La 6 reglas de la simplicidad inteligente
Yves Morieux es un consultor del Boston Consulting Group y profesor en varias universidades del mundo que ha estudiado los entornos laborales y las empresas. En los últimos años se centró en el estudio de por qué hay tanta improductividad en las compañías y tanta falta de compromiso con el trabajo. Sus reflexiones lo llevaron a plantear el concepto de la simplicidad inteligente.
La simplicidad inteligente se define como una habilidad para transformar los problemas complejos en soluciones cooperativas, concretas y fácilmente entendibles para todos. Yves Morieux ha enfocado este concepto básicamente a los problemas de cooperación e integración en las empresas. Sin embargo, actualmente se aplica a todo tipo de grupos e incluso a las acciones individuales.
“La culpa no es por fracasar, es por fallar en ayudar o en pedir ayuda”.
-Jorgen Vig Knudstorp-
Las 6 reglas de la simplicidad inteligente son pautas destinadas a lograr que las organizaciones y los grupos funcionen mejor. Particularmente se orientan a conseguir que el clima laboral, la motivación y la solidaridad sean la nota predominante. Esto, a su vez, constituye un factor que aumenta la productividad y el compromiso. Veamos en qué consisten.
1. Entender qué hacen los demás, la base de la simplicidad inteligente
En el caso de las organizaciones, si cada trabajador entiende realmente cuáles son las funciones de sus compañeros , también podrá entenderlos mejor a ellos. Esto no se puede limitar a una descripción de sus funciones. Cada quien debe realmente comprender la complejidad de lo que hace el otro.
En otros grupos y en las relaciones personales también puede aplicarse esta regla de simplicidad inteligente. Implica hacer el ejercicio de ponerse realmente en el lugar del otro . No de manera superficial, sino entendiendo la complejidad de su lugar en el mundo.
2. Reforzar a los integradores
Reforzar a los integradores en el mundo laboral significa dar más poder y autonomía a los líderes o jefes. Esto es, permitirles que decidan sin tener que seguir intrincados protocolos de control o procedimiento, sobre todo para las decisiones que tienen que ver con la cooperación.
En la vida personal también se puede aplicar este principio de la simplicidad inteligente. Supone facilitar las decisiones de quienes tienen mayor habilidad o capacidad para conciliar intereses, o promover acuerdos. Si estas personas tienen amplio respaldo, se evitan muchos conflictos.
3. Incrementar el poder de todos los miembros
Cuando los trabajadores sienten que tienen un margen de poder sobre su labor, generalmente responden con un mayor nivel de compromiso. La simplicidad inteligente dice que se debe reforzar la capacidad de los empleados para usar su propio criterio e inteligencia, frente a su labor.
En la vida familiar y de pareja también es aplicable. Es muy saludable buscar equilibrios de poder. Que cada miembro tenga su propio margen de control sobre el espacio, objetivo y subjetivo, que se comparte. Esto hace que haya mejor disposición hacia los otros.
4. Extender la sombra de futuro
La “sombra del futuro” es un interesante concepto propuesto por Yves Morieux. Significa, en términos muy sencillos, ‘crear ciclos de feedback’. Esto es, organizar las actividades por ciclos. Al final de estos, evaluar las consecuencias de las acciones que se emprendieron al comienzo de los mismos.
Hacer retroalimentación sobre las acciones es fundamental. Tanto en el mundo personal, como en el mundo laboral. Promueve la simplicidad inteligente porque logra que cada quien se comprometa. También que logre identificar los puntos o aspectos, de su comportamiento o actividad, que están causando problemas.
5. Aumentar la reciprocidad
Al mismo tiempo que se promueve la autonomía, es muy importante reforzar la reciprocidad. Autonomía no es autosuficiencia. Tanto en el trabajo como en la vida diaria necesitamos de los demás. Sin embargo, hay barreras para evitar la cooperación. “Cada quien a lo suyo” se dice.
Estas barreras mentales, y a veces materiales, no facilitan la simplicidad inteligente. El sentido común nos dice que cuando hay colaboración mutua, se afianzan los vínculos, se mejora el clima del entorno y todo tiende a efectuarse mejor. Las culturas cooperativas son más eficientes y tienen mayor bienestar emocional.
6. Recompensar a quienes cooperan
Es tan importante la solidaridad para conseguir objetivos comunes, que siempre se deben reforzar todas las conductas cooperativas. La mejor manera de hacerlo es reconociéndolas y premiándolas de algún modo. Esto es necesario para reintroducir este gran valor en la cultura, en la familia, en la pareja, etc.
Se parte de la idea de que toda dificultad o todo conflicto se puede solucionar si hay cooperación. Si se pide o se facilita ayuda a tiempo, los resultados generalmente son óptimos. Por eso la solidaridad es el gran valor a instalar, reforzar y promover.
Las reglas de la simplicidad inteligente son el fruto de grandes estudios y largas reflexiones. Se han probado en la práctica y han demostrado ser eficaces para lograr algo que es muy importante en el trabajo y la vida personal: concentrarse en lo importante y dejar de lado lo trivial.