Las palabras que utilizamos son un reflejo de nuestro interior

Las palabras que utilizamos son un reflejo de nuestro interior
Fátima Servián Franco

Escrito y verificado por la psicóloga Fátima Servián Franco.

Última actualización: 15 febrero, 2024

¿Alguna vez os habéis preguntado lo importante que son las palabras? Están ahí para explicar el significado de los objetos o de las situaciones, de manera que el que las escucha participe de una información compartida. Con las palabras nos comunicamos, expresamos y entendemos. Piensa que expresar lo que sentimos con una gran precisión es -entre otras vicisitudes- lo que nos hace realmente humanos.

Así, el lenguaje tiene un influencia muy grande en los resultado de nuestros proyectos o en la marcha de nuestras relaciones. De la misma manera, observar cómo habla una persona nos da mucha información sobre sus pensamientos, actitudes y creencias.

Según el psicólogo James W. Pennebaker, investigador de la Universidad de Texas (EE UU), el uso que hacemos de las palabras a través del lenguaje oral y escrito dice mucho más acerca de cómo somos y de nuestro estado psicológico que de su contenido.

Pennebaker, lleva 20 años analizando discursos hablados y escritos. Su conclusión es que las palabras funcionales, como los pronombres, pueden decir mucho más de nuestros estados anímicos, de cómo pensamos y de quiénes somos que cualquier verbo o sustantivo.

Para este investigador, la clave reside en los pronombres, preposiciones y artículos que, aunque aparentemente no tienen carga semántica, suman la mitad de las palabras que usamos cada día y son muy reveladores de nuestros focos de atención.

“Es posible conseguir algo luego de tres horas de pelea, pero es seguro que se podrá conseguir con apenas tres palabras impregnadas de afecto”

-Confucio-

Lo que dicen de nosotros los pronombres

Artículos, preposiciones, pronombres. Palabras a las que les damos importancia, porque creemos que sólo nos sirven para hilar nuestras ideas. Sin embargo, la forma o frecuencia en que las usamos dice mucho de nosotros.

Las personas que mienten casi nunca utilizan el pronombre “yo”, un rasgo que sirve para detectar mentiras con un 67% de acierto. Por el contrario, las personas deprimidas o con tendencia a la melancolía abusan del pronombre “yo”. Las estadísticas muestran que las personas que se han suicidado antes de quitarse la vida habían utilizado en sus escritos las palabras “yo”, “mío”, “me” y “a mí” en una densidad que dobla a la promedio, y pocas veces o ninguna el pronombre “nosotros”.

En otro estudio, Pennebaker ha demostrado que  las parejas que más emplean las palabras “yo” y “nosotros” resuelven mejor los problemas que las que utilizan más la palabra “tú”.

“Las palabras pueden ser como los rayos X si se emplean adecuadamente: pasan a través de todo. Las lees y te traspasan. Ésta es una de las cosas que intento enseñar a mis alumnos: a escribir de manera penetrante”

-Aldous Huxley-

Las palabras nos definen

Las palabras nos definen y nos ayudan a comunicarnos con los demás. Estas siempre expresan algo, con ellas mostramos enfado, alegría, tristeza y en definitiva cómo nos sentimos. Saber comunicarse correctamente implica aspectos como hacerse entender, entender a otros y comprender mejor lo que sucede.

Personas hablando

En general, las personas que tratan de engañar no suelen utiliza pronombres y tampoco palabras para describir emociones. Prefieren usar sustantivos y sobre todo verbos, Los suelen utilizar de manera indirecta y condicional, por ejemplo “haría” o “podría”.

Las mujeres somos menos concretas que los hombres. Utilizamos menos palabras referidas a la orientación y a los espacios y más palabras orientadas a la reflexión como “yo pienso que”, “yo creo que” o “me parece”. Por el contrario, los hombres utilizan más artículos, en su mayoría para categorizar su mundo contando, nombrando y organizando los objetos.

No olvidemos a la hora de interpretar que, que aunque las palabras nos definen, la palabra es mitad de quien la pronuncia y mitad de quien la escucha.

“Los que poseen el espíritu de discernimiento saben cuanta diferencia puede mediar entre dos palabras parecidas, según los lugares y las circunstancias que las acompañen”.

-Blaise Pascal-


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