Lápiz y papel

Lápiz y papel
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 20 marzo, 2015

“Para mí, el mayor placer de la escritura no es el tema que se trate,

sino la música que hacen las palabras”

-Truman Capote

 

¡Tanto email, tanto skype, tanto “wasap”!..¿Qué quedó de aquel lápiz y aquel papel?, ¿Dónde quedaron esas cartas, esas felicitaciones navideñas que alguna que otra vez aparecen por casualidad en un cajón y que releemos con nostalgia?.

Las nuevas tecnologías parecen haber escrito el final del lápiz y al papel cuando esta forma de ayudar a nuestra memoria, de comunicarnos o de aclarar nuestros pensamientos todavía debería tener mucho que decir.

Antes era lo que había, ¿Qué hubiera pasado si tu abuelo no le hubiera escrito desde la guerra esas cartas a la que sería su esposa, tu abuela? Pues, posiblemente, no estaríamos aquí… seguro que no hubiera sido tan romántico como un e-mail o un mensaje de texto…

Y que hubiera pasado si Viktor Frankl no hubiera ido recopilando en pequeños papeles que encontraba por aquí y por allá en el campo de concentración relatando todas aquellas terribles experiencias que vivió y que han quedado plasmadas en su maravilloso libro “El hombre en busca de sentido”…

¿Qué sería el mundo del Arte y la cultura sin los monjes escribanos de la Edad Media?… Pues seguramente sería un mundo diferente, un mundo que en cierto modo estamos perdiendo con la costumbre de “escribir a mano ya no está de moda”.

Sin embargo, ahora la escritura a mano se ha visto relegada a un segundo plano frente a otras opciones cuyas ventajas son claras. Podemos escribir algo con un teclado y en menos de lo que tardamos en pensarlo ya puede ser compartido y abierto, literalmente, al mundo.

Esta forma de escritura tecnología ha hecho que la comunicación y la expresión se haya vuelto mucho más democrática y que los censores tengan su trabajo mucho más difícil a la hora de tapar un mensaje potencialmente viral o atractivo.

Pero a cambio de esta inmediatez, hemos sacrificado otras ventajas que tiene la escritura a mano y que por el contrario la escritura virtual no tiene. En primer lugar, la escritura tradicional es mucho más acorde con los movimientos naturales que realizamos. Así, probablemente habréis notado, cuando habéis vuelto a practicar este tipo de escritura, que tiene un extraordinario poder relajante.

Se lleva la ansiedad porque evita que trabajemos en modo “multitarea”. Cuando tenemos un folio delante solamente hay un folio y no tres o cuatro programas abiertos y entre ellos un navegador que reclama nuestra atención ya que a través de él podemos acceder a información nueva, que se renueva cada instante, y que tiene que ver con temas que nos gustan.

¿Por qué? Porque con nuestra escritura, con nuestra manera de escribir única, va la expresión de nuestra personalidad. Todo el mundo puede escribir con “Arial” o con “Time New Roman” pero con tu letra solamente puedes escribir tu. Así, la escritura tradicional supone un encuentro con nosotros mismos, algo que se nota especialmente cuando escribimos algún tipo de texto personal, ya sea a modo de carta, diario, relato, etc.

Como dato os diremos que parece que ya los surrealistas entendieron este profundo significado de la escritura; ellos empleaban lo que denominaban “la escritura automática“, una forma de escritura que consistía en escribir sin cesar dejando que el subconsciente aflorara, a través del escrito.

Dicho esto, vamos a hablaros de la grafoterapia o de cómo podemos utilizar la escritura para que nos ayude.

 

¿Qué es la grafoterapia?

 

La grafoterapia es una forma de intervención que trata de aprovechar la relación que existe entre nuestra personalidad y nuestra manera de escribir. A grandes rasgos, podríamos decir que si nuestra personalidad se expresa a través de nuestra forma de escribir, ¿Cambiando nuestra letra, podremos modificar nuestra personalidad?

Los beneficios de la grafoterapia son múltiples: combatir la ansiedad y el estrés, mejorar la comunicación con los demás, fomentar la creatividad, la claridad mental, para el mal carácter y/o la agresividad, la inseguridad y la falta de autoestima, las obsesiones, la falta de atención y un largo etc.

Así es que desde aquí te animamos a que cojas un lápiz y experimentes el pequeño y maravilloso placer de escribir.

escritura a mano

¿Qué ayudas podemos utilizar para retomar al escritura a mano? ¿Cómo le trasmitimos su valor a las futuras generaciones?

 

  • Envía postales tradicionales de Navidad a tus seres queridos.
  • Anímate a escribir tus sentimientos cuando tengas un rato libre o antes de dormir. Es una estupenda forma de desahogarte y de entenderte mejor a ti mismo.
  • Enseña con el ejemplo. Deja que tus hijos vean que te gusta escribir a mano tus recetas de cocina, la lista de la compra cartas, postales etc.
  • Juega con tu hijo a escribir adivinanzas, chistes, cuentos
  • Pide a tu hijo que te haga la lista de la compra.
  • Juega a escribir cartas y meterlas en un buzón de casa.
  • Felicita a tus hijos cuando escriben. Ofrécele refuerzos positivos como ¡Pero qué bien lo haces! ¡Qué letra más bonita tienes! ¡¿No te gusta?, pues a mi me encanta, cambia lo que no te gusta pero sigue así!
  • Usa plastilina para formar letras cuando tus hijos son pequeños y jugad a formar palabras divertidas con letras de cartón.
  • Haz un libro familiar. Podéis formar parte todos. Incluir fotos, postales y otros recuerdos familiares.
    Escribe tu diario y ofrécele la idea también a tus hijos. Es una sensación maravillosa cuando lo lees al cabo de los años y ves como eras entonces y como has crecido como persona.
  • Utiliza un abecedario magnético en el frigorífico. Puede ser muy divertido dejaros mensajes.
  • Sorprende a tu pareja o a tus hijos con una carta escrita y escondida bajo la almohada o guardada en un cajón.
  • Escribe tus propias cartas. Confía en ti, no delegues en los demás tu escrito, con la típica frase “Tú redactas mejor que yo”.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.