Neuralink: el chip que conectará el cerebro a un ordenador

Para algunos es algo aterrador, pero son muchos los que ven en Neuralink la interfaz del futuro capaz de cambiarnos la vida. La unión entre el cerebro humano y el ordenador podrá ser una realidad dentro de poco con increíbles beneficios.
Neuralink: el chip que conectará el cerebro a un ordenador
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 01 septiembre, 2020

Si hay un nombre capaz de alzar admiración y polémica a la vez es Elon Musk. Dicen de él que es el Rey Midas y hasta el nuevo Nikola Tesla (de ahí la marca de sus automóviles eléctricos). Sea como sea, parece que está decidido a ser un promotor de la tecnología del futuro y muestra de ello es su última creación: un interfaz cerebral que se conecta a un ordenador. Su nombre es Neuralink.

Es muy probable que al leer los titulares de esta noticia muchos hayan pensado ya en lo que algo así puede suponer. Este chip del tamaño de una moneda podría almacenar gran número de información sin esfuerzos, conocer nuevos idiomas como quien se descarga una app de una aplicación y lograr, en esencia, un cerebro con mayor potencial. Todo eso que, a fin de cuentas, hemos leído en novelas de Isaac Asimov, Arthur C. Clark o Philip K. Dick.

Ahora bien, la verdad es que el prototipo que acaba de presentarse tiene unas aspiraciones bastante simples (al menos de momento). A día de hoy, las pruebas se están realizando en modelos animales y el chip implantado solo registra la actividad cerebral de un grupo de cerdos, entre ellos Gertrude, una joven cerdita incapaz de comprender por qué es motivo de noticia.

El objetivo (a corto plazo) es orientarlo a fines médicos, como por ejemplo, detener convulsiones epilépticas y mejorar la calidad de vida de pacientes con lesión medular.

Elon Musk creador de Neuralink

La meta final de Neuralink es lograr una simbiosis absoluta con la inteligencia artificial. Ese es, al menos, el sueño por el que Elon Musk creo en el 2016 esta empresa de neurotecnología especializada en el desarrollo de interfaces cerebro-computadora. Somos conscientes de que algo así genera una extraña sensación entre inquietud, curiosidad, esperanza y, por qué no, también miedo.

El panorama que dibuja esta propuesta que combina de manera evidente la vida humana con las máquinas presagia un cambio casi revolucionario en nuestra vida. Es poco más que la fusión de la tecnología con el cuerpo y, de manera concreta, con el cerebro. Esto abre por sí mismo un caleidoscopio de cuestiones éticas y sociales en las que deberíamos empezar a reflexionar. Conozcamos más datos.

Neuralink es un tipo de tecnología que lleva desarrollándose desde hace cuatro años. En el 2019, ya se presentó un pequeño dispositivo implantado en el cerebro de un ratón. Ahora bien, el pasado 28 de agosto se presentó la segunda generación. Se trata de un dispositivo del tamaño de una moneda que se implanta directamente en el cráneo (en este caso, el de un cerdo).

  • El dispositivo o interfaz mide unos 8 milímetros de diámetro y contiene una pequeña sonda.
  • Esta sonda tiene a su vez unos 3000 electrodos flexibles y finos como el pelo humano capaces de monitorear la actividad de 1000 neuronas. El implante se hace bajo anestesia local y el sujeto, en este caso, Gertrude y dos cerdos más, hacen vida normal sin percibir que llevan este dispositivo.
  • Ahora bien, esta tecnología tiene a su vez conexión bluetooth para que de ese modo pueda estar conectado a un ordenador externo. ¿La finalidad? De momento, lo que presentó Elon Musk con el animal fue su registro cerebral y cómo este era procesado y recogido por las máquinas.
  • El próximo paso es lograr que la tecnología Neuralink pueda tratar condiciones espinales y neurológicas como la parálisis, el daño cerebral o la depresión.

Elon Musk señala que todos estos problemas no son más que alteraciones en la red de neuronas. Este complejo cableado puede resolverse mediante un enlace neural implantable con conexión a un ordenador.

El objetivo del futuro: la cognición súper humana

Una de las aspiraciones de la tecnología Neuralink es lograr una cognición superhumana. ¿Qué significa esto y qué implicaciones tiene? Elon Musk busca, por encima de todo, lograr que las máquinas estén a nuestro servicio y no a la inversa. La finalidad es poner la inteligencia artificial a nuestro alcance en todo momento para tener control sobre ella.

En un futuro, podríamos disponer de unos cerebros con mayor potencial y, sobre todo, sanos. Enfermedades como el alzhéimer, el párkinson o cualquier otra condición neurodegenerativa dejarían de existir porque la memoria y el resto de funciones cognitivas estarían preservadas.

Vincular el cerebro con las computadoras llevará tiempo

Hay algo evidente que debemos destacar. La verdad es que ya existen dispositivos básicos que hacen uso de esa simbiosis entre cerebro y la máquina. Disponemos, por ejemplo, de máquinas que ya registran la actividad cerebral, como son los electroencefalogramas (EEG). Asimismo, la empresa DARPA (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa) ya creó también un microchip quirúrgico que le permitía a una persona paralizada poder pilotar en aviones simulados.

Neuralink supone ir un paso más allá y lograr que salga y entre información de manera continuada entre el ordenador y el cerebro. Es ver cómo un tetrapléjico pueda andar de nuevo, permitir que quien ha sufrido un traumatismo recupere sus funciones o que quien padece depresión pueda recibir otro tipo de estímulos mentales para mejorar su estado poco a poco.

Algo así llevará tiempo. Es más, Elon Musk señalaba que en el 2020 empezarían a probarse Neuralink en seres humanos. Ahora bien, de momento no va a ser posible porque aún se necesita mejorar el implante del interfaz. El objetivo es optimizar más todavía al robot que llevará a cabo esas intervenciones para hacerlo de manera rápida, precisa y con anestesia local. La intervención duraría menos de una hora y el dispositivo no sería visible. Es decir, no notaríamos nada.

Chip de Neuralink

Un propósito factible pero con problemas éticos

“Esto, definitivamente, no es ciencia ficción”, señala un miembro del equipo del Elon Musk que ha creado esta tecnología. “Con el tiempo será real, práctico y comercial, pero aún queda mucho trabajo por hacer”. Asimismo, hay otro factor y son los problemas éticos y sociales. El Neuralink conseguirá el día de mañana acceder a nuestros pensamientos e incluso almacenarlos.

Esto nos permitiría, por ejemplo, recuperarlos en caso de enfermedad o accidente. ¿Qué pasaría si otra persona tuviera acceso a nuestro banco de recuerdos almacenado en un ordenador? Aún más, un ordenador podría decidir, por ejemplo, borrar un elemento traumático vivido para mejorar nuestro equilibrio psicológico. ¿Sería lícito? ¿Qué pasaría también con la piratería informática en estos casos?

Todas estas son fórmulas y cuestiones que debemos plantearnos y afrontar cuanto antes. Porque el futuro avanza de manera imparable y vamos a tener que estar preparados para notables cambios. Las empresas de Elon Musk ya están allanado el camino…


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