¿Por qué me siento fuera de control?
Todo el mundo puede sentirse en algún momento de su vida fuera de control, pero hay personas a las que les ocurre más a menudo. No hay nada de malo en esta sensación en sí, lo negativo sucede cuando causa indefensión, preocupación o tristeza porque tanto su intensidad como su duración son desproporcionadas.
¿Que hacer para dejar que sentirse fuera de control?
Vas a examinar por qué una persona puede llegar a sentirse fuera de control y qué hacer para remediarlo.
Regular las emociones
Podemos aprender a regular nuestras emociones de diferentes maneras para evitar esta sensación de estar fuera de control:
- Observar a las personas que nos rodean y cómo regulan sus emociones
- Tener sentimientos validados (correspondidos o valorados)
- Aprender que expresar nuestros sentimientos no tiene porqué hacernos más vulnerables
- Aprender maneras apropiadas de responder internamente a nuestros sentimientos
- Tener en consideración el temperamento de cada persona
¿Qué problemas existen a la hora de regular emociones?
Los problemas de regulación de emociones, que tienen que ver con la sensación de estar fuera de control, se dividen en dos partes: la vulnerabilidad emocional y la modulación emocional.
Vulnerabilidad emocional
La vulnerabilidad emocional aparece por:
- La alta sensibilidad a los estímulos emocionales. Por ejemplo, una persona se enfada por cosas que otros no hacen
- Una respuesta muy intensa a los estímulos emocionales. Por ejemplo, una persona se molesta más por las cosas que la mayoría de las personas
- El lento retorno a la base emocional. Por ejemplo, a una persona le lleva mucho tiempo volver a estar en calma de nuevo
Estos modelos o hechos que explican el porqué de la vulnerabilidad emocional, también aportan una posible explicación al hecho de que ésta habitualmente vaya acompañada de una gran cantidad de problemas de salud mental, incluso cuando hablamos de duelo o de ajuste.
Modulación emocional
La modulación emocional es la capacidad de interactuar con nuestras emociones, en lugar de ser controlados por ellas. Existen cuatro habilidades en la modulación de la emoción:
- Comportamiento inútil: no hacer algo que lamentare después
- Organizar respuestas: hacer un plan, ¿qué útil para ti?
- Auto-calmarse: Hacer algo con calma, positivo y con lenguaje (no voy a estar molesto siempre)
- Redirigir la atención: la observación consciente, la actividad auto-calmante
La Terapia dialéctica conductual (TDC o DBT) enseña la regulación emocional para no sentirse fuera de control
La DBT regula las emociones para evitar sentirse fuera de control mediante una regla general: la validación. Todas las emociones son válidas, pero a partir de ahí, tenemos algunas opciones con ellas, y esas opciones pueden llegar a ser dolorosas para nosotros:
- Los datos acerca de las emociones y cómo funcionan
- Los obstáculos a las emociones cambiantes
- Aprender a ser menos vulnerables
- El aumento de la atención plena
- La presentación de las expectativas más positivas
- El fingir lo que sientes (o tomar una acción opuesta, por ejemplo, si alguien no te gusta, ser demasiado amable con él/ella)
La Terapia dialéctica conductual (TDC o DBT) ofrece múltiples actividades, vamos a ver dos de ellas. Estas actividades nos van a ayudar a comprender las razones por las cuales no podemos regular nuestras emociones y nos podemos sentir fuera de control:
Los mitos acerca de las emociones
Lo interesante de los mitos es que aparecen en un primer momento y nos hacen actuar creyendo que son verdad. Intenta recordar, ¿Has pensado alguna vez de esta manera?:
- Existe una manera correcta y otra incorrecta de sentir… (Cualquier situación o emoción)
- Algunas emociones son realmente estúpidas
- Dejar que los demás sepan lo que siento es mostrarles que soy débil
En la cultura general, es fácil dejarnos guiar por los mitos y por los pensamientos, sentimientos y conductas que se derivan de ellos y que muchas veces lo que hacen es confirmar el propio mito (profecía autocumplida). Este hecho ha llevado a personas a sentirse invalidadas erróneamente y que se sientan fuera de control.
El trauma interpersonal
El trauma interpersonal es especialmente invalidante, ya sea por un abuso verbal, un abuso físico o un abuso sexual. Cuando se ha vivido algún tipo de abuso, proyecta sobre la víctima un mensaje que afirma que no dispone de derechos y que sus necesidades no son válidas.
A causa de esto, la persona que ha sufrido abuso se refugia dentro de un entorno mínimo de seguridad, suprime sus emociones y llega a sentirse fuera de control.
En conclusión, sentirse fuera de control es algo que le ha ocurrido (y le seguirá ocurriendo) a muchas personas de los 5 continentes. No es nada nuevo, pero sí habitual. Sin embargo, cada vez existen técnicas y estrategias más eficientes que ayudan a centrar las emociones y, por tanto, pensamientos, con el objeto de retomar el control sobre la propia vida.
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