Hábitos que reducen tu cociente intelectual
Hay una serie de hábitos que reducen tu cociente intelectual y que posiblemente estén en tu rutina. Se trata de costumbres que parecen inocuas o que aparentemente no guardan relación con tu nivel intelectual. Sin embargo, la ciencia ha comprobado que inciden de manera decisiva en cómo funciona tu cerebro.
Los hábitos que reducen tu cociente intelectual tienen que ver con la forma con cómo te alimentas y con el estilo de vida que llevas. Las investigaciones encontraron que ciertas acciones, llevadas a cabo de manera sistemática, afectan a las capacidades cognitivas.
Recordemos que el cociente intelectual es una “medida de la inteligencia” obtenida a través de la aplicación de pruebas psicométricas. Aunque no todos estén de acuerdo con esta métrica ni con las implicaciones que se pueden derivar de ella, lo que sí es evidente es que quienes tienen ciertas costumbres obtienen resultados son más deficientes. Veamos cuáles son esos hábitos que reducen tu cociente intelectual.
“Dijo Platón que los buenos son los que se contentan con soñar aquello que los malos hacen realidad”.
-Sigmund Freud-
Consumo de grasas saturadas
Las grasas saturadas son las grandes protagonistas en muchos de los alimentos que están a nuestro alcance. Las encontramos en los lácteos, las carnes grasas y los embutidos. La ciencia ha descubierto que este tipo de alimentos afecta el sistema cardiovascular. Aumentan el “colesterol malo”, perjudicando el funcionamiento de nuestro aparato circulatorio.
La consecuencia es que el flujo sanguíneo se reduce. Esto, a su vez, produce que llegue menos oxígeno al cerebro, lastrando su funcionamiento. Perjudica buena parte de los procesos en los que interviene el ejecutivo central e incluso altera el estado de ánimo, potenciando las emociones de valencia negativa, como la tristeza.
La multitarea, uno de los hábitos que reducen tu cociente intelectual
En el Massachusetts Institute of Technology, se llevó a cabo un estudio dirigido por el neurocientífico Earl Miller. La investigación se centró en los efectos de trabajar con la atención dividida, como ocurre cuando trabajamos en modo multitarea. Las conclusiones fueron claras.
El estudio indicó que el cerebro no está diseñado para hacer multitareas. Las personas generan la ilusión de que están haciendo varias cosas a la vez, pero en realidad, desde el punto de vista cognitivo, el proceso no deja de ser secuencial. Así mismo, el coste es alto en términos de buen funcionamiento intelectual.
Ver demasiada televisión
La televisión es un medio de entretenimiento muy popular. Sin duda, es una de las formas de distracción más económicas y al alcance de la mano. Genera una sensación de descanso porque no tenemos que emplear demasiados recursos, ni físicos ni mentales, para seguir lo que ocurre en la pequeña pantalla.
Sin embargo, el precio puede ser muy alto. Ver mucha televisión es uno de los hábitos que reducen tu cociente intelectual. No es solo que te vuelva pasivo, sino que, de un modo u otro, adormece tu cerebro.
No disfrutar de un descanso de calidad
El sueño de calidad es una de las costumbres que mejor cuidan de nuestro funcionamiento mental. Un buen sueño da lugar a que el tiempo de descanso se optimice en cuanto a su poder recuperador.
Los estudios nos dicen que los no duermen lo suficiente y con la suficiente calidad tardan menos en cansarse de una tarea, comenten más fallos y son más inestables emocionalmente. Además, son capaces de irritarse o enfadarse con una estimulación más débil o sostenida en el tiempo.
De la misma manera, hay evidencias de que dormir más hace que aprendamos mejor. Nos cuesta menos mantener la atención y contamos con una voluntad más fuerte para imponerse a la tentación de los redactores.
Consumir demasiado azúcar
El azúcar, en grandes cantidades, es otro de esos enemigos del buen funcionamiento del cerebro. Una investigación de UCLA constató que si una persona mantiene un consumo alto de azúcar durante seis semanas verá perjudicada su capacidad para aprender y memorizar. No es casualidad que la demencia tenga una mayor incidencia en las personas con diabetes.
El mismo estudio se evidenció que las frutas con demasiada fructuosa pueden producir el mismo efecto. En este sentido, reseñar que el consumo de azúcar en sí no es malo, de hecho es el principal alimento de nuestro cerebro. El problema aparece cuando hay un exceso.
Todos estos son hábitos que reducen tu cociente intelectual. Por lo tanto, lo más inteligente es mantenerlos bajo control. Que no sean hábitos, sino acciones esporádicas. No se trata de que lleves un régimen espartano, sino que cuides de ti para tener una vida más saludable y plena.