La comunicación no verbal o entender el lenguaje del cuerpo

La comunicación no verbal es capaz de transmitir mensajes completos sin necesidad de palabras. Incluso puede superponerse a un mensaje emitido verbalmente. Descubre más sobre ella en este artículo.
La comunicación no verbal o entender el lenguaje del cuerpo
Elena Sanz

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz.

Escrito por Elena Sanz

Última actualización: 23 diciembre, 2019

A la hora de transmitir un mensaje a nuestro interlocutor no solo es relevante el contenido, también lo es la forma. La comunicación no verbal se encarga, no de lo que decimos, sino de cómo lo hacemos. Aspectos tan relevantes que pueden comunicar valiosa información por si mismos, y complementar, aclarar o contradecir la información verbal.

En efecto, existen gestos con el valor suficiente para hacernos entender sin emitir una palabra. Por ejemplo, cuando pedimos la cuenta al camarero moviendo la mano en el aire, o cuando alguien levanta el puño en señal de amenaza. En ambos casos el mensaje se recibe claro y directo.

En otras situaciones la comunicación no verbal enfatiza o corrobora las palabras que se emiten. Como ocurre cuando expresamos “no tengo nada que ocultar”, mientras mostramos las palmas de las manos. Pero los hechos más conflictivos ocurren cuando la información transmitida por ambas vías es contradictoria. Por ejemplo cuando afirmamos “no me pasa nada”, mientras mantenemos el ceño fruncido y la mirada alejada del otro.

Es tal la importancia del lenguaje no verbal que, en estas circunstancias, se impone y es la información recibida por este canal la que nos resulta más fiable. Esto se debe a que constituye una reacción más natural, espontánea y menos controlada que las palabras. Por tanto, se interpreta como un reflejo más fiel de lo que verdaderamente piensa y siente la persona.

Hombre hablando mirando a los ojos

La comunicación no verbal

Conocer el lenguaje no verbal nos proporciona una ventaja social, pues nos ayuda a interpretar con precisión el estado interno del otro. Pero, además, saber emplearlo con sabiduría puede ayudarnos a transmitir la información de forma que sea mejor recibida por nuestro interlocutor. Por tanto, explorémoslo más en profundidad.

Kinesia

La kinesia recoge los movimientos corporales, postura, gestos y expresiones con los que transmitimos información. Dentro de ella encontramos elementos tan interesantes como la sonrisa, la mirada o el rapport. Esta última hace referencia al hecho de que cuando dos personas se encuentran en sintonía, se está produciendo entre ambas un interés y una escucha activa, ellas comienzan a adoptar las mismas posturas o movimientos corporales. Esto se produce de forma involuntaria, pero podemos prestar atención y utilizar esta técnica en espejo para mostrarnos interesados en el otro.

Por otra parte encontramos la postura corporal, de la que podemos deducir si la persona se encuentra relajada (cuerpo erguido y espalda recta), ansiosa (cuerpo rígido) o triste (encogido hacia delante). Igualmente podemos inferir si se encuentra receptiva (brazos abiertos) o a la defensiva (brazos y piernas cruzados). Sin embargo, estas apreciaciones han de estar siempre interpretadas bajo el contexto correspondiente.

Mujer a la defensiva

Proxémica

La proxémica versa sobre el grado de proximidad o distancia física que se establece entre varias personas durante una interacción. Así, en función de la confianza estableceremos un mayor o menor cercanía física. Hay que tener en cuenta que, dependiendo de las circunstancias particulares, acercar posturas puede interpretarse como una invasión o como una invitación a establecer una mayor intimidad.

  • Distancia íntima: no supera los 45 centímetros, por lo que permite hablar en susurros con el interlocutor. Está reservada a personas con quienes se tiene una gran confianza e incluso un vínculo emocional, como amistades, familiares o pareja.
  • Personal: hasta 1,20 cm, es la utilizada en reuniones amistosas o de trabajo.
  • Social: hasta 3,65 cm de separación, requiere emplear un tono de voz más alto para comunicarse, por lo que está indicada para relaciones más impersonales, como pudiera ser el camarero de un bar.
  • Distancia pública: de 3,65 cm en adelante, es la utilizada en charlas o discursos para dirigirse a un grupo amplio de personas.

Paralingüística

Recoge aspectos como la entonación, la fluidez o el volumen de voz que utilizamos. Estos elementos nos proporcionan valiosa información sobre el estado emocional (enfado si el volumen es alto o timidez si es bajo) y sobre la disposición o no a interactuar socialmente (ritmo modulado y fluido, o lento y entrecortado).

En definitiva, una gran parte de lo que transmitimos viene proyectado a través del lenguaje no verbal, por lo que hemos de estar conscientes de su importancia en ambas direcciones. Si deseamos saber lo que verdaderamente siente otra persona, atendamos a sus gestos, expresiones o tono de voz. Pero, también, aprendamos a regular nuestra propia comunicación no verbal para que nuestro mensaje sea recibido del modo que deseamos.


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  • Aguado, A. M., & Heredia, L. N. (1995). La comunicación no verbal. Tabanque: Revista pedagógica, (10), 141-154.
  • García, X. A. P. (2000). La comunicación no verbal. Liceus, Servicios de Gestió.

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