El hexaflex: los procesos de la ACT
El modelo de terapia de aceptación y compromiso (ACT) se distingue por dar más relevancia al contexto. La ACT se centra en el contexto en el que se presenta la actividad cognitiva de las personas, reduciendo un tanto la importancia que las terapias de generaciones anteriores le han dado al contenido.
Uno de los objetivos principales de la ACT es desarrollar la flexibilidad psicológica y fomentar el contacto con el presente de manera consciente. A nivel teórico, el propósito del modelo es que las funciones verbales y cognitivas estén bajo una regulación contextual más exacta y voluntaria, con la finalidad de dirigir el comportamiento hacia los valores.
Según este modelo, hay seis procesos que generan flexibilidad psicológica: la aceptación, la defusión cognitiva, la atención al momento presente, el yo como contexto, los valores y la acción comprometida.
La relación entre estos procesos se suele representar con un hexágono al que se le conoce como hexaflex. A través de estos seis componentes, la terapia de aceptación y compromiso también busca que los individuos (Ribero-Marulanda y Agudelo-Colorado, 2016):
- Reconozcan y abandonen las estrategias de control de los eventos internos.
- Observen sus experiencias sin etiquetarlas.
- Se enfoquen en conductas orientadas a obtener resultados valiosos, para crear acciones flexibles y eficaces.
A continuación, revisaremos en qué consiste cada uno de los seis componentes o procesos del modelo hexaflex de la ACT.
El hexaflex
Como habíamos mencionado, el hexaflex es un diagrama hexagonal que, entre otras funcionalidades, sirve para clasificar y tratar los problemas de los clientes. Cada uno de los seis procesos en los que se basa corresponde a uno de los principios básicos de ACT. Con ese diagrama, el terapeuta también puede elegir un punto de partida para su intervención.
Recordemos que la ACT busca cultivar la flexibilidad psicológica, que no es más que la capacidad para afrontar, aceptar y adaptarse a situaciones difíciles. Cuando experimentamos situaciones estresantes, la flexibilidad psicológica nos protege contra los sentimientos negativos y puede promover nuestra salud mental. Además, es un amortiguador del estrés y de los resultados psicológicos negativos.
Veamos en profundidad en qué consisten cada uno de los procesos usados por la ACT para promover la flexibilidad psicológica.
1. La aceptación
Para el modelo hexaflex, aceptar es el acto de recibir lo que se nos ofrece, es tomar aquello que la vida nos trae: «tomarlo completamente, en el momento que se da, sin defendernos» (Hayes, 2013). La aceptación es una actitud que nos motiva a no evadirnos de lo que está ocurriendo en este momento.
La aceptación es una invitación a decirle sí a la vida, cuando luchar contra las experiencias desagradables tiene muy poco sentido -existen circunstancias que no podemos cambiar, como envejecer, y que no tenemos más remedio que aceptar-. Así pues, es una disposición a abrirnos al presente, a nuestra existencia y a los avatares en los que se desenvuelve. Esta apertura no es una autoderrota, sino un compromiso vital con el momento tal como es.
“La aceptación es realmente una manera distinta de estar en la vida, de convivir amablemente y a corazón abierto con nuestro paisaje interior, con lo que nos sucede y abrazarlo completamente”.
-O´Connell, 2018-
No resistir es la esencia de la aceptación, es no oponerse al fluir de la vida. Cuando asumimos la actitud de aceptar lo que nos acontece, no reaccionamos luchando ni oponiendo resistencia, pues esta pelea lo único que hace es añadir un malestar innecesario.
2. La defusión cognitiva
Es la estrategia que nos permite desligarnos de nuestros pensamientos, en específico, de aquellos que se han convertido en un problema para nuestra vida. La defusión cognitiva nos ayuda a comprender que ni las palabras ni los pensamientos son realidad.
La defusión cognitiva nos ayuda en los momentos en los que tenemos que enfrentarnos al desafío de gestionar pensamientos potencialmente ansiógenos e invasivos. Mediante esta estrategia aprendemos a observar los productos y procesos del pensamiento.
También nos permite desidentificarnos de nuestras ideas: “estoy teniendo el pensamiento …”, “estoy notando tal o cual pensamiento”, “estoy haciendo algo con mis pensamientos”. Gracias a ella, podemos notar la diferencia entre la actividad mental y nosotros.
La defusión cognitiva no tiene por objetivo cambiar los pensamientos disfuncionales por otros (como haría la reestructuración cognitiva), sino facilitarnos una perspectiva en la que los pensamientos no son realidad, sino creaciones de nuestra mente. Otros objetivos son los siguientes:
- Reducir el nivel de identificación que podamos tener con nuestras experiencias internas.
- Disminuir el carácter de verdad de los pensamientos.
- Disminuir la influencia de los pensamientos en nuestros comportamientos y experiencias.
- Facilitar la flexibilidad cognitiva.
3. La atención al momento presente
Sin la conciencia del momento presente, la atención se centra en nuestra vida psíquica. En el marco de la ACT, los terapeutas facilitan estrategias a sus clientes para que el foco mental empiece a pasar más tiempo en lo que sucede a nuestro alrededor, invitándonos a ser dinámicos también en el plano mental.
La idea es que, si nuestro entorno está en constante cambio y nuestra atención está pendiente de él, el contenido de nuestra vida psíquica también fluirá, evitando así las rumiaciones invalidantes.
Este entrenamiento es necesario, ya que la atención rígida y no presente se asocia con disfunción psicológica. Mientras que la atención plena se relaciona positivamente con nuestro bienestar psicológico (Bowlin y Baer, 2012). Asimismo, puede reducir diversos síntomas psicológicos y la reactividad emocional; además, mejora regulación del comportamiento.
A través de mindfulness se lleva la atención a la experiencia del aquí y el ahora con apertura, receptividad y curiosidad. En él podemos hallar un camino eficaz para el desarrollo de la aceptación, puesto que esta práctica implica un compromiso con el momento y con la vida tal como se manifiesta en el presente.
4. El yo como contexto
A menudo estamos fusionados con las historias y narrativas que nos contamos sobre lo que nos sucede y, como resultado, somos menos capaces de reaccionar con flexibilidad de un momento a otro.
Esta rigidez psicológica o inflexibilidad no está, necesariamente, vinculada con pensamientos negativos. Por lo que, podemos fusionarnos con creencias como: “soy una persona cariñosa” y, en consecuencia, perder la disposición de reconocer las formas en que esas ideas hieren o dañan a los demás. El yo como contexto no permite tomar perspectiva sobre estas historias y aflojar nuestro apego hacia ellas.
En el hexaflex, el yo como contexto es un espacio, una trascendencia, desde la que observamos nuestras experiencias. En un sentido, sostiene o contiene toda la experiencia y, en otro sentido, hay una escisión entre el yo como conciencia y el yo como contenido de los eventos psicológicos. Podemos decir que estas cualidades de inclusión y distinción fomentan patrones de comportamiento más flexibles (Chin y Hayes, 2017).
5. Los valores
En el hexaflex de la ACT, los valores son cualidades elegidas de ser y hacer. Cuando nos involucramos en acciones basadas en ellos, establecemos repertorios conductuales adaptativos: los efectos del refuerzo de una acción existen en el momento presente, en lugar de en los resultados externos que podemos conseguir (Chin y Hayes, 2017).
Los valores son un aspecto central en nuestras vidas, son nuestras brújulas, y nos orientan en la búsqueda de aquello que resuena en nuestro interior. Además, son uno de los fundamentos para tener una existencia auténtica. En este sentido, Van Deurzen (2002) sostiene que la vida auténtica consiste en tomar decisiones de acuerdo con los valores que reconocemos que vale la pena comprometerse.
En nuestra vida, los valores son el sustento sobre el que se configura el sentido existencial. Al comprometernos con su realización y con vivir de acuerdo con ellos, estamos construyendo una vida valiosa que valga la pena vivir.
“Mi vida solo tendrá sentido si desarrollo mi propio sistema de valores”
-Adams, 2012-
6. La acción comprometida
Una vida valiosa se configura a partir de acciones concretas guiadas por nuestro sistema de valores. Además, requiere del compromiso de recorrer, una y otra vez, el camino de lo que es importante para nosotros (O´Connell, 2018).
Desde la ACT, los compromisos no son promesas para realizar en el futuro. Más bien, son decisiones que se toman de momento a momento para construir acciones significativas. Los deslices en la acción comprometida no se toman como fracasos, sino como oportunidades para asumir la responsabilidad por la falla y volver a comprometerse con la acción centrada en valores.
La acción comprometida es quizás el eje central del cambio que plantea la ACT. La idea es que, una vez identificados nuestros valores, no comprometamos a trazar planes de acción alineados con ellos. De esta manera, evitaremos tener que resolver esas disonancias que tanto malestar nos producen.
Para concluir, el hexaflex nos haría más sencillo el reto de vivir una existencia significativa y valiosa, promoviendo que adoptemos una actitud vital de aceptación, apertura y no resistencia. Esta actitud se apoyaría en un ejercicio de valentía, el de definir nuestros valores de manera explícita y realizar planes de acción en los que estos se vean reflejados.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Adams, M. (2013). A concise introduction to existential counselling.
- Bowlin, S. L., & Baer, R. A. (2012). Relationships between mindfulness, self-control, and psychological functioning. Personality and individual differences, 52(3), 411-415.
- Chin, F., & Hayes, S. C. (2017). The Acceptance and commitment therapy and the cognitive behavioral tradition: assumptions, model, methods, and outcomes. In Hofmann, S. & Asmundson, G. Science of Cognitive Behavioral Therapy (pp. 155–173). Academic Press.
- Gloster, A. T., Meyer, A. H., & Lieb, R. (2017). Psychological flexibility as a malleable public health target: Evidence from a representative sample. Journal of Contextual Behavioral Science, 6(2), 166-171.
- Hayes, S. C. (2013). Sal de tu mente, entra en tu vida. Desclée de Brouwer.
- Masuda, A., Anderson, P. L., Wendell, J. W., Chou, Y. Y., Price, M., & Feinstein, A. B. (2011). Psychological flexibility mediates the relations between self-concealment and negative psychological outcomes. Personality and Individual Differences, 50(2), 243-247.
- O´Connell, M. (2018). Una vida valiosa: los procesos de la terapia de aceptación y compromiso. Ediciones B.
- Ribero-Marulanda, S., & Agudelo-Colorado, L. (2016). La aplicación de la terapia de aceptación y compromiso en dos casos de evitación experiencial. Avances en Psicología Latinoamericana, 34(1), 29-46.
- Schultz, J. (2021, 21 de marzo). What is act?The hexaflex model and principles explained. https://positivepsychology.com/act-model/
- Van Deurzen, E. (2002). Existential counselling & psychotherapy in practice (2ª ed.). Sage.