Pensamientos tóxicos versus pensamientos sanadores
¿Te ha ocurrido alguna vez que, cuando te levantas de mal humor, todo tu día transcurre “torcido”?. Se te queman las tostadas, discutes con tu pareja, en el trabajo no das pie con bola y de vuelta a casa encuentras todos los semáforos en rojos. Estos días grises que a todos se nos presentan de vez en cuando no son, por completo, producto del azar. Están, en gran medida, generados y alimentados por nuestros pensamientos tóxicos.
Muchas de esas calamidades se generan a raíz de tu mal humor: si no hubieras estado irritable, tal vez no habrías discutido con tu pareja y habrías logrado concentrarte más en el trabajo. Y las que no dependen de ti, probablemente se hayan magnificado debido a tu predisposición negativa. En un “buen día”, quizá ni te hubieras percatado del color de los semáforos.
Aunque no nos demos cuenta nuestras creencias, nuestro diálogo interno, nos condicionan. Mantener una voz crítica y negativa en nuestra cabeza durante todo el día nos lleva a percibir con mayor intensidad los problemas y a pasar por alto las bendiciones que nos rodean. Ahora, imagínate el efecto que se produce cuando esta voz interior, este mal humor, esta predisposición negativa no opera solo durante un día, sino durante toda nuestra vida.
Un programa instalado
Si establecemos un símil entre nuestra mente y un ordenador nos resultará más sencillo comprender cómo opera. Desde pequeños vamos recibiendo informaciones, condicionamientos y creencias que pasan a formar nuestros esquemas más profundos. Estos se instalan en nosotros y comienzan a dirigir la forma en que nos vemos a nosotros, a los demás y al mundo.
Su influencia es enorme. Y, lo que resulta aún más relevante, inconsciente. Es decir, por lo general no somos conscientes del programa que tenemos instalado desde niños. No identificados las creencias básicas que nos llevan a percibir e interpretar las situaciones de una determinada manera.
Si funcionamos con un programa de creencias positivas y reforzantes, todo irá bien. Nuestra voz interior nos recordará a cada momento que somos valiosos y fuertes, que la vida es hermosa y está llena de oportunidades. Sin embargo, la mayoría de nosotros contamos con un “software” mucho más negativo.
Aunque no seamos del todo conscientes, nuestro diálogo interno se mantiene hablando de problemas, de dificultades y de injusticia. Nos repite incesantemente que no somos válidos, que no somos suficientes, que somos torpes o cobardes. Que nuestra vida es oscura y que no tenemos ningún poder para cambiarla.
¿Puedes imaginar el modo en que esto nos afecta?. Los pensamientos tóxicos nos dominan desde dentro, y nosotros les creemos sin ni siquiera cuestionar su validez. Entre otras cosas porque no nos damos cuenta de que están ahí.
Deshazte de los pensamientos tóxicos
La buena noticia es que podemos modificar el programa que llevamos instalado, y sustituirlo por otro consistente en pensamientos sanadores. ¿No sería fantástico poder sentirte en paz, experimentar la gratitud y la plenitud?. ¿No te encantaría amarte y aceptarte profundamente, sentir que confías en ti mismo y que es un placer estar en tu piel?.
Para lograrlo no necesitas tener una vida perfecta, no necesitas cumplir con los estándares sociales o tener un estatus elevado. No requieres una inteligencia prodigiosa, una belleza deslumbrante, un gran carisma o un talento espectacular. Únicamente necesitas modificar tus pensamientos, sustituir tus creencias, generar un diálogo interior sano y provechoso.
Para ello, el primer paso es identificar esas cogniciones dañinas que llevas manteniendo desde la infancia. Escribe en un papel todos los pensamientos nocivos que tienes respecto a las distintas áreas de tu vida. Así te resultará más sencillo detectarlos cada vez que surjan en tu mente de forma automática.
A continuación, solo necesitas ser perseverante. Determina qué pensamientos quieres “instalar” en ti, qué te gustaría pensar y sentir acerca de la vida, y comienza el cambio. Cada vez que un pensamiento del programa antiguo aparezca, sustitúyelo conscientemente por su equivalente sanador.
De este modo, progresivamente, tus creencias se irán modificando. Dejarán de ser tus peores enemigos y se convertirán en tus aliadas hacia el éxito y la felicidad. Tu mente estará programada para hallar la belleza y la abundancia a tu alrededor y para recordarte, cada día, que es fantástico ser tú.
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