Nuestro demonio interior consume rabia

Nuestro demonio interior consume rabia
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 15 septiembre, 2019

La vida a menudo nos trata mal ¿ y qué?. El “supuesto” destino nos hunde, la “codiciada” suerte nos abandona,  nuestros sueños y expectativas quedan absolutamente congelados, ¿y qué?. Nuestras intenciones no coinciden con nuestros estados de ánimo, los principios morales, éticos, etc.,  tan juiciosos en ocasiones,  no nos aportan la serenidad y la lógica tan necesaria para resolver situaciones que a veces nos resultan dramáticas. ¿Y qué?

Al final, el único legado que nos queda y nos consuela física y psíquicamente sólo es un montón de rabia silenciosamente almacenada.

Nuestra vida y su contenido es real. A veces más o menos sencillo, más o menos cruel , pero real. No podemos desprendernos de muchas cosas y en ocasiones tampoco resulta sencillo olvidarlas, pero  es absolutamente posible: modificarlas.

Los días, los caminos, los momentos… que tengamos que recorrer y soportar, podrán ser blancos, negros, incluso grises para los más afortunados, pero en multitud de ocasiones se acabaran los colores cuando aparezcan situaciones o sucesos que generen sufrimiento. El daño que produce una rabia sin entusiasmo y sin cura, que se acumula y acumula hasta provocar ansiedad y depresión nos condicionará la vida hasta el punto de abandonarnos en la apatía y  la desesperación.

Cuando la vida te regala traspiés continuos que aumentan tu rabia,  uno tiene que aceptar “esos días de mierda” y sentarse a esperar que la lluvia y el mal tiempo pasen. Asumir que no siempre somos culpables y que cuando el tiempo cambie y el sol salga, es obligatorio dejar a un lado lo pasado y  disfrutar doblemente de lo que se presenta  o pueda presentarse mañana.

Que la vida sea dolorosa es antinatural, padecer en silencio con tristeza y angustia, sólo genera un abanico más amplio de posibilidades de contraer enfermedades mentales.  La rabia es un primerísimo síntoma de no aceptación ante la adversidad.

La vida se convierte de repente en un infierno. ¿Y qué ?. Asúmelo,  plántale cara al fuego, o escapa corriendo como un galgo. Pero no acumules  veneno , ira , o rabia.  Llueva  o salga el sol, el tiempo cambiará y nosotros no podremos hacer nada.

 


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.