Perfil sensorial: qué es y para qué sirve

El perfil sensorial ayuda a entender la relación de una persona con los estímulos de su entorno y qué ajustes necesita para rendir mejor. ¿Quieres saber por qué y cómo utilizarlo a tu favor? En este artículo lo revelamos.
Perfil sensorial: qué es y para qué sirve
Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 17 abril, 2024

En las escuelas, en el mundo laboral y en la vida cotidiana, se busca una homogeneización del entramado social. Así, a quienes eran diferentes les presionaban para cambiar. Por fortuna, cada vez somos más conscientes de que la diversidad nos enriquece y de que comprenderla trae grandes beneficios en lo personal y lo colectivo. Dentro de este paradigma se comienza a atender el perfil sensorial.

Este designa un patrón individual y propio de cada persona, en cuanto a la forma en que se procesan los estímulos y cómo se responde a ellos. Luces, sonidos, olores, texturas y múltiples elementos sensoriales nos rodean a diario, afectando nuestro bienestar y productividad. Por ello, conocer este perfil en niños y adultos ayuda a hacer ajustes que favorezcan su éxito y desempeño.

¿Qué es el perfil sensorial?

Para entender en qué consiste este término es importante hablar primero de la teoría del procesamiento sensorial de Winnie Dunn. Partimos de la base de que las personas recibimos información del entorno a través de nuestros sentidos.

Sin embargo, cada uno de nosotros tiene un umbral diferente y sensible a las condiciones del ambiente, de modo que hay quienes necesitan una gran intensidad para percibir la estimulación y hay quienes captan estos elementos, incluso, en su expresión más mínima.

Por ejemplo, una persona puede sentirse muy incómoda y perturbada por un olor que para otra es casi imperceptible. O alguien disfrutaría en gran medida de una montaña rusa, mientras que para otro esa experiencia es desbordante. Esto depende del umbral neurológico.

Aparte, existen diferentes formas de regular esa entrada de estímulos. Hay quienes permanecen pasivamente en el entorno, dejando que las cosas sucedan y reaccionando ante ellas. Pero también están los que ejecutan cambios de forma activa, con el fin de lograr el nivel de estimulación que necesitan.

Al conjugar ambas variables (umbral neurológico y autorregulación) surgen cuatro diferentes patrones de procesamiento sensorial, de acuerdo con el Modelo de Procesamiento Sensorial de Dunn. O, en otras palabras, cuatro perfiles sensoriales que poseen sus propias características. A continuación, veamos de qué va cada uno.

Joven molesta con gritos a una mujer mientras habla por teléfono
Las personas de umbral alto y autorregulación activa manifiestan reacciones como hablar fuerte e impulsividad.

1. Búsqueda de sensaciones

Este perfil describe a las personas con un umbral alto y una autorregulación activa. Es decir, que necesitan una estimulación intensa y prolongada y buscan deliberadamente entornos o situaciones que se la proporcionen. En un niño esto puede traducirse en las siguientes acciones:

  • Ser impulsivo
  • Jugar con rudeza.
  • Hablar fuerte o chillar.
  • Tocar todo a su alrededor.
  • Necesidad de correr, trepar o moverse constantemente.
  • Sobreexpresar el afecto sin respetar el espacio de otros.
  • Preferir sabores intensos o música a volúmenes elevados.

2. Evitación de sensaciones

Se trata del perfil de quienes tienen un umbral bajo y una autorregulación también activa, pero dirigida a evitar los estímulos porque estos sobresaturan a la persona. Por ejemplo, el niño puede taparse los oídos ante ruidos fuertes, irse a otro lugar cuando hay mucho bullicio o negarse a probar nuevos alimentos. De igual manera, quizás rechace el contacto físico, sea muy precavido o se niegue a usar cierto tipo de ropa en función de su textura.

3. Sensibilidad sensorial

Este tercer caso aplica a quienes tienen un umbral bajo (captan fácilmente los estímulos) y una autorregulación pasiva. Esto implica que no evitan los estímulos, pero sí son muy sensibles a ellos, así que reaccionan de forma intensa, exagerada y duradera.

Estos niños suelen sentirse sobreactivados o sobrepasados en diferentes situaciones y por ello mostrarse irritables y malhumorados. Adicional, requieren más tiempo para procesar la información, lo que les muestra más lentos o inhibidos.

4. Registro bajo

Por último, están las personas con un umbral alto (necesitan mayor estimulación) y una regulación pasiva. Estas muestran tendencia a ser distraídas y perderse gran parte de la información del entorno. Parecen indiferentes a lo que ocurre y resulta difícil captar su atención. Asimismo, pasan por alto aspectos que saltan a la vista de los demás.



¿Cómo identificar el perfil sensorial?

Como puedes imaginar, el tipo de perfil sensorio de una persona influye en su forma de relacionarse con el medio y de funcionar en su día a día. Por esto, es importante identificarlo y para tal fin existe un instrumento estandarizado, capaz de medir y evaluar los patrones de procesamiento sensorial.

Este consiste en un cuestionario, aplicable tanto a niños como a adultos, que recoge las respuestas e interacciones que la persona emite respecto a su entorno. En el caso de los chicos (de 3 a 14 años), son sus padres, cuidadores y profesores quienes proporcionan la información, dado que mejor conocen las experiencias sensoriales de los niños y sus respuestas y reacciones más típicas.

Al evaluar estos perfiles en adolescentes y adultos, ellos mismos registran la frecuencia con que incurren en cada uno de los comportamientos analizados.

Niña trepa un árbol
Llevar a cabo el perfil sensorial es de gran ayuda en el tratamiento de niños con neurodivergencia.

Beneficios de realizar el perfil sensorial

Las investigaciones al respecto han encontrado que realizar el perfil sensorial es especialmente útil en ciertos grupos de población, como son los niños con alguna neurodivergencia (TEA o TDAH), con trastornos del desarrollo o del aprendizaje, debido a que muestran un procesamiento sensorial distintivo y más intenso.

Sin embargo, cada persona tiene su propio perfil que puede, o no, ajustarse a la norma en diferentes ámbitos y grados. Así, conocer dicho perfil de una persona (niño o adulto) reporta diferentes beneficios, como los que ahora listamos:

  • Permite tener una mayor comprensión de las necesidades y de la forma de experimentar la realidad de esa persona.
  • Ayuda a su conocer sus virtudes y potencialidades, así como aquellas áreas en que se encuentran dificultades debido al procesamiento sensorial.
  • Hace posible crear estrategias de intervención o aplicar ajustes que aligeren los desafíos e impulsen los puntos fuertes de cada niño y adulto. Esto tanto en el ámbito académico o laboral, como en la vida diaria y en las relaciones interpersonales.

En suma, conocer los perfiles sensoriales de los niños nos ayuda a entender que sus conductas no se deben a la desobediencia, sino a un mal ajuste entre sus necesidades y el entorno.

De esta forma, por ejemplo, un chico con sensibilidad sensorial ameritará un entorno tranquilo y poco estimulante, para rendir y sentirse cómodo; mientras que uno con registro bajo, demandará atención y motivación de forma más activa para prestar atención y ser productivo.

De modo más específico, estudios como el publicado por la Revista Americana de Terapia Ocupacional sugieren que utilizar balones medicinales como asiento, beneficia la productividad de niños con TDAH (pues permite un cierto movimiento). Asimismo, se ha señalado que emplear chalecos con peso facilita el rendimiento de chicos con trastornos generalizados del desarrollo (por la estimulación propioceptiva que aplica).



Los perfiles sensoriales como herramientas de autoconocimiento

Para realizar tales perfiles es importante que el instrumento lo aplique un terapeuta profesional. No obstante, las personas más allegadas al infante pueden identificar algunas de sus necesidades al respecto, fijándose en cómo reacciona ante diferentes situaciones cotidianas. ¿Le molestan los ruidos, las luces o las texturas?, ¿parece distraído y le cuesta concentrarse?, ¿es inquieto y enérgico y está siempre alerta?

Atender a lo expuesto facilita la labor de padres y profesores, aumentando la capacidad de estos para adecuar los contextos y circunstancias, de manera que el niño se sienta más cómodo y se desarrolle de forma óptima.

En el caso de los adultos, entender nuestro perfil sensorial nos permite buscar o reclamar esos ajustes en los ambientes laborales y las relaciones personales, así como comprender las necesidades específicas de los demás. Por ello, es una herramienta de autoconocimiento de gran utilidad.


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