Más allá de Freud: escuelas y autores del psicoanálisis
Desde una concepción mágica-religiosa hasta el diván de Freud, sucedieron ciertos atisbos de escucha activa y preocupación por una persona con facultades mentales afectadas. Desde el Padre Joan Jofré en Valencia con su sanatorio para enfermos mentales hasta el tratamiento de la comunidad árabe de escuchar al enfermo no como un loco, sino como un mensajero de la palabra de Dios.
Hay muchos intentos de hacer psicología, ya que, como decía Skinner, en realidad la política no nos salvará, solo el conocimiento de nosotros mismos tendrá una oportunidad de hacerlo. Hemos evolucionado como especie casi por ensayo y error, sin hacer un gran esfuerzo por separar todo aquello que no siendo verdad ha sido tomado como tal en el proceso.
Por eso, vamos a analizar la que puede considerarse como una de las primeras aproximaciones formales a la psicología. Muchas veces atacada y ninguneada, pero a la que le debemos que, en su interés por analizar ciertos casos clínicos, sembró la semilla para que surgiera esta ciencia apasionante.
El inicio del psicoanálisis: Sigmund Freud
La fascinación que ha provocado Freud y obra tiene límites tan amplios como difusos. Actualmente muchos le tachan de haber sido un mero especulador, alejado de la luz que emana de la lámpara del método científico. Sin embargo otros le consideran como un visionario que supo ver al ser humano y a sus problemas desde una perspectiva revolucionaria.
A Freud le debemos el primer acercamiento serio a la subjetividad humana, algo revolucionario. Qué nos distingue, por qué nos comportamos de una forma y no otra. Al mismo tiempo, la causa y el alimento de la neurosis.
Explicaciones como el complejo de Edipo, el miedo a la castración, el origen de todos los problemas psicológicos por una libido sexual mal fijada están totalmente excluidas de un estudio serio y científico de una teoría psicológica y todos ellas casualmente se refieren más al estudio del origen del trastorno en la infancia que al estudio de un adulto en consulta.
Sin embargo, tenemos que dar las gracias a Freud por la descripción pormenorizada de casos clínicos. También por la identificación de ciertos fenómenos inconscientes, como la sugestión, la ley de la atención flotante, la resistencia o la transferencia y contratransferencia que hoy están bien articulados en el marco de la terapia.
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Después de Freud: Adler, Carl Jung, neofreudianos y tradición analítica del yo
Alder fue uno de los primeros que discrepó con Freud, ya que defendía un enfoque finalista de la conducta y no causalista. Lo cierto es que muchas de nuestras conductas tienen por causa el fin por el que son realizadas, sin embargo con muchas otras esto no sucede. Si no, piensa en el niño al que le han pedido que ordene su habitación: el fin es la habitación ordenada, la causa el hecho de que su madre se lo haya mandado.
Además, Adler defiende la fortaleza del yo, frente a al debilidad “natural” del yo freudiano. Habla del estilo de vida individual marcado por la relaciones tempranas con la familia, los valores familiares y la constelación familiar. Adler se refiere al desarrollo del individuo no como como una respuesta a la libido, sino como un afán de poder para superar su inferioridad orgánica.
Por otro lado, Jung difiere de Freud en su concepto de inconsciente: para Jung transciende lo individual. El tratamiento buscará una visión más amplia en la manera de entender el proceso de individualización. Habla de diferentes arquetipos colectivos y tipos psicológicos. Su lectura es recomendable y apasionante.
“La soledad no llega por no tener personas a tu alrededor, sino por no poder comunicar las cosas que te parecen importantes a ti, o por mantener ciertos puntos de vista que otros consideran inadmisibles”.
-Carl Jung-
Por otro lado, muchos de los seguidores de Freud que se han identificado con parte de su legado han minimizado, en mayor o menor medida, la importancia de la sexualidad en el desarrollo de la neurosis.
Algunos también le han restado importancia al papel del inconsciente, han enfatizado el área cultural y social, las relaciones interpersonales o han prestado más atención a las experiencias y circunstancias que se daban en ese momento para el paciente. Algunos de estos neofreudianos serían Erich Fromm, Karen Horney y Harry S. Sullivan.
En la tradición analítica del yo, otra corriente del psicoanálisis, nos encontramos a su hija Anna Freud, Melanie Klein, Erik Erikson o Bolwlby. Este grupo da especial relevancia a las funciones del yo, otorgándole una gran relevancia a la relaciones interpersonales, precisamente como motor para la construcción de ese yo.
Cabe destacar a autoras como Melanie Klein y su desarrollo de la terapia de juego o la teoría del objeto transicional de Winnicott, tan estudiada y validada por otras corrientes.
Además, Anna Freud destaca en esta corriente psicoanalítica por sus famosos mecanismos de defensa: represión, regresión, formación reactiva, anulación retroactiva, introyección, proyección, aislamiento, vuelta contra uno mismo y transformación en su contrario o sublimación.
“Las mentes creativas son conocidas por ser capaces de sobrevivir a cualquier clase de mal entrenamiento”
-Anna Freud-
Erik Erikson recogió gran fama y prestigio al describir los estadios del yo y su teoría es ampliamente aceptada por su utilidad clínica. En el marco establecido por Erikson existirían ocho etapas del ser humano y su antítesis: confianza/desconfianza, autonomía/vergüenza, iniciativa/culpa, industria/inferioridad, identidad /confusión de rol, intimidad/aislamiento, generatividad /estancamiento, integridad del yo/desesperación.
Para terminar este punto, destacar que John Bowlby ha influido enormemente con su teoría del apego. La articulación de su teoría goza de una amplia aceptación como marco de referencia útil para entender cómo se relacionan los niños con sus figuras de referencia.
Además, explica cómo a partir de este tipo de relaciones tan importantes y las dinámicas que se dan ellas, construimos el resto de relaciones a medida que crecemos.
Otros autores y desarrollos psicoanalíticos
Sería imposible describir toda la riqueza de escuelas psicoanalíticas que han surgido a lo largo del tiempo, aunque vale la pena nombrar alguna de ellas por su mayor peso e influencia:
- La terapia psicodinámica breve, que limita la duración de la terapia, se centra en un foco principal de problema y con una actitud más directiva y activa del terapeuta. Los representantes más conocidos son Sandor Ferenczi y Otto Rank.
- Alexander y su experiencia emocional correctiva, un reconocido factor de éxito terapeutico en la actualidad
- Ackerman y su estudio de las relaciones familiares en trastornos neuróticos y psicóticos.
- Jacob Moreno con la creación del psicodrama.
- Lacan con su retorno a los postulados de Freud incorporando aportaciones de Saussure y Levis-Strauss.
Podremos aceptar o no los pensamientos de Freud. Lo que es innegable es que su pensamiento supuso una revolución en la forma de entender nuestros actos y las motivaciones que los fundamentan. También supuso un toque de atención, abriendo paso a una idea que hoy tenemos muy en cuenta: en nuestro pasado remoto se formaron recuerdos, conscientes e inconscientes, que condicionan nuestro comportamiento actual.