Los refranes: cápsulas de sabiduría
Los refranes son cápsulas de sabiduría, expresadas de manera ingeniosa. Por lo general son conservadores y se presentan en rima. El origen de la palabra refrán, tiene sus raíces en la época medieval, más concretamente en las canciones. Los trovadores de aquel entonces, incluían varios versos al finalizar cada estrofa de dichas canciones. Característica que hoy conocemos como estribillo y denominaron a esta repetición poética refrain, es decir, refrán.
Los refranes son de aplicación práctica en la vida. Por esta razón, no acuden a los recursos de la fantasía y están distantes de la solemnidad. En cambio, por lo general recurren a las ironías, las comparaciones, los tonos jocosos y las metáforas, para transmitir de manera concreta ese saber popular.
“No hay que confundir nunca el conocimiento con la sabiduría. El primero nos sirve para ganarnos la vida; la sabiduría nos ayuda a vivir”
-Sorcha Carey-
Los refranes tienen un origen popular y sus autores son anónimos. Su procedencia puede ser tan antigua como la humanidad misma. Son resultado de la experimentación e interpretación de las situaciones a las que se ve abocado el ser humano a lo largo de su vida. Por tanto, constituyen un conocimiento, con aplicación en diversidad de culturas.
Los refranes clásicos
Hay refranes que figuran en prácticamente todos los países de Occidente, sin importar el idioma, incluso. Pasan de generación en generación y siguen manteniendo su vigencia, a pesar del paso del tiempo. Podrían considerarse como verdades universales que, por lo mismo, son aceptadas y aplicadas en toda suerte de culturas.
Algunos de los más clásicos son:
- “Ojos que no ven, corazón que no siente”. Alude al hecho de que en muchas ocasiones la ignorancia ahorra sufrimiento.
- “A palabras necias, oídos sordos”. No necesita mayor explicación. En esa pequeña sentencia se condensa mucho de lo que cualquier terapeuta le aconsejaría a alguien que está rodeado de personas intransigentes o dañinas cuya afición principal es la crítica al otro.
- “Al que madruga, Dios le ayuda”. Exalta el valor de actuar prontamente, frente a cualquier circunstancia.
- “Perro que ladra, no muerde”. Una metáfora para indicar que las personas que amenazan mucho normalmente no son las más peligrosas. Sus ladridos simplemente son producto de su propio miedo y habitualmente son más una estrategia de defensa que de ataque.
- “Quien mucho abarca, poco aprieta”. Un refrán que llama a no intentar hacer muchas cosas a la vez, porque ninguna de ellas queda bien hecha.
- “Más vale pájaro en mano, que ciento volando”. Este refrán tiene una doble cara, algo que también es típico en el refranero. Su contrario sería “Quién no arriesga no gana”. Así, las dos sentencias validan el comportamiento de los prudentes, pero al mismo tiempo de los valientes. No en vano, Aristóteles dijo que en el medio -entendido como punto de equilibrio- está la virtud.
- “La ropa sucia se lava en casa.” Indica que hay confidencias o disputas que se deben quedar en el ámbito que se han producido. Este refrán se esgrime porque se tiene la sensación de que fuera de la situación concreta en la que se ha producido la disputa es difícil entender algunos comportamientos.
Refranes de todo el mundo
Cada cultura tiene también sus propios refranes. Estos reflejan una sabiduría particular, acopiada de acuerdo con la historia de cada pueblo. Muchos de ellos son universales, pero se valen de referentes locales para expresarse. Estos son algunas muestras de estas valiosas cápsulas de conocimiento.
- “Cinco dedos son hermanos, no iguales” (Afganistán). Se refiere al hecho de que equidad no es igualdad. Cuando hablamos de equidad nos referimos a no dar a todos lo mismo sino a los que les corresponde en función a sus características individuales de manera que el resultado y no lo aportado sea lo que se equipare.
- “La lluvia moja las manchas del leopardo pero no se las quita” (África) Este lindo refrán nos recuerda que las contingencias pueden afectar, pero no eliminan aquello que tenemos por naturaleza. Que por muchas tempestades que vengan nadie puede modificar elementos tan pegados a nosotros, como nuestra esencia.
- “Nadie prueba la profundidad del río con ambos pies” (África) Una cápsula de sabiduría que elogia el valor de la prudencia. Así, el hecho de medir los riesgos puede darnos una gran ventaja para conseguir un buen resultado sin pagar un precio excesivo por ello.
- “Si te detienes cada vez que un perro ladra nunca llegarás al final de tu camino” (Oriente Medio) Alude al hecho de que las distracciones pueden convertirse en obstáculos disfrazados para conseguir el objetivo que realmente perseguimos.
- “La puerta mejor cerrada es aquélla que puede dejarse abierta” (China) Nos recuerda que la seguridad no está hecha de cerrojos, sino de confianza.
- “El dragón inmóvil en aguas profundas se convierte en presa de los cangrejos” (China) Se refiere a que hasta los seres más fabulosos se vuelven vulnerables en circunstancias específicas.
- “El fuego de la leña verde proporciona más humo que calor” (España) Hace referencia a que acelerar los procesos lleva a un resultado limitado.
- “A bicho que no conozcas, no le pises la cola” (España) Este refrán llama a la cautela. No se debe iniciar un altercado con alguien que no conocemos.
- “La lluvia no se queda en el cielo” (Finlandia) Esta bella sentencia señala que los tiempos cambian y más tarde o más temprano, mejoran y nos dan una oportunidad. Parecido a uno más nuestro que dice que “no hay tormenta que cien años dure”.
- “El corazón en paz ve una fiesta en todas las aldeas” (India) Nos habla de la paz interior como la condición para disfrutar.
- “Con uno solo de sus cabellos una mujer puede arrastrar un elefante” (Japón) Se refiere al poder de lo femenino, del que a menudo se subestima su capacidad.
- “Quien tiene miedo tiene desgracia.” (Kurdistán) Nos recuerda que el temor atrae situaciones negativas, en parte porque la actitud que suele recomendar es el inmovilismo o el retroceso.
- “Ser lento en dar es como negar” (Portugal) Alude al hecho de que se debe ser generoso a tiempo, porque de lo contrario la utilidad de la aportación puede quedar suprimida. Los recursos, mejor emplearlos o darlos a tiempo si este es en el fondo nuestro deseo.
- “Para la hormiga el rocío es una inundación” (Europa Oriental) Nos habla acerca del hecho de que cada quien le otorga una dimensión diferente a las situaciones, de acuerdo con su pequeñez o grandeza. La misma tarea tiene una dificultad distinta dependiendo de la persona que se enfrente a ella.
- “La suerte nunca da, solo presta” (Suecia) Una gran verdad: lo que llamamos “suerte” es un accidente temporal, que nunca echa raíces verdaderamente. Es algo con lo que no podemos contar, un elemento añadido con el que no podemos contar en positivo pero contra el que debemos protegernos en negativo.