Un mal psicólogo puede hacerte mucho daño
A veces confiamos casi ciegamente en un profesional de la salud. Daniel Goldstein dice en este caso que “la psicología es un manual para tu propia mente”. Pero, ¿qué sucede si caemos en manos de un mal psicólogo? ¿En qué se convierte la guía para la vida que estima Goldstein?
Es lógico pensar que un mal psicólogo hará bastante daño a nuestra psique. Así sucede con cualquier profesional de la salud. Un mal médico, fisioterapeuta o terapeuta, podrían provocar no solo que no mejores, sino que empeores.
El psicólogo existencialista Viktor Frankl considera el término neurosis Iatrogénica para referirse a este tipo de profesionales. Ahora bien, ¿estamos desasistidos ante esta situación? Teniendo en cuenta que no somos médicos o terapeutas. ¿Cómo podemos superar el desamparo ante un mal psicólogo?
Cómo detectar a un mal psicólogo
Precisamente para detectar a un mal psicólogo nada como otro que conozca bien su profesión. Por eso nos pondremos a continuación en manos de Juan Armando Corbin. Este especialista en organizaciones y coaching ha creado un listado en el que desvela algunas claves importantes para detectar la figura de un mal psicoterapeuta.
¿Te sientes juzgado?
Tu terapeuta no está para juzgarte. Su labor es comprenderte, no imponerse sobre ti. No tiene por qué compartir tu punto de vista, pero ha de ser empático. Con la comprensión y herramientas adecuadas, te puede ayudar, pero si te critica, está entrando en terreno personal más allá de su empleo.
¿Notas que no te puede ayudar?
Dentro de las ramas psicológicas, encontramos diversas especializaciones. Obviamente, un profesional se puede encontrar con una diversidad de casos enorme. Así pues, si no tiene las competencias necesarias, mejor dejarlo.
Piensa que existen psicólogos especializados para cada uno de los problemas frente a los que la psicología puede ser un recurso muy útil. Dicho esto, lo más habitual es que un psicólogo tenga una visión amplia de todos estos problemas pero que solamente esté preparado para tratar un conjunto determinado de ellos.
¿Se centra demasiado en él?
Si tu terapeuta se centra demasiado en sí mismo, es probable que se trate de un mal psicólogo. Algunos profesionales usan ejemplos propios para crear buen clima y buscar un terreno donde el paciente se identifique. Pero si esto termina centrando su discurso en una retahíla de logros y situaciones personales suyas alejadas de tu problema, tal vez no sea el profesional que mejor te puede tratar.
¿Cuida la conexión emocional?
El terapeuta debe hacer sentir cómodo al paciente, pero jamás puede cruzar la línea emocional. La relación ha de ser de confianza, pero estrictamente profesional. La atracción física, por ejemplo, es considerada desde muchas ramas de la psicología como un obstáculo para que la terapia o la intervención finalice con buenos resultados.
¿Usa la escucha activa?
¿Cómo puede tratar un psicólogo a su paciente si no usa la escucha activa? Tus emociones son sinceras y sensibles durante la terapia. Te abres al profesional. Por eso él debe estar con los cinco sentidos alerta. Ha de saber interpretar cada una de tus palabras y gestos o al menos dedicar toda su atención al servicio de este propósito. De lo contrario, faltará conexión y se perderá datos importantes para tratar tu problema.
“La habilidad de estar en el momento presente es un componente principal de la salud mental”
-Abraham Maslow-
¿Crees que le da la importancia real que tiene tu problema?
Lo que para mi puede ser una nimiedad, para ti podría ser una montaña. Por eso un profesional tiene que valorar cada problema del paciente en su justa medida. Si lo infravalora, no entenderá bien los síntomas ni ofrecerá el tratamiento acertado.
¿Te habla de otros pacientes?
Un terapeuta tiene un pacto de confidencialidad total con su paciente. Por eso no puede hablar con otros sobre tu problema, ni viceversa. Así que si crees que te aporta información privada de otras personas a las que trata, incurre en mala praxis y hasta podrías denunciarle.
¿Entiende tu sistema de valores?
Todos tenemos un sistema de valores propio. Y este es posible que no concuerde con el de nuestro psicólogo, pero eso no le da derecho a cuestionarlo. Si el profesional te juzga y cree que sus creencias son mejores que las tuyas, incurre nuevamente en un error. Tal vez no le guste cómo piensas, pero te ha de respetar.
¿Te deriva a otro profesional?
No siempre un problema se arregla desde el campo estrictamente psicológico. Podría ser que otro profesional pudiera ser de gran ayuda. Por ejemplo, en trastornos alimentarios. O se puede dar el caso de que tu terapeuta ya no es capaz de aconsejarte más. Es en ese momento cuando te va a derivar a otros especialistas. Pero si no lo hace, nuevamente incurre en mala praxis.
“La psicología ayuda a medir la probabilidad de que un objetivo es alcanzable”
-Edward Thorndike-
Así que, si crees que estás en manos de un mal psicólogo, no lo dudes y déjalo. Ten por seguro que no te está haciendo ningún bien. Observa que en el profesional que te trate no se den varias de estas condiciones, pues por desgracia, no todo el que se hace llamar terapeuta tiene los conocimientos y actitud necesarios para ayudarte.