No te quiero para mí, te quiero conmigo
No te quiero para mí, te quiero conmigo. El amor no es posesión, es la unión de dos personas completamente distintas, o con algunos puntos en común, que se aceptan tal y como son. El amor son dos almas que se encuentran en el camino y que mientras conservan su identidad se entrelazan compartiendo un mismo destino.
Por eso te quiero conmigo, pero no para mí. Quiero que vivas tu vida y compartas esa vida conmigo, porque en esa vida no solo estaré yo. Seguirás tu camino y tendrás tu propio mundo, pero si tu destino está unido al mío, nos encontraremos compartiendo ese camino.
“En el amor, cada uno de nosotros es responsable por lo que siente, y no puede culpar al otro por eso.Nadie pierde a nadie porque nadie posee a nadie. Y esta es la verdadera experiencia de la libertad: Tener lo más importante del mundo sin poseerlo”
-Paulo Coelho-
Construyamos nuestro universo
Construyamos nuestro propio universo donde haya espacio para nuestros planetas, nuestros sueños y nuestras metas. Donde contar como hemos vivido nuestro día, ese que hemos compartido con otras personas, otros trabajos, otros mundos, nos alegre el día.
Un universo con horizontes paralelos que permitan diferentes puntos de vista y que hagan de estas diferencias la virtud de seguir creciendo. Porque no somos uno, somos distintos, pero aprendemos de lo que cada uno de nosotros vemos. Compartimos nuestras vivencias porque nos conocemos de una manera tan íntima y verdadera, que somos libres de decir lo que sea con la seguridad de que sabremos lo que el otro piensa.
A veces, solo con mirarnos, sabemos lo que pensamos. Otras tenemos que explicarnos y otras no llegamos a comprender lo que el otro está pensando. Pero todas ellas, sin excepción, son maneras de amarnos porque somos libres y aun así preferimos mantenernos juntos en el universo que creamos.
Por eso te quiero conmigo, pero no solo para mí
Te quiero conmigo cuando rozamos nuestras manos y los nervios se apoderan de mi estómago. Te quiero conmigo para reírte de mis tonterías, de lo torpe que soy o de los despistes de los que siempre me avisas. Te quiero conmigo cuando sonríes, pero también quiero compartir esa sonrisa tan bonita con el mundo.
Te quiero feliz e independiente
Te quiero feliz e independiente. También loca y sonriente. Te quiero por cómo eres, porque es así como te ganaste mi corazón. No pretendo que seas perfecta porque tampoco lo soy yo. Te quiero ver feliz a cada instante y por eso respeto todo lo que haces, aunque quizás yo no haría lo mismo. Pero eso es lo bonito, aprender que la vida no tiene un solo camino.
Vive, salta, corre y se libre, se feliz cariño, que yo soy feliz viéndote disfrutar como si cada instante fuera a acabarse en un suspiro. Gracias por poner mi mundo del revés y hacer cosas que no pensaba llegar a entender pero que haciéndolas contigo han adquirido un nuevo sentido.
Ser independiente en este mundo de adictos a las posesiones puede parecer una locura, pero mayor locura es privarnos de la libertad
Es muy divertido llegar a casa y tener a alguien al que contarle las historias de otro lugar donde no va a estar. Las risas, los consejos y cualquier tontería que se nos ocurra sobre nuestros mundos será la base de nuestra propia realidad.
Una realidad que tiene sentido vivida por separado, pero contada cuando nos juntamos. Mantenemos nuestro espacio y sabemos que nos respetamos, nos amamos y disfrutamos. No somos prisioneros de lo que el otro hace, dice o piensa porque cuando no estamos juntos disfrutamos tanto o más que cuando estamos separados.
Por eso sabemos que nos amamos, porque a pesar de ser felices estando separados, elegimos pasar la vida con alguien al lado. Así, tener lo más importante del mundo, el amor, a nuestro lado, sin poseerlo pero compartiendo la felicidad con los demás, es la mejor manera de vivir en mi mundo. Un mundo que quiero compartir contigo, un mundo lleno de libertad, respeto, amor y felicidad.