Los 7 problemas emocionales mas frecuentes
Los problemas emocionales nos afectan en la manera en que pensamos y nos sentimos. Los síntomas pueden ser muy severos y en la mayoría de las ocasiones no desaparecen por sí solos. Además, pueden estar asociados a otras enfermedades.
Lo primero que hay que hacer para superar problemas emocionales (o de otro tipo) es saber en qué consiste, es decir, conocer y aceptar su causa como punto de partida para cambiar la situación. Solo a partir de identificar lo que nos ocurre, podremos trabajar en ello.
Existen diferentes problemas emocionales. En este artículo vamos a centrarnos en siete de ellos. Los hemos elegido en función de la prevalencia actual, es decir, por ser los que más invaden nuestras vidas y los más incapacitantes al no dejarnos ser o actuar como realmente somos.
“Las emociones son como caballos salvajes. No son explicaciones que nos ayudan a seguir adelante sino nuestra voluntad de seguir adelante”.
-Paulo Coelho-
Problemas emocionales más comunes en la actualidad
Quizás te identifiques con alguno de estos problemas emocionales, por eso es importante que sepas cuáles son las conductas que hemos estado aprendido, en definitiva, las que nos están causando malestar.
- Represión/bloqueo emocional.
- Negación emocional.
- Descontrol emocional.
- Desconexión emocional.
- Conflicto entre emociones contradictorias.
- Enganche emocional.
- Búsqueda de emociones placenteras.
Los problemas emocionales son un obstáculo para nuestro bienestar.
Represión emocional
Se produce cuando bloqueamos la aparición de una emoción. Es decir, somos conscientes de lo que nos ocurre, pero no queremos expresar la emoción o no sabemos cómo expresarla, quedando así en una emoción contenida. De alguna manera, esta falta de expresión emocional implica también una falta de trabajo con la emoción.
La represión emocional puede llegar al extremo de impedir a la persona sentir algunas emociones en base a un convencimiento: no tiene derecho a sentirse así. La represión conduce de manera directa a la falta de libertad interior por los axiomas en los que se basa y la confusión que genera.
Cuando las emociones desagradables, como la tristeza, no se expresan, este malestar se va acumulando. Al principio de manera silenciosa, después con sufrimiento, hasta que la persona no puede más y termina explotando. Incluso, según Pablo Fernández Berrocal, profesor titular de Psicología de la Universidad de Málaga, reprimir las emociones puede desembocar en trastornos psicosomáticos.
“Los sentimientos y las emociones son el lenguaje universal que debe ser honrado. Son la expresión auténtica de quienes somos”.
-Judith Wright-
Negación emocional
La negación emocional es un mecanismo de defensa que consiste en enfrentarse a las emociones negando su existencia o su relación o relevancia con la persona. Es decir, nos oponemos a nuestras emociones e intentamos no sentirlas.
Cuando esto ocurre, la emoción empieza a cobrar más protagonismo en nuestro cuerpo, produciendo efectos desagradables que en ocasiones no asociamos con ella. Es por eso que, a veces, las somatizamos, de manera que se manifiestan en nuestro cuerpo en forma de tensión muscular, por ejemplo.
Descontrol emocional
Implica un ataque. El que realizan una serie de emociones alimentadas por imágenes mentales que provocan dolor en la persona, llevándola a actuar de manera equívoca y a tomar decisiones que, con cabeza fría, no hubiera tomado.
Cuando se produce un descontrol emocional, es habitual que sean las emociones las que tomen el control de nuestra manera de pensar y de actuar. Una pérdida de control que puede derivar en acciones con consecuencias negativas importantes.
Desconexión emocional
Es un mecanismo de defensa que provoca problemas para conectarse emocionalmente. Es como si hubiese una interrupción del ciclo emocional.
Este mecanismo trata de evitar la repetición de sufrimientos del pasado y alejar la posibilidad de daño, pero no permite la participación saludable en la vida. En ocasiones, el vivir con “el piloto automático” siempre encendido, hace que no nos percatemos de las emociones que realmente sentimos.
“Como las emociones son estados mentales, el método para manejarlas debe venir de adentro. No existe otra alternativa. No pueden ser liberadas por técnicas externas”
-Dalai Lama-
Conflicto entre emociones contradictorias
Un conflicto emocional muestra un nudo interior que produce malestar y que la persona debe de resolver. Se trata de un enredo que produce un punto de bloqueo. Los conflictos emocionales pueden ser más difíciles de identificar ya que no se observan de una forma visible, sin embargo, sí se sienten.
Nos movemos en extremos y estamos empeñados en que las cosas sean blancas o negras, cuando pueden existir en una escala de grises. Esto mismo sucede con las emociones. Creemos que no podemos experimentar más de una emoción a la vez cuando la realidad es que si, es más, hasta podemos mezclar emociones.
Enganche emocional
A veces nos cuesta desprendernos de algunos estados emocionales, es decir, nos quedamos anclados en una emoción asociada a un hecho pasado. La causa más probable puede ser un trauma no resuelto o una emoción no procesada de forma correcta.
La práctica de “soltar” o la meditación mindfulness pueden aportar buenos beneficios a la hora de conectarnos con las emociones presentes, en lugar de estar conectados a emociones asociadas a hechos pasados.
Búsqueda de emociones placenteras
El problema aparece porque la persona no es capaz de tolerar la frustración. Esto puede deberse a que nunca se ha permitido experimentar emociones desagradables. Son personas que solo buscan emociones placenteras o agradables.
“La habilidad de hacer una pausa y no actuar por el primer impulso se ha vuelto aprendizaje crucial en la vida diaria”.
-Daniel Goleman-
No obstante, del mismo modo que hemos aprendido patrones de comportamiento que nos causan malestar, también podemos aprender otros más adecuados y adaptativos. Se trata, por tanto, de “desaprender” las respuestas que nos están causando dolor y aprender algunas nuevas que nos hagan sentirnos mejor. Es hora de entrenar nuestra inteligencia emocional.