La autoestima en los adolescentes

La autoestima en los adolescentes es clave para su bienestar psicológico. Debemos trabajar en ellos varios procesos para que se desarrollen bien en este ámbito.
La autoestima en los adolescentes
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Sara Clemente

Última actualización: 12 diciembre, 2022

La autoestima en los adolescentes determinará su calidad de vida en la edad adulta. Este músculo psicológico erige una raíz primordial en el carácter del joven en esa etapa de cambios, de desafíos y dificultades donde necesitará sin duda, no solo de todo nuestro apoyo, sino de un apoyo inteligente, sensible y que valida. Un apoyo que logre ser de ayuda, en lugar de actuar como un muro que veta y prohíbe.

La adolescencia es un período complejo, lo sabemos. Una etapa del desarrollo evolutivo donde asentar identidades, valores, autoconceptos… De ahí la necesidad de experimentar, conocer y posicionarse en diversos roles. Por eso, es especialmente importante que la autoestima en los adolescentes sea alta, fuerte y saludable. De lo contrario, pueden emprender un camino desacertado.

Durante la adolescencia adquiere fuerza la necesidad de reflexionar profundamente sobre uno mismo. A su vez, el cerebro va madurando y se adquieren nuevas habilidades. Todo ello influye en el proceso de adquisición de una nueva identidad. De ahí que solo cuando hemos desarrollado un autoconcepto coherente de nosotros mismos, podremos construir nuestra autoestima.

“La adolescencia es un nuevo nacimiento, ya que con ella nacen rasgos humanos más completos y más altos”.

-G. Stanley Hall-

La autoestima es la valoración del autoconcepto

El autoconcepto es la representación mental global que tenemos de nosotros mismos. Se nutre del autoconocimiento. Por ejemplo “soy muy impulsivo cuando tomo decisiones”, “me divierte pasear con mi perro por el parque”, “soy muy competitivo cuando juego al fútbol” o “hablo de manera muy formal con mi tío”.

Durante los primeros años de vida, el autoconcepto es más moldeable. Y, por tanto, más susceptible de incorporar los valores, evaluaciones y expectativas provenientes de las figuras de apego. Ahora bien, durante la adolescencia es mucho menos coherente, más arbitrario y cambiante.

Así, estudios como el llevado a cabo en la Universidad de Tennessee nos señalan que los adolescentes con baja autoestima presentan una tendencia mayor a la violencia, consumo de drogas y tendencia a conductas sexuales de riesgo.

Chica adolescente mirándose al espejo

Al darnos cuenta de lo que somos y cómo somos, el autoconcepto también nos da información de cuánto valemos. Por tanto, el autoconcepto contiene la autoestima, la cual dependerá de la valoración que hacemos de nosotros mismos con relación a determinados aspectos.

¿Cuándo se forma la autoestima?

La autoestima se va forjando desde el nacimiento, al igual que el autoconcepto. Es, a su vez, fruto de la interacción de distintos factores:

  • Por un lado, genéticos (temperamento).
  • Por otro, los ambientales (personales, sociales y culturales).

Todos ellos se van asimilando e interiorizando a medida que vamos creciendo. Esta valoración de uno mismo puede ir variando con la edad. Asimismo, y de acuerdo con el modelo propuesto por Harris Clemens, la autoestima se desarrolla de manera positiva cuando los adolescentes logran el equilibrio entre estas cuatro dimensiones:

  • Vinculación: Capacidad de construir vínculos sanos, satisfactorios y recíprocos.
  • Singularidad: Reconocimiento de las características, habilidades o virtudes que lo distinguen y por las cuales también es reconocido y valorado por los demás.
  • Poder: Sensación de control sobre decisiones, capacidad de afirmarse, ser escuchado y manifestar de forma clara sus opiniones o deseos.
  • Pautas: Modelos de comportamiento deseable y puntos de referencia positivos que le sirven al adolescente para construir su sistema de valores.


¿Cómo se valora un adolescente a sí mismo?

Cuando le pides a un adolescente que se describa a sí mismo, normalmente lo hará atendiendo a atributos externos relacionados con su aspecto físico (atractivo, rasgos, figura…) y actividades realizadas (capacidades intelectuales y formas de relacionarse con los demás).

Su visión gira en torno a los conceptos de valía y competencia. Por ello, está muy relacionada con el éxito escolar, la competencia social y el equilibrio emocional. Además, la autoestima en los adolescentes experimenta diferencias en cuanto al género:

  • Las chicas suelen tenerla menor y más vulnerable. Les preocupa enormemente su apariencia física, el éxito social y su rendimiento académico.
  • La autoestima de los chicos se rige más por la dificultad de cumplir el estereotipo de hombre como tipo seguro de sí mismo, duro e intrépido.
Chico adolescente mirándose al espejo

Conductas que indican el grado de autoestima en los adolescentes

Dependiendo del nivel de autoestima que el adolescente tenga, así se verán influidos el resto de aspectos de su vida: escolar, familiar, afectivo, intrapersonal, etcétera. Además, esta valoración incidirá decisivamente en su personalidad posterior y en su felicidad.

Adolescentes con alta autoestima

Vamos a caracterizar a los adolescentes con una buena autoestima. Reúnen estas características:

  • Se sienten queridos y aceptados por su entorno.  Además, se encuentran motivados para aprender, probar cosas nuevas y están dispuestos a conocer mundo.
  • Suelen mostrarse optimistas respecto a su futuro y saben abordar sus problemas desde diversos puntos de vista.
  • Se establecen objetivos y metas a corto y medio plazo y son capaces de responsabilizarse de sus propios comportamientos y decisiones.
  • Conocen sus fortalezas y debilidades. Al igual que saben aceptar las críticas, son autocríticos y se enfrentan a los problemas.
  • Tienen estabilidad emocional y dan muestras de empatía.
  • Son sensibles ante las necesidades ajenas, se comunican fácilmente con las personas de su alrededor y mantienen una red saludable de contactos en su entorno.

Adolescentes con baja autoestima

No obstante, las conductas que dan indicios de baja autoestima en los adolescentes están encabezadas por una falta de confianza en sí mismos y en sus capacidades. Vamos a ver algunas de las señales más llamativas:

  • Se consideran inferiores a los demás, no respetados y no valorados. Esto hace que rechacen realizar actividades grupales en las que han de cooperar con los demás.
  • Sienten inseguridad y un paralizante miedo al fracaso.
  • A menudo, dan muestras de falta de disciplina, de compromiso y de asunción de su responsabilidad.
  • En su intento por sobresalir y dada su necesidad constante de llamar la atención engañan y mienten.
  • Echan la culpa a los demás y a menudo adoptan una actitud agresiva, violenta, regresiva, desafiante y antisocial.

¿Cómo ayudar a un adolescente a mejorar su autoestima?

En esta época de la vida, la relación con los pares y con la familia tiene una influencia mucho mayor en su autoestima que en la vida adulta. Por tanto, es importante tener en cuenta que determinados tratos tendrán más peso a la hora de configurar su identidad. Vamos a ver algunas acciones beneficiosas para la autoestima en los adolescentes:

  • Prestar atención al adolescente cuando sea necesario (es decir, manifestar un apego sano).
  • Reforzar de forma positiva todo aquello que contribuya a formar una autoestima sólida.
  • Inculcar dinámicas y acciones que fomenten las relaciones sanas.
  • Compartir los propios sentimientos y vivencias con el adolescente.
  • Nunca invalidar sus sentimientos.
  • Compartir alguna afición con el adolescente y pasar tiempo juntos.
  • Respetar sus elecciones en cuanto a pareja y amigos, siempre y cuando no supongan un peligro para su integridad física o mental.
Chica adolescente llorando en el puerto por la violencia en las parejas de adolescentes como la suya

¿Para qué sirve la autoestima?

Erik Erikson, conocido psicoanalista experto en el desarrollo psicosocial, determina que la adolescencia es un proceso de búsqueda de identidad y de sentido personal. Por tanto, aunque se establezca usualmente en términos de crisis y de caos hormonal es saludable y contribuye al fortalecimiento del ego del adulto.

La conquista de la identidad tiene que ver con la función que se desea desempeñar en el futuro y con las fuerzas educativas a seguir. La búsqueda de la identidad es una tarea vital.

En consecuencia, la autoestima contribuye a que nos aceptemos a nosotros mismos y que valoremos nuestras cualidades. Al igual que sabemos cuáles son nuestros defectos, debemos ser conscientes de las fortalezas que tenemos y sacarlas a relucir.

No es ser ególatra, es ser realista y alimentar nuestra autovaloración. La autoestima es una muestra de respeto hacia ti mismo y hacia los demás. Solo el que se respeta se hace respetar. Al igual que únicamente el que se valora, se pone en valor ante el resto de personas.


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