¿Qué es la neuropolítica?

La neuropolítica es un campo nuevo del saber que parece tener cada vez más fuerza. A través de los datos recopilados mediante diversos instrumentos, es posible detectar las emociones íntimas frente al poder y moldearlas.
¿Qué es la neuropolítica?
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 08 agosto, 2022

La neuropolítica es una rama del conocimiento que estudia el comportamiento político desde el punto de vista de las neurociencias. En la mayoría de los casos se ha enfocado a comprender el proceso de toma de decisiones políticas. Sin embargo, también incluye otros aspectos, como las actitudes políticas, las interacciones en este ámbito, las conductas de los políticos, etc.

De hecho, una parte de la neuropolítica se ha orientado a estudiar el papel que ha jugado la política y la competencia política en el desarrollo cerebral. Un aspecto interesante es que esta rama del saber no solo se ha enfocado al estudio de estas realidades en los seres humanos, sino también en los animales; en particular, en los primates.

La neuropolítica no es solo un campo teórico, sino que tiene aplicaciones prácticas. En el caso de los políticos, la información que se desprende de este campo puede ser aplicada en las campañas, mediante el neuromarketing. También orienta sobre la forma de comunicar decisiones o aspectos relacionados con la gestión del gobierno.

Del lado de los ciudadanos, la neuropolítica permite comprender mejor su propio comportamiento y, en consecuencia, ser más conscientes de sus decisiones.

Las personas tienen la capacidad de analizar las reacciones de quienes se encuentran en frente de ellas, pero nosotros no usamos la tecnología para leer las expresiones, lo que nos interesa más es ver las pequeñas diferencias que se muestran de manera inconsciente”.

-Maria Pocovi-

Político dando un discurso
La neuropolítica estudia el comportamiento político desde las neurociencias.

La neuropolítica: el origen

Desde la antigüedad, se ha reconocido un vínculo entre las decisiones políticas y la forma de funcionar de la mente o el cerebro. Muchos pensadores, incluyendo a Platón y a John Locke, lanzaron conjeturas acerca de cómo las personas procesan la información que proviene del poder.

Más adelante, Roger Sperry hizo una serie de experimentos en los que se mostraba que las personas con alguna disfunción cerebral cambiaban sus apreciaciones políticas. Sin embargo, fue el psicólogo y etólogo Frans de Waal quien dio un paso decisivo para la consolidación de la neuropolítica como rama del saber.

A partir de sus observaciones en primates, de Waal publicó un famoso libro llamado La política de los chimpancés: el poder y el sexo entre los animales. En este mostró que los animales eran capaces de hacer alianzas estratégicas para manipular a terceros. Después, con el desarrollo de las técnicas de neuroimagen, el campo de la neuropolítica cobró cada vez más relevancia.

La neuropolítica y el neuromarketing

De momento, la neuropolítica ha estado muy ligada al neuromarketing. Se ha empleado, sobre todo, para diseñar campañas políticas. Finalmente, al candidato se le ve como un producto y al elector como un cliente. El objetivo entonces es ajustar “la oferta y la demanda”, como se haría en la venta de cualquier artículo.

Los asesores y directores de algunas campañas políticas han acudido al análisis de las reacciones emocionales frente a los mensajes que da alguna figura de poder. Lo que se hace, en esencia, es analizar las microexpresiones. Estas incluyen el gesto muscular del rostro y también las respuestas que se pueden observar en el ojo, básicamente en la pupila.

Como ocurre con cualquier estudio de mercado, los asesores reclutan voluntarios y los exponen a los mensajes de las figuras de poder. Mientras esto ocurre, capturan las microexpresiones y a partir de esto definen lo que, de algún modo, “vende más”. Así se puede diseñar un mensaje que contenga lo que el cliente, es decir, el ciudadano, “quiere escuchar”. También, las actitudes a las que es más permeable.

Político hablando
Uno de los ámbitos en los que más se ha enfocado la neuropolítica es en las campañas publicitarias.

Un instrumento del futuro

La neuropolítica es un campo del saber que tiene más futuro que presente. Si bien han comenzado a emplearse este tipo de herramientas para orientar las contiendas de poder, lo que se espera hacia adelante es que estos conocimientos tengan cada vez más incidencia, o pretendan tenerla, en la toma de decisiones de los electores.

Estamos en un mundo en el que nuestras conductas, nuestras reacciones e incluso nuestras expresiones faciales son estudiadas por estos analistas del poder. Tienen en cuenta lo que compartimos en las redes sociales, y también se toman fotografías y videos de las expresiones individuales de la gente en un encuentro o manifestación. Nos están mirando todo el tiempo.

Muchos sectores del poder nos ven como simples consumidores. No solo de mercancías, sino también de mensajes, e incluso de ilusiones. Es más que probable que en un futuro próximo llevemos dispositivos pegados a nuestro cuerpo, o incluso dentro de él, que ofrecerán información más precisa sobre nuestras reacciones fisiológicas y neurológicas a la realidad. Ecosistemas en el horizonte de los que la neuropolítica será protagonista.


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