5 claves para identificar la adicción a los videojuegos
Los videojuegos son una forma de entretenimiento popular. Si en épocas anteriores este era considerado un tipo de ocio propio de adolescentes, hoy en día su uso se ha extendido a personas de todo tipo. Hombres y mujeres, jóvenes y adultos de diferentes culturas y estratos socioeconómicos disfrutan de esta actividad, llegando incluso a profesionalizarse. Por esta normalización, resulta complicado identificar la adicción a los videojuegos.
No se trata de que el uso de juegos electrónicos sea nocivo en sí mismo. Por el contrario, varios estudios han encontrado que estos pueden reportar beneficios a nivel de desarrollo cognitivo y social. El problema surge cuando el deseo de jugar es incontrolable y persistente, genera malestar o afecta a otras áreas de la vida del individuo.
No obstante, es común que los propios implicados no sean conscientes de su dependencia. Por lo mismo, es importante prestar atención a las siguientes claves que pueden indicar la presencia de una adicción.
¿Cómo identificar la adicción a los videojuegos?
Frecuencia de juego
Este parámetro es relativo ya que en función de las condiciones de vida de cada persona un número de horas puede considerarse excesivo o no. Sin embargo, si el individuo pasa más de cuatro horas diarias jugando, y especialmente, si pierde la noción del tiempo, podríamos estar ante una señal de alarma.
Incapacidad para dejar de jugar
Como ocurre con otras adicciones conductuales, es importante analizar si la persona tiene control sobre su comportamiento, en este caso sobre su uso de los videojuegos. Es decir, si es capaz de abandonar esta actividad para atender otras tareas o si siente un gran frustración e ira al tener que cesar el juego.
Igualmente, si su ánimo se ve afectado, apareciendo irritabilidad y mal humor al pasar un tiempo sin jugar, es posible que se haya generado una adicción.
Utilización de los videojuegos como regulación emocional
Los juegos electrónicos pueden ser un tipo de ocio adecuado siempre que se utilicen con un fin de entretenimiento. Sin embargo, en ocasiones estos comienzan a emplearse como un modo de regular las emociones desagradables; por ejemplo, ante situaciones de estrés o tristeza se recurre al juego para aliviar ese estado emocional negativo.
Incluso, es posible que la persona juegue para evadirse de una realidad que le causa sufrimiento o insatisfacción. Por ejemplo, si sufre aislamiento o acoso escolar o laboral. En este caso resulta peligroso que, ante la falta de otros recursos y estrategias más adecuados de gestión emocional, se utilice el mundo virtual para escapar del malestar.
Afectación de la salud
Al pasar numerosas horas frente a la pantalla, sosteniendo la misma posición durante un largo tiempo, puede llegar a verse afectada la salud.
Así, es posible que aparezcan dolores posturales de cuello o espalda, problemas óseos y musculares o dificultades de circulación. También puede verse afectada la vista apareciendo sequedad ocular.
Interferencia con la vida diaria
Sin duda, uno de los signos que más fácilmente pueden ayudar a identificar la adicción a los videojuegos es el grado en que la necesidad de jugar afecta a la vida diaria.
Es común que se produzca bajo rendimiento escolar o laboral, conflictos en las relaciones interpersonales o aislamiento, ya que el deseo de jugar lleva a la persona a descuidar el resto de áreas.
¿Cómo actuar tras identificar la adicción a los videojuegos?
Como hemos comentado, es posible que la persona que padece la adicción no sea consciente de su patología. Por ello, el entorno juega un importante papel identificando y ayudando a tomar conciencia de las señales de alarma. Especialmente cuando se trata de menores de edad, la supervisión de los padres resulta fundamental; pero, incluso en adultos, puede que sean las personas allegadas quienes logren sacar a la luz la adicción.
Una vez identificada la adicción, o en el momento en que surjan sospechas de que se padece, es importante actuar. Abandonar el juego por completo no siempre es la mejor alternativa, por lo que una reducción gradual que permita atender otros ámbitos y obligaciones es un primer paso fundamental.
Sin embargo, es probable que la adicción haya surgido en base a una serie de carencias como la mala gestión emocional o la baja autoestima. Por lo mismo, es muy recomendable buscar tratamiento profesional a fin de obtener los recursos para que abandonar la adicción resulte más sencillo y posible de lograr.
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