Las 7 fuentes de ansiedad infantil más frecuentes
Cuando se piensa en la ansiedad, a menudo se hace en el contexto de los adultos. Lo cierto es que este trastorno también se puede manifestar en los más pequeños, aunque los padres no siempre lo saben identificar. Son muchas las fuentes de ansiedad infantil, y conocerlas es de gran ayuda para la prevención y la concienciación de un problema muy real.
Tal y como nos recuerdan los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la ansiedad infantil se distingue muy bien de los miedos y las preocupaciones típicos de la infancia. La intensidad de los síntomas y su prolongación son los puntos de partida para su diagnóstico. Hoy te enseñamos las principales fuentes de ansiedad infantil e información al respecto.
¿Qué tan común es la ansiedad infantil?
De acuerdo con los investigadores, la prevalencia de la ansiedad infantil puede alcanzar hasta el 20 % de la población mundial. Es un problema muy real, uno que además tiene múltiples manifestaciones.
Las fobias específicas, el trastorno por estrés postraumático, el mutismo selectivo, el trastorno de pánico, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno obsesivo-compulsivo y el trastorno de ansiedad social son solo algunas de ellas.
La ansiedad puede aparecer en etapas muy tempranas (tan tempranas como a los 14 meses). De hecho, la mayoría de los trastornos de la ansiedad que se manifiestan en la etapa adulta tienen su germen durante el periodo infantil. La evidencia indica que los comportamientos familiares y los patrones de crianza son catalizadores directos de todos estos trastornos en los más pequeños.
Aunque es verdad que durante las últimas décadas se ha logrado una mayor consciencia sobre los trastornos mentales, lo cierto es que aún queda mucho camino por recorrer. Los padres deben saber que los episodios son muy comunes, de manera que deben aprender a identificarlos.
Principales fuentes de ansiedad infantil
Como es de esperar, existen muchas fuentes de ansiedad infantil. Cada episodio corresponde con particularidades específicas, y no siempre tiene que existir un catalizador trascendente para que el desorden haga acto de presencia.
Te dejamos con las fuentes más importantes, teniendo como referencia la actualidad.
1. Conflictos familiares
Los expertos advierten que los conflictos familiares son una de las principales fuentes de ansiedad infantil. Ciertos estilos de crianza, las peleas entre los padres, los procesos de divorcio, la relación entre hermanos y los modelos de castigo que se aplican, entre otros elementos, pueden desencadenar o empeorar los episodios de ansiedad infantil.
El grado de apego que existe en relación con los padres, la autonomía que tienen los pequeños, el exceso de protección y la presencia de problemas similares en sus progenitores (estrés, depresión y demás) también tienen un impacto directo. La dinámica familiar es muy importante y cuanta mayor estabilidad haya, menor es la probabilidad de que el catalizador provenga de este contexto.
2. Fobias o miedos patológicos
El miedo es un componente que está presente en todos los niños. Están empezando a construir su visión de la realidad y asimilar qué cosas representan un peligro y qué cosas son inofensivas. Por tanto, es justo decir que, hasta cierto punto, el miedo es muy común en esta etapa. Por diversos motivos, los episodios pueden evolucionar a fobias específicas.
La teoría más aceptada dicta que los miedos a las alturas, las arañas, la separación, al agua y demás son un remanente evolutivo. Es decir, forman parte de estímulos que alguna vez resultaron desafiantes para el hombre. Surgen de manera espontánea en la niñez y, de acuerdo con muchas variables, desaparecerán mediante la experiencia o persistirán en la edad adulta.
3. Acoso escolar
El acoso escolar es otra de las fuentes directas de la ansiedad infantil. Ocurre de muchas maneras, ya que, como sabemos, no hace falta la mediación física para generar traumas.
Los expertos han encontrado que las consecuencias pueden persistir hasta la edad adulta, de manera que los episodios de ansiedad y depresión son muy frecuentes en personas que experimentaron acoso escolar en su infancia.
Existen muchas formas de prevenir el acoso escolar. La Asociación Americana de Psicología (APA) recomienda a padres y maestros implementar una actitud observadora, indagar más en los nuevos estilos de acoso, establecer canales comunicativos con los pequeños y enseñar a estos cómo gestionarlo.
4. Experiencias con la muerte
Como ya hemos comentado, los más pequeños están construyendo y consolidando su interpretación de la realidad. Por tanto, cualquier experiencia con cierto grado de trauma genera en ellos un impacto mayor. El ejemplo prototípico es la muerte.
La pérdida de un familiar, un amigo, un ser querido o una mascota sin duda es una de las principales fuentes de ansiedad infantil.
La muerte es un concepto muy abstracto, uno que no se asimila del todo por los pequeños hasta que lo experimentan de forma material. En función de la cercanía y de cómo se gestione por parte de los padres, puede ser un factor de estrés, ansiedad e incluso depresión infantil. Los padres deben estar al tanto de ello para evitar estos desenlaces.
5. La sobrecarga de responsabilidades
En un mundo cada vez más competitivo, las responsabilidades y las demandas que se destinan a los jóvenes a veces derivan en traumas. Esto puede ocurrir tanto por las altas expectativas y exigencias a nivel académico, como por el perfeccionismo que se les puede exigir en casa.
Los niños requieren un espacio para ocio, al igual que los adultos, de manera que cuando se este suprime desemboca en problemas como la ansiedad.
6. Uso inadecuado de las redes sociales
Es un secreto a voces que la adicción a los dispositivos, las redes sociales y a Internet se relaciona con varios problemas físicos y psicológicos. La edad de exposición a las redes sociales cada vez es menor, hasta el punto de que niños con un par de años de nacidos ya empiezan a incursionar en estas.
La gestión inadecuada tiene repercusiones en muchos sentidos: acceso a contenido inapropiado para la edad, acoso cibernético, trastornos del sueño por utilizar los dispositivos hasta altas horas de la noche y demás.
El control parental es muy importante, así como la distribución adecuada del tiempo de uso. Todo esto con el fin de eliminar este catalizador de las fuentes de ansiedad infantil.
7. Uso inadecuado de los videojuegos
Relacionado con el factor anterior, encontramos también la adicción por los videojuegos. Los investigadores han encontrado que el uso inadecuado de los videojuegos puede derivar en episodios de ansiedad, depresión y soledad. Los videojuegos no son peligrosos en sí mismos, lo es el uso irresponsable que se les da. Los padres deben operar como mediadores para su control.
Esperamos que la exposición de estas fuentes de ansiedad infantil sea de utilidad para que los padres puedan aplicar las medidas necesarias. En caso de que pienses que tu pequeño ya está atravesando un cuadro de ansiedad, no dudes en llevarlo a un especialista. Los trastornos de ansiedad se pueden tratar, y es mejor hacerlo antes de que empeoren ante la ausencia de una terapia.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Bhatia, M. S., & Goyal, A. Anxiety disorders in children and adolescents: Need for early detection. Journal of postgraduate medicine. 2018; 64(2): 75.
- Bögels, S. M., & Brechman-Toussaint, M. L. Family issues in child anxiety: Attachment, family functioning, parental rearing and beliefs. Clinical psychology review. 2006; 26(7): 834-856.
- Ginsburg, G. S., Siqueland, L., Masia-Warner, C., & Hedtke, K. A. Anxiety disorders in children: Family matters. Cognitive and Behavioral Practice. 2004; 11(1): 28-43.
- Gladstone, G. L., Parker, G. B., & Malhi, G. S. Do bullied children become anxious and depressed adults?: A cross-sectional investigation of the correlates of bullying and anxious depression. The Journal of nervous and mental disease. 2006; 194(3): 201-208.
- Wang, J. L., Sheng, J. R., & Wang, H. Z. The association between mobile game addiction and depression, social anxiety, and loneliness. Frontiers in public health. 2019; 247.