¿Cómo funciona el prestigio en las redes sociales?
El interés por conseguir una buena reputación promueve en muchos casos la cooperación entre las personas. En la actualidad, las redes sociales han mostrado ser un poderoso instrumento a la hora de mostrar prestigio y de como los demás pueden cooperar para validar ese prestigio.
El problema a la hora de comprender cómo funciona el prestigio y si este es intrínseco al ser humano tiene que ver con que la sociedad en la que nos movemos es muy grande -cada día más global- y con que además pertenecemos a diferentes grupos. Esto último es especialmente relevante ya que el prestigio de una persona puede ser muy distinto en cada uno de ellos. Por ejemplo, en su trabajo puede gozar de un gran prestigio, pero no así en su familia donde es considerado un pusilánime.
Por otro lado, las sociedades pequeñas, a menudo tribales, escalan a sus miembros en una jerarquía que es ideal para comprobar las teorías evolutivas del comportamiento humano. Estas pequeñas comunidades también tienen unas condiciones más parecidas a las que había en etapas evolutivas anteriores en comparación con las sociedades industrializadas.
El prestigio en la antigüedad
Las teorías evolutivas y económicas predicen que los seres humanos se van a comportar de forma egoísta al igual que otros animales. Se espera que sus comportamientos estén dirigidos a conseguir más materiales para sí mismos. Según lo propuesto, la cooperación debería haber desaparecido hace tiempo ya que ésta implica sacrificar el interés individual a favor del interés grupal.
Sin embargo, la cooperación humana se sigue produciendo en todas las sociedades, lo cual plantea un problema a resolver para estas teorías que comentábamos. A fin de resolver este problema, se han propuesto diversas teorías que intentan explicar cómo ha evolucionado la cooperación.
Así, para poner a prueba estas teorías e intentar comprender mejor la evolución de la cooperación, los investigadores se han centrado en estudiar las comunidades pequeñas y relativamente aisladas. Específicamente, en un estudio sobre una comunidad llamada Teop, unos investigadores evaluaron las teorías de la imagen social y la propensión a castigar la conducta desviada.
Un estudio realmente interesante
La teoría de la imagen social propone que la persona alberga un deseo de mantener su reputación como una persona cooperativa dentro de su grupo social, de ahí su motivación para cooperar. La segunda, la teoría de la propensión a castigar la conducta desviada, resalta la capacidad de los grupos humanos de imponer normas sociales de cooperación. Según esta teoría existen individuos que actúan como policías o justicieros y que sacrifican sus recursos para castigar a aquellas personas que no cooperan.
En esta investigación, se les pidió a los miembros de esta comunidad que se enfrentaran al dilema del prisionero. Un dilema que consiste en suponer que las dos personas que participan han sido detenidas por la policía, con la intención de interrogarlas y obtener más pruebas.
Antes de comenzar el interrogatorio se les hace la siguiente propuesta: si los dos niegan o callan, la Policía posee pruebas iniciales suficientes para condenar a los dos a un año de cárcel. Si uno de los dos delata al otro, el delator quedará libre, el delatado (si ha callado) será castigado con pena de cinco años. Si los dos se culpan mutuamente, los dos irán a la cárcel para tres años. Las dos opciones que tienen son, pues, o tratar de buscar la estrategia más cooperativa, la más favorable para los dos, o hacer primar los intereses más egoístas y traicionar al compañero.
La variante que los investigadores introdujeron consistía en que el líder da la comunidad estuviera presente o ausente mientras cada uno de los miembros de la comunidad se enfrentaban al dilema. La pregunta era, ¿cómo influirá esta variable en las respuestas de las personas que participaban en el experimento?
Piensa que el líder de la comunidad o el “hombre grande” es el responsable de la comunidad a la hora de resolver los conflictos sociales y hacer cumplir las normas sociales. Es una figura importante ya que los miembros de la comunidad se esfuerzan por mantener ante ellos una imagen social positiva.
¿Qué concluyó el estudio?
La conclusión del estudio fue que la preocupación por la imagen social -que quedaría protegida culpando al otro- es más importante que el castigo a la hora de promover la cooperación -Sería la opción de negar o callar-. Pero esto solo sucedía cuando el líder presente era el hombre grande de ese grupo, cuando estaba presente el líder de otro grupo este efecto no se producía. La preocupación de la imagen social es importante siempre dentro del grupo social del individuo y no fuera de éste.
Es decir, me preocupan lo que piensen de mí los de mi grupo y no lo que piensen los de otros grupos.
Estos investigadores también descubrieron que la tendencia a castigar los comportamientos no cooperativos se han adquirido de forma reciente en la evolución humana, mientras que la preocupación de la imagen social es un rasgo atemporal de la psicología humana.
Por último, el estudio concluyó que el deseo de los individuos de mantener una imagen social positiva, dentro de su grupo social, es más importante a la hora de fomentar la cooperación que el castigo impuesto por no cooperar. Así, la imagen social ya era muy relevante antes de las redes sociales, de hecho en España siempre ha existido la famosa “honra” por la que muchas familias preferían sacrificar la comida antes que vender muebles u otros objetos de valor y proyectar una imagen de pobreza.