Personas introvertidas, tan hermosas como una puesta de sol
Puede que una de las razones por la que apreciamos verdaderamente una puesta de sol sea la misma que hace tan genuinas a las personas introvertidas, la belleza de saber apreciar la calma. A las personas introvertidas se las tilda de ser poco sociales y no es que les disguste las fiestas o la algarabía, sino que para ellas suponen barreras para comunicarse con los demás.
Una noche a solas, transcurrida nada más que con una buena cena y una serie de televisión, no se considera entre los introvertidos un tiempo malgastado. Por el contrario, se ve como una necesidad, un tiempo de ocio para disfrutar y volver a salir al mundo. Esto le ocurre a un tercio de la población.
Según Sophia Dembling, psicóloga y autora de Vivir una vida tranquila en un mundo ruidoso, a los introvertidos les gusta saltar hacia lo profundo en alusión a las conversaciones sobre el sentido de la vida, la naturaleza del amor o cualquier otro asunto por el que se sientan interesados en hablar, con pasión, al respecto.
Muchas veces confundimos timidez con introversión, pero son dos conceptos totalmente diferentes. La timidez es el miedo a la desaprobación social, mientras que la introversión es una preferencia por los ambientes que no son de lo más estimulante. La timidez es intrínsecamente dolorosa; la introversión no lo es.
“Si eres una persona introvertida, también sabes que el prejuicio contra el tranquilo puede causar profundo dolor psíquico. Cuando niño puedes haber escuchado a tus padres disculpándose por tu timidez. O en la escuela, puedes haber sido alentado a salir de tu caparazón”.
-Susan Cain-
Se sienten solos en multitud
A pesar de lo contradictorio que pueda parecer, es usual que una persona introvertida se sienta sola en medio de muchas personas y prefieren dedicar su energía social a amigos cercanos, colegas y familias. ¿Con qué frecuencia hablamos sólo para llenar el espacio tranquilo? ¿Cuántas veces perdemos el aliento hablando sin sentido?
Los introvertidos pueden tener fuertes habilidades sociales y disfrutan fiestas y reuniones de negocios. Pero tras un tiempo, prefieren estar en casa. Escuchan más que hablan, piensan antes de hablar y a menudo sienten que se expresan mejor escribiendo que en una conversación. Tienden a rechazar el conflicto. Algunos pueden tener pavor a una pequeña charla, pero disfrutan de discusiones profundas.
Se aburren fácilmente en ambientes donde hay mucha gente o muchos estímulos. Esto se explica porque las personas introvertidas, prestan más atención a los detalles y se ven abrumados por demasiada estimulación.
“Siempre estás diciendo que no le gustas a la gente, pero a la gente no puede gustarle algo que no está ahí”.
-Cath Crowley-
¿El cerebro de las personas introvertidas es diferente?
Un estudio realizado por la Universidad de Harvard, detectó diversos patrones en los cerebros de las personas clasificadas como introvertidas que dan luz sobre por qué son así. Los introvertidos tienen una mayor cantidad de materia gris, la que además es más gruesa, en ciertas zonas de la corteza pre-frontal, relacionadas con el pensamiento abstracto y la toma de decisiones.
Otro rasgo del cerebro de los introvertidos es que, además de tener la corteza prefrontal más desarrollada, también poseen más actividad en los lóbulos frontales y el tálamo anterior. Esto provocaría que estas personalidades sean más capaces de recordar eventos, hacer planes y resolver problemas.
Este tipo de personas ponen más atención en lo está sucediendo dentro de ellos y no ante ellos. Asimismo, tienen mayor actividad cerebral en las zonas dedicadas al aprendizaje, control motor y de vigilancia, lo que, justamente, los hace ser más cautos.
“El comienzo de la sabiduría es el silencio”.
-Pitágoras-