Narcolepsia: causas, síntomas y tratamiento
Hay quien dice de la narcolepsia que más que una enfermedad es una maldición. Estamos ante un trastorno del sueño crónico, un problema neurológico donde además de una somnolencia excesiva, el paciente puede experimentar desde súbitas parálisis del sueño, alucinaciones e incluso desvanecimientos. La narcolepsia es una afección tan invalidante como peculiar.
Su incidencia es muy baja entre la población. Sin embargo, el también llamado síndrome de Gelineau es una de esas enfermedades raras conocida desde 1877 que a día de hoy sigue sin tener una cura. Tenemos eso sí, diferentes tratamientos para garantizar el normal funcionamiento del paciente y esa calidad de vida con la que recuperar las riendas de su cotidianidad.
La narcolepsia o síndrome de Gelineau es una enfermedad autoinmune crónica donde la persona experimenta una excesiva somnolencia, alucinaciones y pérdidas de conciencia.
Cuenta el doctor Meir H. Kryger, experto en medicina y psicología del sueño, que pocos trastornos llegan a ser tan complejos. Explica en uno de sus artículos que en más de una ocasión ha llegado a centros psiquiátricos para atender pacientes diagnosticados erróneamente de esquizofrenia.
Niños y adolescentes llegan a recibir este diagnóstico por las alucinaciones sufridas, por ver cosas donde no las hay y quedar paralizados ante dichas experiencias. Más tarde, y tras un adecuado análisis queda en evidencia que son narcolépticos. Vivir en este universo donde uno no puede diferenciar entre lo que es real y lo que pertenece al mundo onírico no es fácil. Es un escenario habitado por el miedo y por la nula sensación de control del propio cuerpo.
Veamos más datos a continuación.
¿Qué es la narcolepsia?
La narcolepsia es una enfermedad de origen neurológico cuyo desencadenante se desconoce. Ahora bien, algo que han podido clarificar los expertos es que estamos ante una enfermedad hereditaria. Hay ciertos marcadores genéticos que determinan el mayor riesgo de padecerlo o no.
Asimismo, otro aspecto que se ha demostrado sobre la narcolepsia es que es además una enfermedad autoinmune. Es decir, sin que sepamos aún la razón, el propio organismo nos ataca, altera ciertos procesos e invierte ciclos y estados (dormir por el día, experimentar sueños y pesadillas estando despiertos…)
Característica de la narcolepsia
Cuando pensamos en un narcoléptico imaginamos a una persona que a a la mínima cae desvanecido. Alguien que duerme en exceso, alguien que suele padecer de sonambulismo por las noches. Cabe decir que es algo más, muchísimo más de hecho. Veamos algunas características sobre su sintomatología.
- Gran parte de los narcolépticos sufren trastornos del estado del ánimo. Es más, están sujetos a sus reacciones emocionales por un hecho muy concreto: una emoción intensa, a veces hasta una simple carcajada, provoca parálisis musculares y desvanecimientos.
- Otro aspecto evidente es la somnolencia diurna Ahora bien, lo más complejo es que esa necesidad por cerrar los ojos y dormir no acontece solo en situaciones monótonas, cuando estamos en el sofá viendo la tele, leyendo, etc. La narcolepsia surge también cuando la persona está conduciendo, trabajando, compartiendo una comida con los amigos…
- Alucinaciones. Lo señalábamos al inicio, una característica muy intensa a la vez que impactante para el paciente es la experiencia de las alucinaciones, ahí donde incluso se sufren percepciones auditivas, visuales o táctiles.
- La parálisis del sueño es otro rasgo habitual, un tipo de parasomnia que surge entre el estado de sueño y el de vigilia, donde la persona se siente incapaz de moverse o reaccionar mientras experimenta una profunda sensación de angustia y terror.
- También es común que el paciente sufra problemas de memoria y de concentración.
- Asimismo, en algunas personas es habitual que sufran además trastornos de la alimentación.
Un trastorno sin cura pero con tratamiento
La narcolepsia afecta por igual a hombres y mujeres, incluso a los animales. Si nos preguntamos ahora por el tratamiento, diremos lo habitual en todo enfoque clínico: cada persona necesitará una respuesta adecuada a sus necesidades particulares. Así, y por lo general, las estrategias más habituales son las siguientes:
- Realizar siestas programadas y seguir una adecuada higiene del sueño.
- En lo referente al tratamiento farmacológico es común que se usen estimulantes como el metilfenidato, la dextroanfetamina y la metanfetamina.
- Para tratar las alucinaciones hipnagógicas y la parálisis del sueño resultan muy útiles los antidepresivos, en especial los antidepresivos tricíclicos.
Para concluir, a pesar de que la prevalencia de esta enfermedad en la población es baja, la funcionalidad de la persona se ve muy afectada. Es más, también es común que el paciente sienta que ha perdido el control y que está perdiendo la razón en caso de que las alucinaciones sean frecuentes.
Sin embargo, con la ayuda de buenos profesionales y de un tratamiento adecuado, la mejoría es más que evidente. Visibilicemos por tanto un poco más este tipo de trastornos del sueño para normalizarlos y ser más sensibles ante quienes lo padecen.