La primera visita en psicología, ¿qué pasará en esa sesión?
Cada vez son más personas las que toman la decisión de concertar una primera visita en psicología por diferentes razones, las cuales pueden ser: dificultades con la pareja, sentimientos de ansiedad o desesperanza, las rabietas de nuestro hijo o un duelo que no conseguimos superar. Las razones pueden ser muchas, pero hay un elemento común: existe sufrimiento y sentimos que nuestras acciones para evitarlo hasta ahora no han funcionado.
Generalmente, las personas suelen decidir ir al psicólogo por su propio pie para conseguir evolucionar en algunos aspectos en los que consideran que se encuentran bloqueados, excepto en los casos donde la petición es externa como en el caso de algunos menores, adicciones o ciertos procesos judiciales. En este sentido, la sociedad cada vez acepta más la figura del psicólogo, no solo para el tratamiento de ciertos trastornos, sino para la búsqueda del crecimiento personal.
Aunque no lo parezca, ya ha pasado una parte muy difícil de ir al psicólogo: decidirte finalmente a ir. Testigo de ello es una imagen expectativa-realidad que han creado algunos pacientes sobre cómo ha sido este proceso para ellos: una línea con muchos picos arriba y abajo.
Simboliza las muchas veces que dijeron que concertarían una cita y cómo había tenido que pasar el tiempo y varias crisis hasta conseguir llegar finalmente. Otras personas comparten la angustia que sintieron en esos minutos previos en la sala de espera y otros sonríen con esa primera frase nerviosa: “bueno pues ya estamos aquí”. ¿Ahora qué?
El primer contacto de la primera visita en psicología
Después de saludarse, psicólogo y paciente se sientan y empiezan a trabajar por primera vez juntos. Normalmente, se deja que el paciente hable sobre lo que crea conveniente, aunque se podrá echar una mano siempre que la persona lo necesite. En el caso de los niños, puede empezarse con juegos u objetos intermediarios. El contenido habitual en este primer contacto suele ser qué te ha traído aquí o en qué necesitas ayuda.
Hay algunos pacientes que van enlazando los temas desde el principio y los datos necesarios se van completando sucesivamente. En otros casos, se suele realizar una entrevista más estructurada de pregunta-respuesta. Tanto esta estructuración de la entrevista, como los tiempos y otros factores sobre la forma dependerán de cómo el psicólogo perciba que el paciente puede sentirse más cómodo en esta primera visita.
Es importante saber que por muy dura que sea esta primera visita, el vínculo entre paciente-psicólogo se empieza a forjar aquí y, por lo tanto, que se sienta confianza es un requisito indispensable. Esta vinculación terapéutica se considera uno de los predictores más importantes que determinarán el buen funcionamiento y el éxito de la psicoterapia.
Información relevante
Existen ciertos elementos que no pueden faltar en una primera visita en psicología para realizar una anamnesis completa. En primer lugar, datos personales como nombre, formas de contacto, situación laboral, fecha de nacimiento o similares. Después, suelen recogerse datos para realizar lo que se conoce como un genograma, es decir, un esquema con información básica familiar sobre cada uno de los miembros y las relaciones interpersonales entre los mismos. En el caso de los adultos, se suelen realizar dos genogramas: el de la infancia y el actual.
Así, es especialmente relevante obtener información acerca de las relaciones sociales, laborales y sexo-afectivas, así como los roles que el paciente tiene que ejercer en su día a día en los diferentes ámbitos. Por otra parte, también es común recopilar información médica y psiquiátrica relevante, como posibles antecedentes, medicación, enfermedades físicas o psiquiátricas relevantes, etc.
Por último, se deja un espacio para recoger eventos importantes en la vida del paciente, entendidos como situaciones en su historia vital que, de alguna forma, han marcado su proceso de vida, puede ser un fallecimiento, un traslado, etc. Para finalizar, puede dejarse apartado para añadir cualquier cosa que el paciente considere necesaria para esta primera visita en psicología.
Otras formas de evaluación en la primera visita en psicología
En ocasiones, los apartados anteriores ya cubren la mayor parte de esta primera visita en psicología. Sin embargo, en algunos casos pueden emplearse otros métodos de exploración que ayuden a clarificar la hipótesis diagnóstica, así como al establecimiento de objetivos terapéuticos. Estos dos aspectos marcarán hacia dónde va el camino de la psicoterapia y cuándo finalizará una vez conseguidos los objetivos.
La utilización de unos u otros métodos de evaluación dependerá del criterio, la orientación o la forma de trabajo del psicólogo. Algunas de las más habituales pueden ser la administración de cuestionarios, que suelen constar de preguntas sobre algunos aspectos ya comentados en la entrevista. Estos cuestionarios, generalmente, están formados de una batería de preguntas sobre aspectos psicológicos y sociales, y se responden a través de la alternativa de respuesta que más se ajusta a la situación personal.
Por otro lado, también pueden utilizarse para la evaluación técnicas más activas, como la línea de la vida o las esculturas . Estas técnicas de evaluación permiten visualizar nuestro recorrido vital con una mirada privilegiada hacia el presente y el futuro, creando así conexiones entre estos momentos temporales. Estas formas de trabajo suelen utilizarse en terapias de orientación humanista y tienen la ventaja de ayudar a superar las defensas iniciales del paciente.
Es de especial importancia que, al final de esta entrevista, quede clara la respuesta a las preguntas: ¿qué te sucede?, ¿desde cuándo? y ¿a qué crees que se debe?
Contrato terapéutico
El contrato terapéutico es lo que da estructura a la psicoterapia. Como hemos comentado, un factor clave en el proceso terapéutico es la vinculación y relación de confianza que se establece entre el psicólogo y el paciente. Pues bien, esta relación a la vez está sostenida por el contrato terapéutico, configurado por las normas a seguir durante el proceso.
Algunas de las partes de este contrato suelen ser: la frecuencia y duración de las visitas, los honorarios, qué pasa si el paciente falta a una visita sin avisar, el formato presencial u online, etc.
Además, el psicólogo deberá informar de dos aspectos fundamentales que le conciernen a él. En primer lugar, la confidencialidad de las sesiones, en la que se compromete a no hablar en el exterior de nada de lo que pase durante el proceso terapéutico. Y, en segundo lugar, los objetivos principales de trabajo y algunas pinceladas sobre la forma de trabajo.
El contrato terapéutico establece los límites que permiten que la psicoterapia funcione. Este contrato puede realizarse o bien por escrito o bien hablado y, aunque parezca de sentido común, es necesario explicitarlo para ocasiones donde se puedan poner a prueba estas normas. Será entonces cuando el contrato terapéutico de nuestra primera visita nos ayude a volver a los márgenes establecidos y, por lo tanto, a salvaguardar el buen funcionamiento de la terapia.
Empieza el camino y vas acompañado
Una vez realizada esta sesión de primer contacto y algunas formalidades pertinentes es cuando empieza el camino hacia los objetivos establecidos en esta primera visita en psicología. Es decir, que al salir de la entrevista seguramente ya sabes hacia dónde vas y quién te acompaña, ahora solo falta empezar a caminar.
No vamos a mentirte: no siempre será un camino fácil ni en línea recta, ni siquiera caminarás siempre hacia adelante, a veces necesitarás retroceder o parar para coger aire. También encontrarás obstáculos, heridas que quizás no sabías que tenías y podrás ver tanto tu luz como tu sombra.
A veces, al salir cruzarás la puerta esperanzado, otras dolido o cansado. Eso sí, podemos asegurarte una cosa: si continuas más allá de esta primera visita en psicología estarás acompañado y cuidado mientras todo esto suceda.