¿Por qué las personas inteligentes fingen a veces que no lo son?

Las personas altamente inteligentes suelen tener serios problemas para adaptarse en muchos escenarios. En el trabajo, a veces, se prefiere al más inepto y obediente. Todo ello provoca que, menudo, quien es brillante rebaje y disimule sus competencias...
¿Por qué las personas inteligentes fingen a veces que no lo son?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 01 diciembre, 2022

¿Eres de los que se ha visto obligado alguna vez a eliminar estudios y experiencias de su currículum para lograr un trabajo? En ocasiones, vemos nuestras competencias y valías más como un problema que como una ventaja. Sobre todo, cuando somos conscientes de que hay escenarios en nuestra sociedad en que se prefiere la mediocridad al talento excepcional.

Lo observamos a menudo en determinadas figuras que, a pesar de su ineptitud, logran puestos de alta dirección. Detrás de estas realidades están, por ejemplo, los antilíderes, figuras que prefieren a trabajadores leales antes que a personas con grandes valías. Porque lo que quieren muchas organizaciones es que nada cambie, que no se desafíe la autoridad y las nuevas ideas no lleguen.

Se opta -en ciertos casos- por la estupidez funcional a la mente innovadora, esa que con su flexibilidad, resolución y perspectiva crítica, reformula estructuras y trae el progreso. Buena parte de esta realidad puede explicar por qué las personas más brillantes se sienten decepcionadas y opten a veces por camuflar su potencial.

Somos seres sociales y muchas veces lo que más necesitamos es adaptarnos, lograr un empleo, no ser el “bicho raro” al que nadie entiende y que en ocasiones incómoda. Sin embargo, ante esta estrategia, solo cabe hacernos una pregunta… ¿Puede ser feliz la persona que se ve obligada a rebajar sus valías para integrarse?

Las personas muy inteligentes son muy reflexivas, críticas y buscadoras de la verdad. Esto provoca que, muchas veces, se sientan desencantados con un entorno que no siempre reconoce a quien tiene más valías.

Equipo de trabajo hablando de las personas inteligentes fingen a veces que no lo son
La persona más inteligente no es siempre la más adecuada para determinados puestos de trabajo. Esto se sabe y son muchos que rebajan sus cualidades.

Razones por las que las personas inteligentes fingen que no lo son

Vivimos en un mundo en el que los más ignorantes se perciben como los más talentosos (efecto Dunning-Kruger) y los más preparados infravaloran sus valías (síndrome del impostor). Esto que puede parecernos de lo más irónico, encierra en realidad una terrible tragedia. Las personas más brillantes y competentes están desaprovechadas en un sistema que se sostiene, pero que no avanza.

A este contexto se le añade la realidad ya señalada: a menudo, las personas inteligentes fingen que no lo son por pura supervivencia social. Aquellos con un cociente intelectual más elevado suelen tener más problemas de adaptación y esto supone perderse muchos beneficios sociales. Ejemplo de ello es no lograr una carrera profesional o incluso no contar con una buena red de amigos o incluso pareja.

Profundicemos un poco más en esos factores que explican por qué alguien brillante recorta sus competencias.

Los niños más brillantes son tachados en el colegio de “sabiondos” y “sabelotodos”. Muchas veces pueden incluso sufrir bullying y sentirse rechazados por su talento. Esto puede hacer que, en algún momento, elijan rebajar sus competencias para adaptarse y no llamar la atención.

La sobrecualificación es un problema para lograr un empleo

Las personas más inteligentes fingen a veces que no lo son porque se sienten como peces grandes en estanques pequeños. Hay tan pocas ofertas de trabajo para empleados altamente formados, que no hay otra opción que bajar las expectativas y recortar el currículum.

La sobrecualificación se ve como una amenaza en muchos entornos laborales. Esto se debe, primer lugar, porque no se crean los suficientes puestos para estos perfiles. Segundo, porque no siempre se les puede/quiere retribuir como merecen. Asimismo, también hay otro factor interesante.

La Universidad de Australia Occidental realizó un estudio en el que destacó que muchos gerentes asumen que cuando una persona está sobrecualificada para un cargo tiende al aburrimiento. Poco a poco, esa percepción de que las competencias de uno están por encima de sus tareas hace que terminen desconectándose de sus responsabilidades y aparezca el ostracismo.

Hay muchos prejuicios alrededor de las personas brillantes y talentosas. Esto explica por qué a menudo, para sobrevivir y lograr un simple empleo, se opte por bajar las miras y recortar el currículum.

La eterna búsqueda por encajar socialmente

La universidad de Singapur demostró en una investigación que mientras la gran mayoría se siente feliz compartiendo tiempo con amigos, las personas más inteligentes disfrutan más de la soledad. Ahora bien, esto no quiere decir que sean figuras asociales y que no necesiten de la conexión con los demás. Porque, como seres humanos, todos lo necesitamos.

Por ello, para construir una red básica de amistades, muchas veces se ven obligados a diluir su yo, a crear un “personaje” menos profundo y brillante con el que conectar con los demás a través de conversaciones más triviales.

Cuando las personas fingen ser algo que no son lo hacen por mera supervivencia, porque se han dado cuenta que esto les facilita el día a día y hasta su adaptación.

La necesidad de no llamar la atención

Las personas inteligentes fingen a veces que no lo son para evitar el sufrimiento. Esto nos puede parecer llamativo, pero es un hecho que vemos con frecuencia. El niño con altas capacidades intelectuales padece a menudo situaciones de acoso escolar. Muchos han pasado parte de su vida académica arrastrando los más variados motes y algún insulto.

Crecer siendo ese patito extraño o búho sabelotodo que siempre andaba solo por el patio del colegio, deja huella. Y hasta más de un trauma. Algo así provoca, a veces, que al llegar a la edad adulta opten por reprimir su personalidad, su carisma, su talento y sus conocimientos. Todo ello como mecanismo básico para eludir el rechazo y el dolor que se sufrió en la infancia.

chica pensando en las personas inteligentes fingen a veces que no lo son
Hay muchas mujeres inteligentes que suelen rebajar su inteligencia para no intimidar a posibles parejas afectivas.

¿Qué efecto tiene camuflar lo que uno es?

Si hay un rasgo que define a las personas altamente inteligentes es su capacidad para resolver problemas. De este modo, cuando se es consciente de que el talento y la mente brillante se ven como amenazas, es común que estos hombres y mujeres quieran resolver ese desafío de forma tajante. Y el resultado es recortar potenciales, fingir conversaciones intrascendentes, dejarse llevar por la inercia de los contextos.

¿Qué efecto tiene esta estrategia? El resultado no puede ser más negativo. Si elegimos retirar estudios y valías de nuestro currículum para lograr un trabajo, terminaremos desmotivados y frustrados. Si decidimos fingir cierta ingenuidad para no incomodar a alguien que nos gusta, parecer arrogantes o demostrar que somos más inteligentes que él/ella, viviremos en la contradicción y la infelicidad.

Aparentar lo que no se es, esconder lo que uno vale y crear un personaje para adaptarse, diluirá nuestro auténtico ser. Vivir en una eterna distorsión del propio ser nos conduce a la depresión, a desdibujarnos en una sociedad que nos quiere iguales. Cuando ser diferentes, únicos y excepcionales es una valía que hay que saber aceptar, aprovechar y potenciar.

Siempre habrá personas que aprecien y busquen al más brillante; no apaguemos nuestra luz interna para vivir en oscuridad junto a los demás. Confiemos en nosotros mismos.


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