He necesitado más de lo que he amado
¿He necesitado o he amado? A veces, nos encontramos descubriéndonos que no hemos amado a esa persona a la que le profesábamos tanto amor. ¿Hemos estado viviendo, entonces, en una mentira? ¿Hemos mentido tanto a la otra persona como a nosotros mismos?
Hoy daremos respuesta a estas preguntas y veremos dónde se encuentra el límite entre la necesidad o el amor. O… ¿Tal vez no exista este límite? ¿Tendrá algo que ver la necesidad con el amor?
Quizás no era amor, tal vez era esa pequeña necesidad de sentir algo diferente. Algo que marcara mi vida por un momento
¿Amor o necesidad?
El amor es un sentimiento que nada tiene que ver con conceptos tan anticuados como la posesión. Ahora, sabemos que el amor es una sentimiento tan fuerte que supera cualquier barrera que pueda haber. Incluso, podemos amar a una persona que no necesariamente tiene que estar con nosotros porque, como bien hemos dicho, amor no significa tener o poseer.
Pero, cuando nos encontramos conviviendo con el amor de nuestra vida, tal vez nos descubramos necesitándolo más que amándolo. Piensa en esto: ¿Para qué necesitas a tu pareja? ¿En qué aspectos de tu vida se te hace imprescindible o la has necesitado? Seguramente, te des cuenta de que necesitas a tu pareja para la mayoría de las cosas de tu vida.
Por ejemplo, puede que necesites a tu pareja para que se ocupe de los niños, que se encargue de la compra, que te recoja del trabajo, que prepare la comida… Sin darte cuenta, a veces la necesidad cobra un papel mucho más importante que el amor.
El amor no es ciego, la que es ciega es tu necesidad de sentirte querido o querida y con compañía… y esa necesidad ciega te hace estar con quien incluso sabes que no deberías estar
Es entonces cuando debes pararte a pensar si aún amas a tu pareja, pues quizás ha llegado ese momento en el que tan solo la necesites. ¿Sabes qué ocurre cuándo ya no la necesitas? La relación empieza a resquebrajarse y por algún lugar se rompe.
He necesitado, pero también he amado
Tras esa necesidad, debemos ver si existen problemas más profundos como puede ser la dependencia emocional. Un problema que aún hoy en día muy pocas personas ven, pero que está ahí y mina a la pareja y a la propia persona poco a poco.
No podemos mantener una relación de pareja sana si tan solo necesitamos a esa persona, pero no la amamos o creemos amarla. Debemos aprender a estar solos y no a estar en pareja para evitar ese vacío que sentimos al no encontrarnos acompañados.
Imagínate que tu pareja quiere salir con sus amigos, pero en tu necesidad por mantenerla a tu lado te enfadas o le envías alguna indirecta de que no te gusta esta elección. Si te das cuenta, estás anteponiendo tu necesidad a tu pareja. Estás siendo egoísta, tan solo piensas en ti mismo.
La mejor manera de ser feliz con alguien es aprender a ser feliz solo. Así la compañía es una cuestión de elección y no de necesidad. Yo he necesitado… ¿y tú?
Pero, si no hay ningún problema psicológico que nos inste a buscar pareja, podemos pasar a hablar de otro punto. En toda relación hay una parte de necesidad de la que “debes” ser consciente. Eso sí, este punto de necesidad nunca debe sobrepasar al amor.
En el momento en que la necesidad sobrepasa al amor, es bueno que nos replanteemos la relación, ver en qué nos estamos equivocando… Porque, en ocasiones, creemos que necesitar en amor y no nos damos cuenta de que no estamos en lo cierto.
El amor en toda su esencia
El amor es algo tan difícil de definir que por eso se ve empañado, en este caso, por la necesidad. Una necesidad que no deja de ser egoísta, una necesidad en la que solo pensamos en nuestro propio bienestar, en nosotros mismos.
De lo que no somos conscientes es de que el amor es libertad, el amor no conoce etiquetas ni barreras, el amor es puro y vuela. Intentar reprimirlo, intentar agarrarlo, es un grave error. Es normal que necesites a tu pareja, pero tal vez esa necesidad no tenga nada que ver con el amor.
Soltar una situación o una persona no es ignorarla, sino aceptarla sin necesidad de controlarla. Soltar debe ser un acto de amor, no de miedo
Pregúntate las veces que haga falta: “¿he necesitado más de lo que he amado?”. Si es así, es importante dar un paso atrás y empezar a modificar ciertas actitudes que te estén llevando a ello. La necesidad es una zona bastante cómoda y agradable, pero es un lugar egoísta.
Debemos aprender a equilibrar el amor y la necesidad para así ser más felices en nuestras relaciones, pensando también en la otra persona. A todos nos ha gustado alguna vez que nos necesiten, pero más aún que nos amen.