Las grandes frases de Esquilo, el rey de la tragedia griega
Las grandes frases de Esquilo nos trasladan a un mundo trágico en el que el destino nos atrapa sí o sí. Reconocido como uno de los grandes trágicos griegos, junto con Sófocles y Eurípides, su concepción de la vida ficticia está marcada por la moira y el hybris.
Recordemos que la moira es la fatalidad eterna. Dicha fatalidad nos alcanzará siempre, pues rige la naturaleza al completo por encima incluso del poder de los dioses. Así pues, por mucho orgullo y desmesura que mostremos, o sea, hybris, nada se puede hacer por escapar del destino, pues a todos nos llega el justo castigo.
Dicho esto, nos centramos en una serie de frases de Esquilo que nos muestran una forma de ver el mundo que, de una manera u otra, todavía hoy, 2500 años tras su muerte, podemos considerar actuales.
Las grandes frases de Esquilo
Recordemos que Esquilo vivió entre el 525 a.C. y el 456 a.C., en plena época de esplendor griego. Una brillantez sustentada en el conocimiento, pero también en el éxito en los campos de batalla, como el que cosecharon en Salamina o Maratón frente a los persas.
Entre sus obras más destacadas sobresalen la trilogía de la Oerstíada, Prometeo encadenado o Los siete contra Tebas, donde destaca la tensión entre la creencia clásica y los nuevos movimientos griegos, más racionalistas y democráticos.
A continuación te dejamos una selección de las mejores frases de Esquilo.
La verdad
“La verdad es la primera víctima de la guerra”.
Para Esquilo, la verdad siempre perece durante las guerras. Lo primero son los intereses, ante los que se puede mentir y manipular en pro de un fin diferente, la victoria final; aunque para lograrla tengan que perecer miles de vidas humanas.
Las relaciones familiares
“Parentesco obliga”.
Tan simple que hasta puede asustar. Esquilo muestra la importancia de las relaciones familiares y cómo estos lazos se han traducido siempre en compromisos. En la antigua Grecia no era extraño que un padre, por ejemplo, tuviera hijos que heredarían fuera del matrimonio. Sin duda, esta forma de pensar era bastante avanzada para la época, pues no siempre los familiares respondían a los compromisos asociados socialmente a este tipo de vínculo.
La paternidad
“Es una gran felicidad ver a nuestros hijos alrededor de nosotros; pero de esta buena fortuna nacen las mayores amarguras del hombre”.
Sin duda, estudiar las relaciones familiares en la antigua Grecia merecería toda una extensa investigación. No obstante, esta frase tiene pleno significado tanto entonces como ahora.
En la mayoría de las ocasiones, el nacimiento de un hijo viene acompañado de una alegría inmensa. Sin embargo, a veces, también las amarguras vienen asociadas a ellos. Pueden enfermar, discutir, tener problemas… En definitiva, podrían acabar por ser fuente de preocupación perenne, ya que cuanto de malo les sucede a ellos, lo viven los padres con enorme amargura.
Oír a medias
“Oye sólo a medias el que oye sólo a una parte”.
Esta frase es realmente maravillosa y perfecta para el tiempo que vivimos. En un juicio, se escuchan a las dos partes. En política, se deben entender los diferentes puntos de vista de los ponentes. Y así, en todas las facetas de la vida.
Curiosamente, somos nosotros los que, muchas veces, solo deseamos ver y escuchar una parte. Leemos el periódico que dice lo que queremos leer, escuchamos la cadena de radio que nos interesa, vemos la cadena de televisión de nuestra forma de pensar o nos relacionamos con personas con ideologías similares.
Por desgracia, no debería ser necesario recordarlo de mano de la pluma de Esquilo. Si nos quedamos con una sola parte del relato, nos estamos perdiendo la historia completa.
La necesidad
“La fuerza de la necesidad es irresistible”.
No son pocos los autores que afirman igual que Esquilo que alguien movido por la necesidad no tiene freno. Es algo natural, pues cuando tenemos hambre, necesitamos comer, igual que cuando tenemos sed, el agua mejora su sabor.
Nada puede parar a la necesidad. Por eso, aquellas personas que necesitan algo y lo buscan, no paran hasta encontrarlo, pues para ellos es básico, primera necesidad. Da igual ideología o filosofía, por ejemplo, si no se tiene nada que comer. Así es como las necesidades menos importantes pasan a ser las que menos nos preocupan o las que menos malestar nos producen cuando no las satisfacemos.
El destino
“Lo que deba ser, será”.
Hay muchas frases de Esquilo que merecerían estar aquí, pero no tenemos espacio para más. Eso sí, deseamos despedirnos con una sentencia que todavía hoy se usa mucho, muchísimo.
Esquilo, como tantos griegos, estaba plenamente convencido de la inviolabilidad de algunos elementos de nuestro futuro. Hagamos lo que hagamos, sucederá lo que tenga que suceder, pues nadie escapa a lo que está escrito en él: primero el nacimiento y después la muerte.