La consciencia desde una perspectiva neurocientífica

La consciencia desde una perspectiva neurocientífica
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 06 agosto, 2023

La consciencia siempre ha sido un campo polémico y difícil de investigar. Durante gran parte del siglo XX, la investigación sobre la consciencia fue sistemáticamente rechazada, tanto en el ámbito psicológico como científico. Esto se debió en gran parte al positivismo extremo de las perspectivas conductistas de la época, las cuales rechazaban por completo la terminología mentalista. Pero, tras los avances de la psicología cognitiva, creció la necesidad de investigar los procesos conscientes e inconscientes.

La consciencia es un constructo muy difícil de definir. El caso es que casi todos sabemos lo que es, pero pocas definiciones atinan a reflejar su complejidad. Quizás podamos definirla, simplificando en exceso, como la capacidad mental para conocer lo que está ocurriendo a nuestro alrededor o en nuestro interior de manera “activa”. La consciencia es lo que nos hace saber que nosotros somos nosotros y que estamos presentes dentro de los sucesos.

Cuando investigamos a fondo la mente humana, nos damos cuenta de que existen una cantidad enorme de procesos inconscientes. Por ejemplo, nosotros no nos encargamos de regular de la manera directa el latido de nuestro corazón o el movimiento de la lengua en nuestro discurso, simplemente pensamos en ellos y sucede. Ahora bien, ¿en qué medida nuestro procesamiento es consciente o inconsciente? ¿Qué caracteriza a los procesos conscientes y a los inconscientes?¿Qué bases neurofisiológicas constatan la existencia y función de la consciencia?

Hombre con luces en su mente

Características de los procesos conscientes e inconscientes

La primera cuestión que se plantea un científico que quiere estudiar la consciencia es cómo puede medirla. El problema radica en que se trata de un evento totalmente oculto a la observación directa. Por lo que tenemos que tomar medidas indirectas de ella; la más simple sería el propio informe de la persona. En muchas ocasiones funciona una norma: si es capaz de comunicarlo, es que ha sido consciente de ello.

Investigando de este modo nos damos cuenta de que podemos presentar diferentes estímulos a los sujetos de manera que puedan incluir a algunos en su comunicación y a otros no. Además, añadido a esto, también observamos que aunque el sujeto no sea consciente del estímulo, este puede influir en su conducta. Un ejemplo de esto son las técnicas de priming: la presentación de una palabra de manera inconsciente que facilita o dificulta la lectura de una palabra presentada después.

Ahora bien, nos podemos encontrar con diferentes niveles de consciencia dentro del procesamiento cognitivo:

  • Procesamiento subliminal: se da cuando la fuerza del estímulo es muy débil o la presentación muy breve, por lo que no alcanza el umbral de la consciencia. Sin embargo, este estímulo puede influir en la conducta o desencadenar algún tipo de procesamiento a partir de él. Señalar que no todos los expertos respaldan la existencia de este tipo de procesamiento.
  • Procesamiento pre-consciente: se da cuando los estímulos tienen la fuerza necesaria para superar el umbral de la consciencia, pero debido a una falta de atención esta no se produce por una falta de amplificación. Un ejemplo de esto es la ceguera inatencional: una ceguera a ciertos estímulos muy salientes por un desvío de la atención. Aquí podéis ver un vídeo curioso que lo ejemplifica.
  • Procesamiento consciente: es cuando el estímulo tiene la fuerza necesaria para superar el umbral y además los procesos atencionales le han permitido acceder a la consciencia. En este caso, los individuos reciben la información y pueden por tanto responder a ella de manera activa.

Es importante matizar que estas categorías son niveles de una dimensión y no categorías estancas. Lo que quiere decir que cualquier procesamiento puede encontrarse en cualquier punto entre no percibido y plenamente consciente.

Mente de un hombre en forma de laberinto representando el constructivismo

Bases neurofisiológicas de la consciencia

Una de las cuestiones claves en el estudio de la consciencia fue relacionar este proceso con correlatos biológicos o neurofisiológicos. Muchos investigadores han presentado multitud de modelos sobre el funcionamiento y función de este proceso, pero aún quedan en el aire muchos interrogantes. A su vez, las investigaciones han identificado algunas de las estructuras que pueden estar implicadas y del porqué de la existencia de la consciencia.

Para investigar las estructuras cerebrales de la consciencia, lo más sencillo es utilizar instrumentos de neuroimagen para comparar procesos conscientes e inconscientes. Los resultados de estos derivan en que existe una activación nerviosa añadida en aquellos procesos que son de carácter consciente.

Eso sí, al cambiar la tarea, las áreas activadas también cambian; parece ser que la consciencia no esta focalizada en unas estructuras determinadas, es posible que sea un trabajo de todo el encéfalo. Quizás, el factor más común entre los diversos estudios sea la activación de zonas parietales y frontales del encéfalo, pero estos datos hay que tomarlos con precaución.

Y respecto a la gran pregunta de ¿por qué tenemos una consciencia?, A pesar de que esta respuesta es difícil, la respuesta con más respaldo quizás sea que cumple la función de ser un sistema de cortocircuito. Es decir, un proceso supervisor que se encarga de evaluar la conducta del individuo y “cortocircuitar” los procesos si hay errores. Este supuesto sistema solo actuaría en aquellos procesos de gran relevancia para ahorrar recursos y ser más eficiente, lo que explicaría los distintos niveles de consciencia.

La consciencia es un proceso interesante y misterioso que ha tenido en vilo a muchos psicólogos, filósofos y neurocientíficos a lo largo de la historia. El desarrollo de la investigación nos ayuda cada día a conocer más la consciencia, sin embargo todavía nos queda mucho camino para entender en profundidad su auténtica realidad.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.