20 veces el dado, no importan cuantas veces caiga el 3, siempre será la misma probabilidad. Sin embargo, la sensación que tienes es que, si ya te ha salido el 3 varias veces, es menos probable que te vuelva a salir, o que si no te ha salido, es más probable que caiga en la próxima lanzada. ¿Te ha pasado esto alguna vez?
Otro ejemplo es cuando lanzas una moneda. Tienes la creencia errónea que si ya te ha salido tres veces seguida “cara” en el próximo lanzamiento saldrá “cruz”, ya que consideras que es menos probable que te vuelva a caer “cara”. No importa el número de lanzamientos que hagas o la cantidad de veces seguidas que haya salido un lado u otro de la moneda, la probabilidad siempre será la misma: 1/2.
La falacia del jugador también la podemos observar cuando creemos que, si un número de lotería salió recientemente, entonces es menos probable que vuelva a salir -es minúscula la probabilidad de que ese número salga dos veces seguidas, pero una vez que ha salido, en el siguiente sorteo la probabilidad es la misma que para el resto de números-.
También cuando pensamos que una mujer tendrá un bebé de determinado sexo porque previamente ha tenido varios del sexo opuesto. Como puedes observar, la falacia no solo aparece en los juegos de azar, también en otros ámbitos de la vida donde el azar y la probabilidad están presentes. Este error puede influir de manera negativa sobre lo que pensamos y sobre las decisiones que tomamos, por eso es importante que sepamos cómo evitarla.
Cómo evitar la falacia del jugador
Conocer esta falacia ya es un paso crucial para evitarla, aunque no es suficiente. Una vez reconozcas la posible influencia de la falacia sobre tus pensamientos y decisiones, intenta enfatizar la independencia de los eventos aleatorios ante los que te encuentras. Resalta la imposibilidad de que estos se afecten mutuamente.
Pasar a tus creencias por el filtro de la reflexión también es necesario. Por ejemplo, si estás considerando que te saldrá “cara” porque anteriormente te salió “cruz”, pregúntate: ¿cómo es posible que los lanzamientos se puedan influir?
Tómate el tiempo para reflexionar sobre tu pensamiento (metacognición) y verás lo falaz que puede estar siendo. Asimismo, te pueden ser útiles las técnicas para reducir el sesgo cognitivo.
Finalmente, para evitar la falacia del jugador no hay nada como tener unas buenas nociones de probabilidad. Cuando empleamos las matemáticas, esa ilusión que aparece en el desierto poblado de derrotas, y que invita al jugador a seguir apostando, desaparece.
El tema del que hemos hablado en este artículo no es, ni mucho menos, inocuo. Gracias a este sesgo, bancos de todo el mundo ganan enormes cantidades de dinero al año, mientras que muchos jugadores se arruinan esperando esa suerte que no es más probable que la primera vez que apostaron, por mucho que hayan perdido.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Huang, X., Zhang, H., Chen, C., Xue, G., & He, Q. (2019). The neuroanatomical basis of the Gambler's fallacy: A univariate and multivariate morphometric study. Human Brain Mapping, 40(3), 967-975.
- Xue, G., He, Q., Lei, X., Chen, C., Liu, Y., Chen, C., ... & Bechara, A. (2012). The gambler’s fallacy is associated with weak affective decision making but strong cognitive ability.
- Lyons, J., Weeks, D. J., & Elliott, D. (2013). The gambler’s fallacy: a basic inhibitory process?. Frontiers in Psychology, 4, 72.