Personas emocionalmente intensas y sensibles: carácter y relaciones
Pasión, una curiosidad feroz, empatía, gran imaginación, ganas por experimentar, por vibrar al compás de la vida, por bailar con ella y descubrir qué más puede ofrecerte… Si perteneces al grupo de personas emocionalmente intensas y sensibles es muy posible que tus relaciones sociales sean algo complicadas y que no todos puedan entender tu carácter.
Todos hemos oído hablar de la personalidad altamente sensible. Sin embargo, hay otro tipo de carácter vinculado en algunos aspectos a esta última, que se alza con un patrón conductual y emocional muy revelador. Son personas hambrientas por el aprendizaje, en sintonía con ellas mismas y dispuestas a revelar todo su potencial creativo y humano.
Son dinámicas, activas y apasionadas, sin embargo, poseen un reverso, el mismo que evidencian muchos artistas y escritores clásicos: una irremediable tendencia a las crisis existenciales y a la angustia. Al fin y al cabo, quien ansía sentirlo todo choca con un mundo casi siempre pautado, rígido y lleno de convencionalismos.
¿Cómo son las personas emocionalmente intensas y sensibles?
A menudo, suele decirse que las personas emocionalmente intensas y sensibles presentan sensaciones algo ambivalentes. Por un lado, conjugan la misma virtud que la personalidad altamente sensible, es decir, sienten un amplio espectro de emociones de una manera más vívida y profunda que la mayoría.
Esto implica que no solo experimentan la alegría, la conexión y el amor con una intensidad desbordante. También viven sus miedos, ansiedades y angustias de manera desesperada.
Para quien no haya oído hablar aún de este tipo de perfil caracterizado por la intensidad emocional, cabe decir que la psicología lleva años profundizando en ella.
Estudios, como los realizados en la Universidad de Vanderbitt, en Tennessee y el hospital de Massachusetts, validaron ya una escala hace años para su detección, destacando además su relación con el neuroticismo y la extroversión. Veamos, no obstante, qué características son las que definen a las personas emocionalmente intensas y sensibles.
¿Qué es ser «emocionalmente intenso y sensible»?
Por término medio, esta tipología de personalidad se define por cinco variables muy concretas:
- Presentan una profunda emocionalidad y pasión. Es decir, todo el espectro de emociones, tanto de valencia positiva como negativa, las viven con una elevada intensidad. Lo problemático es que no siempre las manejan de manera adecuada, de ahí esos picos experienciales, yendo a menudo de la más intensa de las felicidades al más profundo abatimiento.
- Son personas muy sensibles y empáticas. En este punto comparten el mismo factor que la alta sensibilidad descrita por la doctora Elaine N. Aron. De hecho, esta investigadora dispone de un estudio en el que se explica la razón de ello: la elevada sensibilidad evidencia una activación más fuerte en las regiones cerebrales relacionadas con la conciencia, la empatía y la conexión interpersonal.
- Son muy perceptivos. Van más allá de lo aparente para captar el detalle, la particularidad y esos matices que los demás no ven.
- Tienen un mundo interior muy rico. Son personas muy imaginativas y creativas.
- Suelen evidenciar constantes crisis existenciales. Esto viene explicado por la frustración de no poder realizar aquello que desean y también, por la sensación de sentirse solos e incomprendidos ante un mundo que no vibra a su mismo nivel.
Las relaciones cuando eres una persona intensa y muy sensible
Extraversión, apertura a la experiencia, neuroticismo, pasión por experimentar, por conectar con los demás, angustia por no ser comprendido, por no poder saciar esas ansias por saber, sentir, vivir… Las personas emocionalmente intensas y sensibles vienen a este mundo con un par de alas a la espalda, pero la sociedad les pone a menudo pesados grilletes en los pies.
Esto hace que sus relaciones siempre tengan un punto de complicación extra, tendentes a la incomprensión y hasta la decepción. Sin embargo, lo llamativo es que conectar con este perfil de personalidad siempre marca. Aunque estén, eso sí, en otra esfera más elevada, tanto en el plano emocional como en el intelectual.
Así se relacionan las personas emocionalmente intensas y sensibles
La primera característica que les define es su umbral de aburrimiento. Pierden el interés por las cosas en cuanto las entienden y ya no les genera ningún tipo de estímulo.
¿Qué implicación tiene eso a nivel relacional? Significa que son personas muy dinámicas, que necesitan hacer muchas cosas a la vez para lograr gran estimulación emocional, social, intelectual…
- No todo el mundo puede seguir su ritmo ni está en sintonía con su elevada pasión. Esto puede ser problemático a nivel afectivo si no cuentan con una pareja con los mismos intereses.
- Son perfiles, por lo general, que combinan la profundidad emocional con la alta inteligencia y esto, como bien decimos, puede hacer que nunca terminen de encontrar al amor más idóneo para ellos.
- Si hay algo que les motiva es intentar dar con el significado de la vida. Para ello explorarán todo tipo de áreas, la física, la psicológica, la artística, la espiritual… Esto es algo que no todos pueden entender.
- A pesar de su dinamismo y extroversión, son personas que siempre terminan priorizando a los demás antes que a sí mismos. No obstante, no siempre hallan la misma correspondencia.
- Son perfiles muy sensibles a las críticas, a las decepciones, a las mentiras… Es común que arrastren tras de sí relaciones rotas, tanto afectivas como de amistad y esto les marca. También les hace más tendentes a la depresión.
Para concluir, las personas emocionalmente intensas y sensibles son como esas almas apasionadas, luminosas e inocentes, que siempre andan buscando la profundidad en un mundo demasiado superficial. De ahí sus crisis existenciales, de ahí la necesidad constante de sobreponerse y continuar con ese viaje de búsquedas…
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- Acevedo, B. P., Aron, E. N., Aron, A., Sangster, M. D., Collins, N., & Brown, L. L. (2014). The highly sensitive brain: An fMRI study of sensory processing sensitivity and response to others’ emotions. Brain and Behavior, 4(4), 580–594. https://doi.org/10.1002/brb3.242
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