Las propiedades terapéuticas de la escritura
Con la llegada de las nuevas tecnologías y el frenético ritmo de vida de las sociedades actuales, escribir se ha convertido en una tarea casi desconocida para nosotros. Especialmente si es a mano y especialmente si el contenido versa sobre sentimientos. Parece que no tenemos tiempo para dedicar a algo tan, aparentemente, poco productivo. Sin embargo las propiedades terapéuticas de la escritura son extensas.
Llevar un diario parece asunto de adolescentes o de películas de ficción, pero es una tarea verdaderamente sanadora que todos deberíamos implementar. Los beneficios de la escritura terapéutica han quedado demostrados en el manejo de los traumas, los duelos, así como los estados de ánimo ansiosos y depresivos.
Emociones enclaustradas
Generalmente caminamos por la vida sin detenernos a reflexionar sobre lo que acontece. Siempre tenemos obligaciones mayores que requieren nuestro tiempo y nos impiden dedicarlo, ni tan siquiera en pequeñas dosis, a nosotros mismos. Así, a lo largo del día experimentamos numerosas vivencias que no nos permitimos asimilar. Simplemente seguimos adelante.
De pronto un día nos percatamos de que nos sentimos extraños, tristes o enfadados. Y no sabemos por qué. Pero, en realidad ¿cómo podríamos saberlo si llevamos meses, tal vez años, sin escucharnos?. Y no sólo eso, quizá, tampoco nos hayamos sentido capaces de compartir nuestros estados internos con otras personas. Por vergüenza, por miedo a ser juzgados, o por temor a encarar lo que sentimos.
De una u otra manera le negamos toda salida a nuestras emociones, haciendo que queden atrapadas, reprimidas, ignoradas. Y esta tendencia que llevamos a cabo con sucesos cotidianos, sólo se intensifica cuando experimentamos un acontecimiento verdaderamente doloroso. El malestar que nos genera es tan fuerte que hacemos todo lo posible por alejarnos, por pasar por encima de él.
A corto plazo podemos sentir cierto alivio pero, a la larga, el único modo de superar el dolor es entrar de lleno en él para lograr atravesarlo. Esconderlo o rodearlo es solo un parche. Es aquí donde las propiedades terapéuticas de la escritura pueden ayudarnos.
Las propiedades terapéuticas de la escritura
Escribir nos obliga a pensar, a sentir y a reflexionar. Nos hace mirar de frente nuestros miedos, heridas y decepciones. Nos conecta con un interior que llevamos demasiado tiempo descuidando. Y ofrece una salida a todas esas emociones enclaustradas. Las permite fluir a través de nosotros.
Mientras escribimos recordamos, asimilamos y damos significado a lo vivido. Nos preguntamos cómo nos sentimos y nos damos la oportunidad de expresarlo. Al escribir no hay jueces ni testigos, solo tú a solas contigo. Eres libre de plasmar sin culpas tu rabia, tu rencor, tu frustración… y este es un ejercicio tremendamente catártico. Sólo cuando te vacías de dolor puedes volver a llenarte de ganas de vivir. Y esto es lo que hace la escritura.
¿Cómo implementar la escritura terapéutica?
No existen unas pautas fijas que hayas de seguir para beneficiarte de la escritura terapéutica, pues se trata simplemente de una forma íntima y personal de procesar las emociones. No obstante, si es la primera vez que vas a poner en práctica esta técnica una de las mejores opciones es llevar a cabo un diario terapéutico.
Simplemente necesitas un cuaderno y un horario en el cual te comprometas a escribir cada día. Puede ser por la mañana, para comenzar la jornada con una buena actitud, o por la noche, para acostarte libre de lastres emocionales. Tú te conoces mejor que nadie y sabrás escoger el momento que te resulte más beneficioso.
A continuación únicamente has de sentarte delante del papel y plasmar en él las emociones y pensamientos que recorren tu mente. Habla, en primera persona, acerca de lo que ha acontecido en tu día y cómo te has sentido. Expresa el estado emocional en el que te encuentras, sin juzgarte ni censurarte. Nadie va a leer este diario a parte de ti, por lo que no hay necesidad de ponerse límites.
Permítete expresarte y conocerte con libertad. El hecho de dedicar 15 minutos cada día a la escritura tiene un sorprendente efecto en nuestros niveles de ansiedad y estabilidad emocional. Al dar un lugar a tus emociones, estas dejan de ejercer presión para ser escuchadas. Experimentarás una gran liberación y una mayor conexión contigo mismo, así como un aumento de la autoestima. Da rienda suelta a tus palabras.
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- Reyes-Iraola, A. (2014). El uso de la escritura terapéutica en un contexto institucional. Revista Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social, 52(5), 502-509.
- Rueda Restrepo, C. A. (2019). El impacto de la escritura terapéutica en la manera de sobrellevar el duelo de cuidadores de personas que fallecieron de cáncer (Doctoral dissertation, Corporación Universitaria Minuto de Dios).