Garabatos: el lenguaje secreto de los niños
Los niños nos maravillan con sus ocurrencias. Al no tener interiorizada una forma estándar para comunicarse, pueden llegar a ser realmente originales en el contexto de la interacción social. Una de estas formas son los garabatos, es decir, trazos con un sentido particular y concreto que a primera vista pueden dar la sensación de no tenerlo.
A medida que los más pequeños crecen, su forma de comunicarse se vuelve más estructurada. Entonces, los garabatos van convirtiéndose en dibujos, palabras, frases e historias, como herramientas para su expresión.
En este artículo te mostraremos en qué consisten los garabatos que ejecutan los niños, por qué se trata de una forma de lenguaje secreto y algún dato curioso sobre este mundo tan expresivo.
Garabatos, ¿de qué se tratan?
Los garabatos son trazos creativos que suelen ganar en complejidad a medida que el pequeño crece. En un comienzo pueden aparecer más impulsivos y desordenados, ya que el bebé todavía no ha desarrollado una motricidad fina. Sin embargo, cada trazo va a contar con un sentido, que comprenderíamos si el dibujante nos pudiese explicar lo que ha dibujado o si dispusiéramos de los recursos suficientes para interpretarlos.
En su conjunto, los trazos pueden seguir un hilo conductor. En él pueden verse reflejados:
- Sentimientos.
- Deseos.
- Miedos.
- La etapa del desarrollo del niño.
- Los ritmos biológicos del niño.
Entonces, hablamos de una forma de comunicación. Por ello, los psicólogos y psiquiatras los interpretan, es decir, los utilizan como un instrumento para analizar los problemas del niño, bien sean biológicos porque dan cuenta de su desarrollo o psicológicos porque hablan de su mundo interno. Los garabatos cuentan esencialmente con dos componentes:
- El gesto. Consiste en la manifestación de la intención, la espontaneidad o el intento de trasmitir un mensaje.
- El trazado. Se trata del domino que muestra el niño. Es decir, la soltura o no que el niño manifiesta cuando realiza el dibujo.
Ahora bien, los garabatos están relacionados con aspectos sensoriales y motores, los primeros van en sintonía con lo que percibe el niño o con los estímulos a los que sea sensible; respecto a los segundos, es el elemento motor el que le va a permitir actuar sobre ese mundo exterior.
El lenguaje secreto de los niños
Los garabatos son una forma de lenguaje. Esto se debe que es una de las formas de expresión que tienen los niños. Aunque se trate de un acto primitivo, pueden estar cargados de sentido. Hablamos de manifestaciones con las que el niño tiende puentes de comunicación con el otro cuando no sabe cómo hacerlo con palabras o prefiere no hacerlo con ellas.
Tal como sugieren Evi Crotti, pedagoga y psicóloga, y Alberto Magni, médico que se dedica a las enfermedades psicosomáticas y a la psicoterapia, en su libro Garabatos el lenguaje secreto de los niños, “el hecho de garabatear sobre una hoja de papel posibilita la comunicación entre el niño y el adulto” (p. 19).
El lenguaje se presenta a través de diversas formas. Recordemos que se trata, según la Real Academia Española de ‘la facultad del ser humano de expresarse y comunicarse con los demás, a través del sonido articulado y otros sistemas de signos’; entonces, no solo se trata del habla, también de la escritura, de lo no verbal y de los símbolos, por ello, caben los garabatos dentro del lenguaje, al ser una forma de expresión. Es una forma de los niños de decirnos algo de su mundo interno.
Interpretación de los garabatos
Para poder interpretar los garabatos hay que tener en cuenta dos aspectos fundamentales:
- La maduración del sistema nervioso. En función de las capacidades representativas. Está caracterizada por bases bien definidas en las que se hace hincapié en: la motricidad, espacio, la función simbólica, y el lenguaje, entre otras cosas.
- No todos estamos capacitados para interpretar. Debemos ser conscientes de que, aunque existan unos parámetros que nos indiquen ciertas cosas, los únicos que pueden hacer una interpretación objetiva y que están autorizados legalmente para ello son los profesionales, que suelen ser psicólogos, psicopedagogos y psiquiatras, aunque esto dependerá de la legislación de cada país.
A continuación, te mostramos algunas pautas de interpretación, pero recuerda que esto va a depender de la singularidad de cada niño, y que no basta con las indicaciones que te demos para hacer una interpretación coherente y completa. Son más bien un indicio, que puede ayudarte por si sientes o te das cuenta que algo pasa; en todo caso no dudes de acudir a un profesional si lo consideras necesario.
Es importante observar para poder interpretar los garabatos de los niños. Hay que tener en cuenta:
- El modo. Permite valorar cómo sostiene el lápiz el niño para saber si se trata de una expresión tranquila y libre, o más bien de la manifestación de algún tipo de tensión.
- El punto de inicio. Cuando el niño comienza el dibujo en el centro de la hoja, suele indicar que él se sitúa en el mundo exterior. De no ser así, podría haber timidez o tensión.
- El espacio. Si se trata de un espacio bastante lleno, va a indicar confianza, extroversión y deseos de crecer; cuando está poco lleno podría ser la muestra a un niño con temor, inhibido e introvertido.
- La presión. Si se da de forma ligera, podría ser una muestra de naturaleza sensible; y al ser marcado, indica gran energía y necesidad de disponer de un espacio amplio.
- El trazo. Si es seguro es un indicio de soltura, y de no serlo, podría ser una muestra de algún miedo, o consecuencia de una educación excesivamente estricta.
- La forma. Cada círculo, línea, curva, ángulo, líneas quebradas… son el reflejo de cómo se sitúa el niño en el mundo, es decir, cómo se percibe y se desarrolla.
- El círculo. Se trata de la proyección de la imagen más conocida del niño: el rostro.
- Ángulos. Muestra tensión y resistencia.
- Garabato de trazos puntiagudos. Son muestra de una vida emocional intensa, y una petición de contacto debida a una preocupación.
- Líneas rotas. Significa miedo a la separación de los objetos de amor.
Los colores también pueden tener un significado , pueden mostrar rasgos de agresividad, alegría, amor, etc. La psicología del color nos ha mostrado cada uno de estos significados. Por ejemplo, el rojo podría ser sinónimo de impulsividad, el amarillo de alegría, el negro de miedo, tristeza o agresividad y el blanco de tranquilidad.
Los garabatos que hacen los niños pueden ser una muestra de su mundo interno. Estar atentos a ellos, puede ayudar a que sepamos cómo se están sintiendo. Se trata de un maravilloso lenguaje que cada vez va siendo más elaborado y que, aunque sea “secreto” porque en un principio lo desconocemos, a través de la interpretación podemos encontrar su significado y así ser más conscientes de su personalidad, y también de lo que les sucede.
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- Crotti, E, & Magni Alberto. Garabatos: el lenguaje secreto de los niños. Málaga España, Sirio.