Nueve estrategias para mantener los propósitos de año nuevo
El inicio de un nuevo año es un momento perfecto para pasar página y pensar en cómo mejorar nuestra vida, iniciar nuevos proyectos o cambiar ciertos hábitos poco convenientes o saludables. El año nuevo se percibe como un nuevo comienzo y como una gran oportunidad para cambiar lo que no nos gusta y mejorar aquello que nos parece más interesante, que nos ayudará a crecer psicológica, emocional, social, física e intelectualmente.
El problema es que los propósitos de Año Nuevo son mucho más fáciles de hacer que de mantener y, a finales de enero muchos ya han abandonado sus compromisos. Para que esto no ocurra es interesante seguir los siguientes consejos:
#1 – Elegir una meta realista y específica
Elegir un objetivo alcanzable brinda la oportunidad de planificar exactamente cómo se va a logar el objetivo a lo largo del año.
Por ejemplo, si lo que se pretende es bajar de peso, hay que plantearse cuántos kilos se quieren perder de manera realista en un tiempo lógico y proponerse cómo se va a conseguir (dieta, ejercicio diario, etc.).
#2 – Centrarse un solo propósito
Intentar comprometerse con varios objetivos supone que no se centren todas las energías en uno solo, de modo que, al abarcar demasiado, se terminen descuidando todos los propósitos. Al fin y al cabo, cualquier momento es bueno para proponerse algo, no tiene que ser sólo algo de Año Nuevo.
#3 – No esperar justo a la víspera del Año Nuevo
La planificación es una parte esencial de lograr cualquier meta. Los expertos sugieren que hay que pasar algún tiempo planificando cómo se va a hacer frente a un importante cambio de comportamiento. Por ello, para comenzar es importante hacer una lista de cosas que se pueden hacer para alcanzar el objetivo y tener en cuenta los obstáculos que se pueden interponer. De este modo estará todo listo para empezar el año con la propuesta bien hecha. En caso contrario, se corre el peligro de caer en la tentación o desfallecer ante la primera adversidad o, simplemente, de no saber por dónde empezar.
#4 – Comenzar poco a poco
Hacer un cambio necesita tiempo, sobre todo si es un cambio radical. Ir poco a poco ayudará a alcanzar la meta, ya que será más fácil ir incorporando pequeños hábitos que hacer un cambio total.
#5 – Evitar la repetición del errores cometidos en el pasado
Intentar una y otra vez lo mismo sin resultados supone que la confianza en uno mismo decaiga. Por eso es importante evaluar qué falló las veces anteriores o hacer un planteamiento o enfoque distinto de los propósitos para el nuevo año.
#6- Recordar que el cambio es un proceso
Esos hábitos que se desean cambia llevan mucho tiempo formando parte de cada uno, algunos se han tardado años en desarrollar. Cambiar esos hábitos llevará tiempo, por lo que es necesario estar concentrado para no rendirse.
#7 – No dejarse vencer por un pequeño desliz
Muchas personas terminan abandonando su meta cuando sufren un pequeño desliz. Pero si en vez de rendirse y verlo como un fracaso se considera un pequeño traspiés es más fácil salir reforzado y volver a tomar el camino planteado. Una recaída se convierte así en una oportunidad para el aprendizaje.
#8 – Buscar apoyos
Tener un apoyo sólido por parte de amigos y familiares funciona. Por eso es tan importante contar a lo demás los planes y pedirles ayuda para conseguirlo. Puede que incluso alguien más se anime y se pueda plantear como un reto en común.
#9 – Renovar la motivación
Al principio es fácil mantener la motivación, especialmente si se pueden ver ya los primeros resultados. Pero poco a poco la tentación o la pereza empezarán a aparecer, y dejará de ser tan sencillo. Por esto es importante automotivarse a diario, buscar fuentes de inspiración, hacer un seguimiento, hablar con alguien de los logros conquistados y, sobre todo, anotar las reflexiones y las ideas que motivan ese cambio para poder leerlas cuando el ánimo flaquee.