3 pensamientos negativos que puede que alimentes sin darte cuenta
Los pensamientos negativos que alimentas sin darte cuenta pueden convertirse en tus peores enemigos, esos que bloquearan tu crecimiento personal y que llamaran al malestar para que sea tu compañero de rutina.
Lo que te dices sobre ti, el mundo o los demás es más importante de lo que crees. De alguna forma, determina tu día a día, tu concepción sobre la vida e influye en cómo te sientes. Por ello, identificar qué tipo de pensamientos negativos alimentas es importante.
Sin embargo, lograrlo a veces no es tan sencillo, ya que te has acostumbrado a cultivar un tipo de pensamiento concreto y lo haces de forma automática, inconsciente. Es decir, la mayoría de las veces ni siquiera te das cuenta de lo que te estás diciendo.
Por eso, esta lista de pensamientos negativos que presentamos a continuación puede ayudarte. Quizás descubras que alimentas alguno de ellos, todos o ninguno. Sea como sea, seguro que reflexionaras sobre el tema, te ayudará a comprenderte y a entender a los demás. ¿Estás preparado?
“Tu mente siempre te recuerda lo malo, lo difícil, lo negativo. Recuérdale tú a ella tu grandeza, tu pasión y tu fortaleza”.
-Jorge Álvarez Camacho-
1- “No soy lo suficientemente bueno”
Una de las inseguridades más comunes consiste en pensar que no se da la talla. ¿Piensas que no eres lo suficientemente bueno o que no eres capaz?
En la sociedad actual, cada vez hay más personas que se consideran inferiores a las demás y que incluso llegan a pensar que son incapaces de lograr aquello que se proponen. Sin embargo, esta infravaloración es resultado de una cadena negativa de pensamientos.
Ahora bien, ¿por qué piensas que no eres lo suficientemente bueno? Según algunos expertos, la sociedad de la información tiene mucho que ver. Hoy en día estamos constantemente conectados y sabemos en todo momento, si así lo deseamos, lo que están haciendo los demás y lo que sucede en cada parte del mundo.
Así, día a día, podemos saber cuánto viajan los demás, qué comen, cuáles son sus objetivos logrados o lo felices que parecen ser en sus publicaciones. El problema es que esta información, la mayoría de las veces sesgada, nos influye y potencia de alguna forma el hábito de compararnos, ya sea con nuestros amigos como con influencers o personas exitosas de nuestra sociedad. La pregunta es: ¿para qué?
En general, comparar es una práctica que no tiene mucho sentido, ya que cada persona tiene su historia, su forma de ser, su pasado… Las comparaciones no suelen estar en igualdad de condiciones, pero lo obviamos porque nos cegamos con sus resultados, la mayoría de ellos, en nuestra contra.
“Debes hacer las cosas que piensas que no puedes hacer”.
-Eleanor Roosevelt-
2- “Tengo mala suerte”
Otro de los pensamientos negativos que suele ser muy común es aquel que te recuerda constantemente que tienes mala suerte.
En algunos casos, este pensamiento se considera como opuesto al anterior. Al pensar que no eres lo suficientemente bueno, estás probablemente viéndote como alguien inferior, menos valioso; sin embargo, si achacas tus problemas a tu mala suerte, en realidad estás pensando que eres especial respecto a los demás.
Piénsalo: si realmente crees que las cosas ‘no te salen’ porque tienes mala suerte, ¿no te estás viendo como alguien distinto al resto? Y sin embargo, en la mayoría de las ocasiones tener o no buena suerte puede ser irrelevante para conseguir el éxito.
Puede que este no sea tu caso; pero casi siempre, la creencia de que se tiene mala suerte no es más que una excusa que nos ofrece una explicación rápida y socorrida a nuestros problemas.
Pensar de este evita responsabilizarse de aquello que sucede en la vida. Por esta razón, es más funcional olvidarse de la suerte y centrarse en lo que se puede controlar para conseguir lo que se desea.
3- “Todo saldrá mal”
El último pensamiento de la lista tiene que ver con la forma en la que miras hacia el futuro. Para algunas personas, lo habitual es pensar que todo va a salir siempre mal. El problema es que a partir de este pensamiento, el miedo aparece en escena y al final se evita hacer aquello que realmente se quiere por la inseguridad y la desconfianza.
Puede que lleves un tiempo pensando en dejar tu trabajo y emprender por tu cuenta. Quizás quieres embarcarte en un viaje de ensueño a un país tropical. Incluso, es posible que la idea de invitar a una cita a la persona que te gusta lleve mucho tiempo rondándote la cabeza. Y sin embargo, puede que no lo estés haciendo porque tienes miedo de lo que pueda pasar.
La realidad es que, en la mayoría de las ocasiones, las consecuencias no suelen ser tan terribles como creemos. Si lo piensas fríamente, los escenarios apocalípticos que, a veces, te preocupan tienen en realidad muy pocas probabilidades de ocurrir. Tan solo eres un gran experto en contarte historias.
En general, cuando las cosas no salen como esperabas, lo peor que puede ocurrir es que te sientas mal durante un tiempo… Y luego, con gran probabilidad, podrás volver a intentarlo.
Así que no dudes en esforzarte para impedir que el miedo te paralice. Piensa en qué es lo más probable que puede pasar si intentas hacer aquello que sueñas. La mayoría de las veces, te darás cuenta de que los beneficios superan con mucho a los posibles problemas.
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