La limpieza doméstica: una terapia al alcance de todos
El concepto de “limpiar la casa” no solo tiene un significado literal, también tiene uno simbólico: deshacernos de cargas emocionales, dejar atrás aquello que ya no nos sirve. El desorden nos produce estrés y desasosiego. Y la limpieza doméstica, realizada como un ejercicio de “atención consciente” (mindfulness), puede traernos importantes beneficios y convertirse en una terapia.
Para ello hay que entender la tarea de la limpieza doméstica como un acontecimiento positivo y un ejercicio de alivio del estrés. Es importante estar dispuestos a realizar con otra actitud una de las tareas más universales y que peor fama suele tener: la limpieza doméstica.
Algunos ejemplos de la limpieza doméstica como terapia
A continuación, vamos a poner algunos ejemplos de cómo la limpieza doméstica puede repercutir en una limpieza interior. En algunas culturas la limpieza de la vivienda es una actividad de gran valor y suma importancia.
Por ejemplo, en Japón “Oosouji”, que significa “limpiar a fondo”. Ellos realizan esta limpieza el 28 de diciembre para recibir el año nuevo con la casa limpia. Los japoneses ven como un mal augurio el arrastrar viejos trastos y asuntos al año nuevo.
Profesionales de la salud afirman que puede haber algo de relajante e incluso meditativo en realizar la limpieza doméstica. Según la psicóloga Isabela Pérez-Luna, “limpiar y ordenar funciona como una manera de hacer catarsis y también de deshacerse de cosas que uno siente que ya no necesita”.
La consultora Marie Kondo también nos explica en su libro “La magia del orden” (Ed. Aguilar, 2016) que mantener la casa en orden influye directamente en nuestra felicidad y bienestar mental.
Por su parte, en una entrevista, la actriz británica Helena Bonham Carter aseguraba que “limpiar la casa y realizar labores domésticas sirve de terapia”. La pareja y musa del director Tim Burton, asegura que ya no necesita pagar tras haber descubierto el “poder terapéutico de las labores domésticas”. Ella afirma que “tener la casa ordenada, te ayuda a ordenar la cabeza”.
La limpieza en el budismo
En el budismo también se concibe la limpieza como una forma de meditación que se lleva a cabo todos los días. Los monjes budistas consideran la limpieza doméstica como un ejercicio espiritual mediante el cual cultivan y purifican la mente, el alma y la vida.
No olvidan que uno de los discípulos de Buda encontró el nirvana mientras estaba barriendo. Para los budistas nuestro entorno está conectado con nosotros y refleja nuestra mente. Explican que cuando ese entorno es desordenado, nuestra mente también lo es. Así mismo, si mantenemos hermosa nuestra casa, nuestra mente estará clara y tranquila.
También consideran que al realizar la tarea de la limpieza, nuestra mente se concentra en el presente. El vivir en el “aquí y ahora” es una de las llaves de la felicidad y éxito en la vida.
Decálogo de la limpieza doméstica para el bienestar
En su libro Manual de limpieza de un monje budista (Duamo ediciones, 2013), Keisuke Matsumoto expone un decálogo de recomendaciones para elevar nuestro bienestar mediante la limpieza doméstica:
- Tratar los objetos con cuidado. Piensa que cualquier objeto ha sido creado con esfuerzo y dedicación y hay que respetarlo.
- Tener gratitud hacia los objetos que nos han sido útiles y deshacernos de ellos cuando no los necesitemos. Se les puede dar una nueva luz transfiriendo estas cosas a quien pueda hacer buen uso de ellas.
- Es preferible hacer la limpieza a primera hora de la mañana. Si empezamos en silencio, rodeados por la calma, cuando los demás aún duermen, nuestro corazón se sentirá en paz y nuestra mente despejada.
- Por la noche, antes de irnos a dormir, debemos recoger, guardar y ordenar las cosas que hemos utilizado y desordenado durante el día. Así facilitaremos la limpieza al día siguiente.
- Si conseguimos limpiar por la mañana y ordenar por la noche, notaremos como nuestro ser se mantendrá despejado a lo largo del día.
- Antes de limpiar, hay que abrir las ventanas y ventilar para purificar el aire. Sentir en la piel la frescura del aire que entra, hace que uno se sienta más despierto y puro.
- Sentir el aire cuando ventilamos hace que nos pongamos en contacto con la Naturaleza. La ventilación es templada y agradable en primavera y otoño, calurosa en verano y gélida en invierno. Percibir su bondad y su dureza en la piel nos pone en contacto con nuestra fragilidad y al mismo tiempo con la fuerza de la vida.
- Para respetar la vida, evitando que proliferen los insectos y tener que matarlos innecesariamente, debemos recoger después de las comidas.
- En vez de arrepentirnos del pasado o preocuparnos por el futuro, debemos vivir plenamente el ahora y esforzarnos por no arrepentirnos mañana. Aplicado a purificar el alma mediante la limpieza sería: “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”.
- Repartir y rotar la limpieza entre todos los miembros de la familia ayuda a valorar lo que los demás hacen por nosotros. Comprender que nuestras existencias dependen unas de otras nos ayuda a trabajar en equipo.
La limpieza domestica, un momento terapéutico
Efectivamente, la necesidad de limpiar y organizar nuestros entornos, responde a la necesidad de regeneración. Y realizar la limpieza de nuestro entorno se puede transformar en nuestro momento de meditación diaria o semanal. Se trata de aprovechar la ocasión para realizar un ejercicio de Mindfulness.
Hay que intentar que el momento de la limpieza no sea el de intentar solucionar los problemas que nos preocupan, ni de ver la televisión, ni de discutir con nuestra pareja…
Es necesario centrarse en el acto, ordenar, guardar silencio y, sobre todo, prestar atención a lo que se hace. Esta atención plena nos permitirá lograr un estado meditativo en el que se logra disminuir las ondas cerebrales.
De esta manera se reducen los niveles de estrés y de ansiedad. Es así como la limpieza doméstica se puede convertir en un ejercicio físico y espiritual reparador.