¿Qué podemos hacer para prevenir recaídas en problemas de ansiedad?
La ansiedad está tan presente en nuestro día a día que no hace falta mucha adicional para que en ocasiones nos desborde. En ese momento buscamos formas de solucionar el problema. Acudimos al médico o al psicólogo y ponemos estrategias en marcha… Pero después, ¿cómo podemos prevenir recaídas?
Nosotros mismos podemos hacernos con y entrenar una serie de herramientas que nos pueden ayudar con la misión de que la ansiedad no vuelva. En este artículo vamos a hablar precisamente de ellas y de cómo las puedes utilizar para evitar una recaída.
“La ansiedad no puede evitarse, pero sí reducirse. La cuestión en el manejo de la ansiedad consiste en reducirla a niveles normales y en utilizar luego esa ansiedad normal como estímulo para aumentar la propia percepción, la vigilancia y las ganas de vivir”
-Rollo May-
Dime el tratamiento que has recibido y te diré cómo prevenir recaídas
Lo primero que hay que tener en cuenta es que nuestra efectividad a la hora de prevenir recaídas va a depender del tratamiento que hayamos seguido para manejar la ansiedad en un primer momento. Puede parecer que esto no es relevante, pero es lo más importante de todo.
Así, si hemos optado por tomar algún tipo de psicofármaco va a ser más difícil que podamos prevenir recaídas por nosotros mismos. Me explico. Con la terapia farmacológica ingerimos una pastilla que hace que nuestros niveles de ansiedad bajen, pero si no viene combinada con una intervención psicológica, no vamos a tener otras estrategias de manejo de la ansiedad más que la de medicarnos.
Sin embargo, si hemos acudido a un psicólogo de calidad, probablemente este nos haya facilitado varios recursos de control emocional para poner en marcha en situaciones en las que nuestro equilibrio está comprometido. Así las podremos aplicar, lejos de recurrir a un medicamento. Es por ello que, aunque requiera más esfuerzo por nuestra parte, la intervención psicológica es más recomendable para evitar recaídas.
¿Qué podemos hacer desde un primer momento para prevenir recaídas?
Si hemos optado por un psicólogo adecuado, de una corriente cognitivo-conductual, habremos adquirido herramientas para manejar nuestros pensamientos y nuestras emociones a lo largo de la terapia. Pero, como todas las habilidades que aprendemos a lo largo de nuestra vida, tendremos que continuar practicándolas si no queremos perderlas.
“La imaginación nunca toma posesión de la mente con tanta firmeza como cuando la encuentra vacante y desocupada”
-Johnson Burton-
Así, seguir con algunos ejercicios, aunque sea de manera más espaciada y frecuente, va a ser el primer paso para prevenir recaídas. Pensad, por ejemplo, en cómo, cuando aprendemos un idioma, si dejamos de hablarlo, rápidamente perdemos soltura, ¿verdad? Pues en este caso pasa lo mismo: si dejamos de aplicar estrategias de control emocional, nos va a costar más utilizarlas cuando la requiramos.
Es decir, tenemos que esforzarnos por mantener los cambios obtenidos en terapia. El trabajo no termina cuando finaliza la intervención y el psicólogo nos da el alta. Continúa en nuestro día a día, por lo que nuestra salud emocional depende en gran parte de nosotros mismos.
“La capacidad para soportar la ansiedad es importante para la autorrealización del individuo y para su conquista del entorno. La realización de uno mismo solo se alcanza avanzando pese a los choques emocionales. Ello indica cuál es el uso constructivo de la ansiedad”
-Kurt Goldstein-
Un paso más allá en la prevención de recaídas
No solo hay que continuar practicando, también tenemos que recordar la información que hemos recibido en terapia con la psicoeducación. Por ello, no desterremos al cajón del olvido el papel de los pensamientos en el proceso emocional. Ya sabes que todos tenemos pensamientos desadaptativos, por lo que tendrás que estar atento para identificarlos, clasificarlos y cuestionarlos en la medida que estos parezcan sospechosos.
Además, te va a ayudar identificar las situaciones que potencialmente sean generadoras de ansiedad. De esta forma, podremos poner en marcha las herramientas ya adquirimos con esfuerzo. Recuerda que ya has aprendido a solucionar problemas antes, por lo que puedes enfocar los que vengan como desafíos o retos y no como amenazas que ponen en peligro elementos abstractos, como nuestra imagen.
No olvides que no todos los días el sol brilla con la misma fuerza. Me explico. Todos y cada uno de nosotros tenemos días malos. De alguna forma esta condición es intrínseca a nuestra naturaleza. Donde sí tenemos elección es el la forma de afrontarlos o en no anticipar que un día que comienza torcido va a seguir torcido. De hecho, muchos días que comienzan torcidos siguen torcidos por nuestra propia ansiedad, que nos hace perder los papeles y juega el papel de hechicera para que se dé el fenómeno de la profecía autocumplida.
Por último, si necesitas recurrir al psicólogo de nuevo, no pasa nada. De ningún modo es un fracaso ni significa que hayas perdido todo lo que has avanzado hasta ese momento… ¡Es preferible hacerlo antes de que la ansiedad se haga más fuerte!
Imágenes cortesía de Mike Wilson, Malik Earnest y Mauro Mora.