Cómo incentivar la motivación para mejorar el rendimiento escolar
“Ser un buen perdedor es aprender cómo ganar”. ¿Encuentras sentido a esta frase? La pronunció Carl Sandburg y parece muy útil para aprender a incentivar la motivación en para mejorar el rendimiento escolar.
Si inculcamos a nuestros niños valores de éxito y triunfo de manera exclusiva, quizás nunca aprenderán a perder. Y si no saben perder, una pequeña derrota puede abrir una gran brecha en su motivación. Además, si se desmotivan pronto, será más difícil que puedan percibir el valor a la constancia, ya que rara vez contaran con el ánimo y la energía suficiente como para llegar a recoger sus frutos.
“El fracaso es éxito si aprendemos de el”
-Malcolm Forbes-
Por eso muchos especialistas consideran una buena opción trabajar la motivación para mejorar el rendimiento escolar. Un niño motivado y con ilusión será un niño resiliente para superarse en cualquier tipo de circunstancias.
Valoren más o menos los conocimientos que adquieren en el colegio, la mayoría de los padres hacen un seguimiento cercano del rendimiento académico de sus hijos. Así, muchos progenitores están encantados de que sus chicos saquen buenas y/o de que aprovechen los medios que tienen a sus disposición par aprender. Por otro lado, para lograr estos dos objetivos es básico que estén debidamente motivados, ya sea para vivir el triunfo sin excesos o para aprender de la derrota.
“Cuanto más hacemos, más podemos hacer”
-William Hazlitt-
Los mentores en la motivación para mejorar el rendimiento escolar
Si queremos que nuestros niños estén motivados para alcanzar un mayor rendimiento escolar, es positivo que todas las figuras de autoridad participen en la realización de este deseo. Que asuman en parte el papel de motivadores educativos capaces de estimular la curiosidad por aquellos temas que tratan en la escuela.
Así pues, tanto padres como profesores debemos dar un paso más. No sirve con dejar la responsabilidad en los profesionales de la educación o en los progenitores del hogar. Para este barco todos tenemos pasaje.
Es cuestión de crear el ambiente adecuado para que el niño se sienta motivado y tenga el apoyo necesario. De esta forma, creando un contexto acertado, cada chico y el grupo en su conjunto mejorarán de forma notable su rendimiento escolar, y accesoriamente, su desempeño en otras áreas de su vida.
Pro eso Ana Embid, especialista en coaching educativo y motivación infantil, considera que, a nivel motivación, el contenido del temario es tan importante como el ambiente en el que se imparte y se refuerza. A su vez, este entorno inteligente y reforzador servirá de fuente de energía para que el esfuerzo, el respeto y el mérito sean motores con la suficiente fuerza como para motivar.
Cómo implementar la motivación para mejorar el rendimiento escolar
Siendo conscientes del papel que juega la motivación para mejorar el rendimiento escolar, tenemos que contestar a una pregunta…¿cómo lo hacemos? Es decir, de qué forma podemos mejorar la relación entre los educadores y los educandos de manera que la motivación salga reforzada.
Aunque parezca increíble y fuera de lugar a mucha gente, la empatía es la principal baza de la motivación al alumno. Así, es bueno que el mentor, el educador, el profesor o el padre tracen, en el caso de que sea necesario, un plan individualizado de intervención para el pequeño. Piensa que las condiciones adecuadas para una persona no tienen por qué ser las mismas que para otra.
Así, es positivo que la relación entre educador y educando se estreche y personalice. De esta forma ganaremos en tiempo de calidad durante el proceso educativo. En este sentido, p ara que la calidad prime en el proceso educativo, como padres, monitores y educadores, es bueno aprender a fomentar las emociones positivas del niño. Cuando estamos formando a los chicos, hay que transmitir pasión, motivación, cercanía, esfuerzo, capacidad de escucha… Piensa que son los mejores canales para que esta pasión se contagie.
Hay que lograr que el niño reflexione
¿Dónde vamos a parar con todas estas ideas aquí vertidas? En realidad es simple, queremos lograr que el chico reflexione y piense por sí mismo. Nuestros jóvenes no tienen que sentir que van a la escuela porque es su obligación o es lo que toca. Cada chico ha de ir a formarse, a aprender, a esforzarse y descubrir habilidades que le son propias y que todavía no ha desarrollado.
Así pues, los resultados deberían quedar en un segundo plano si buscamos un buen rendimiento académico basado en la motivación. No vale con que aprueben. Cuando se analizan los resultados, tendríamos que preocuparnos de conocer si el chico aprendió de verdad, interiorizó las lecciones, ha adquirido valores, es capaz de emitir juicios críticos respeto a los temas tratados…
De esta forma, el monitor, educador o formador es más un guía que ayuda al chico a encontrar sus propias respuestas. No existe mayor motivación para un ser humano que ser capaz de seguir su propio proceso de desarrollo por sí mismo. Como dijo Jean Piaget, “Cuando le enseñas a un niño algo, le quitas para siempre su oportunidad de descubrirlo por sí mismo”.
Así pues, para incentivar la motivación para mejorar el rendimiento escolar sería bueno mostrar el camino a seguir a los chicos, pero no dárselo todo hecho. Una ardua labor en la que todos como sociedad nos debemos embarcar para formar ciudadanos más plenos, críticos y formados.