Me gusta la gente profunda, que habla con emoción

Me gusta la gente profunda, que habla con emoción
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 abril, 2022

Quiero hablar de átomos, de muerte, del espacio, de filosofía, de política, de sexo, de viajes a Asia, a Nueva York o a la luna. Quiero que me cuentes todas las mentiras que has dicho a lo largo de tu vida, en qué piensas mientras besas, quiero que me hables con emoción.

No quiero que me hagas reproches, que me digas lo que tengo que hacer, que me juzgues o me hagas sentir culpable. No me intentes manipular, ni finjas interesarte por mí para luego desaparecer sin decir nada. No deseo a personas así en mi vida.

“No te preocupes de las personas de tu pasado, hay alguna razón por la que no llegaron a tu futuro”.

-Paulo Coelho-

No quiero gente tóxica en mi vida

Muchas personas pasan por nuestra vida en diferentes momentos, algunas se quedan y otras desaparecen. A veces una persona cuando, se marcha, deja un hueco que es difícil de llenar porque nos han trasmitido emoción muy positivas. Otras veces, una persona desaparece y nos sentimos tranquilos y aliviados. Estas últimas son las personas tóxicas.

Aprender a identificar a las personas que son tóxicas requiere tiempo y experiencia. También se basa en un conocimiento de nosotros mismos que nos permita valorarnos y no someternos a las críticas de otra persona. Cuando alguien tóxico está cerca de nosotros, solemos sentirnos nerviosos, apáticos y sin energía. Por ello es tan importante saber detectarlas y alejarnos. Sin embargo, no siempre podemos mantener distancia, porque puede que sea un compañero de trabajo. En ese caso, tendremos que aprender a sobrellevarlo con una alta dosis de paciencia. Pero, ¿cómo identificar a una persona tóxica?

La gente tóxica no es honesta

Una persona tóxica suele intentar ejercer poder o hacerse la víctima para manipular a los demás. De esas dos formas consiguen hacer lo que quieren y que tú hagas lo que ellas desean. Por ese motivo es importante tener una autoestima alta y no permitir la manipulación o que esa persona afecte a nuestra emoción. Entrar en su juego solo conseguirá debilitarte y hacerte sentir cada vez “más pequeñito”.

“Algunas personas causan felicidad a donde van; otras cuando se van”.

Oscar Wilde

La gente tóxica es cotilla

Una persona tóxica adora criticar y hablar de los demás a sus espaldas. Así pues, cualquier historia que les cuenten la utilizarán para hacer daño y perjudicar. Evita contar nada a una persona tóxica y no permitas que mienta o hable mal de ti o de otras personas. La información es poder, y todo lo que sepa sobre ti, podría usarlo un día en tu contra. La gente tóxica, por lo general, suelen adoptar una actitud egoísta. De esta forma, si para alcanzar sus metas han de usar la información que les has proporcionado contra ti, podrían hacerlo.

niña con máscaras representando las conversaciones paradójicas

La gente tóxica necesita ser aceptada continuamente

La necesidad de ser amada y aceptada es característica de una persona tóxica. Son personas que necesitan un reconocimiento y una aceptación continuos, por lo que son personas que crean conflictos y son egoístas. Piensan en sí mismas y no en los demás. Siempre buscan la adulación ajena. Creen estar por encima de los demás.

Las buenas relaciones nos hacen más felices y saludables

En la Universidad de Harvard realizaron un increíble estudio analizando a varias personas durante toda su vida para saber qué es lo que hace a una persona feliz y saludable. El Estudio se denominó Estudio de Desarrollo de Adultos.

Se analizaron a 724 personas desde la adolescencia hasta la vejez, unos 75 años. Les preguntaron año tras año sobre su trabajo, su vida familiar, su salud. El problema fue que el estudio fue muy largo y tuvieron problemas de financiación y de personas que lo quisieron abandonar. Al final del estudio quedaron unas 60 personas con vida, ya cerca de los 90 años.

Tras decenas de conversaciones grababas, estudio de analíticas y de escáners del cerebro, la conclusión fue muy clara, según sostiene Robert Waldinger (cuarto director del estudio): las buenas relaciones nos hacen más felices y saludables.

Quiero a personas que transmitan emoción

Me gustan las personas que me transmiten energía, que confían en mí. Personas que me apoyan en mis decisiones y no me juzgan. Que me hacen ver el lado positivo de las cosas, que me animan cuando me ven mal y me transmiten su entusiasmo. Sin duda, estas personas son las que dejan huella, aquellas que cogen tu mano cuando estás en lo más profundo del pozo.

“Conozca todas las teorías. Domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana”.

-Carl G. Jung-

Me gustan las personas que me transmiten su emoción por las cosas que hacen, por la vida, que se apasionan y que ríen y lloran. Esa clase de personas con las que después de un rato de conversación deseas comerte el mundo y hacer millones de cosas. Su energía te envuelve y te motiva de tal modo que te sientes inspirado para alcanzar aquellas metas que creías imposibles. Se trata de personas que saben cómo levantarte del suelo y darte un buen empujón.

emoción

Una persona con energía positiva sonríe a la vida. Está en cada momento donde desea estar, sabe cuidar su cuerpo y de su mente. También ha aprendido a relativizar sus problemas y a sacar lecciones de sus errores. Ofrece alegría y amor a los demás. Sabe disfrutar de sus momentos de soledad y aprovecha las oportunidades. Me gustan ese tipo de personas.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.