Psicosoluciones para desconectar del trabajo y disfrutar
Sucede sin que nos demos cuenta. El trabajo comienza a volverse el centro de nuestras preocupaciones. Y después, se convierte en prácticamente lo único que ocupa nuestra mente, nuestro tiempo y nuestras emociones. Descubrimos entonces que no somos capaces de desconectar del trabajo y disfrutar.
Es como si quedáramos atrapados en una telaraña de la que no hay escapatoria. Quisiéramos descansar, dedicarle más tiempo a otras cosas, pero se vuelve imposible. Desconectar del trabajo nos hace sentir culpables y ansiosos.
Poco a poco, de manera casi imperceptible, comienza a nacer con nosotros la idea de que falta algo por terminar y que hasta que no lo hagamos no podemos estar en paz. Se trata de una trampa. Los pendientes siempre existen. Lo cierto es que esa sensación nos impide desconectar. Tememos, irracionalmente, que cualquier descuido hará que nos despidan. ¿Qué hacer en esos casos? Aquí hay cinco ideas que pueden ayudarte.
“El trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento”.
-Víctor Pauchet-
Actividades placenteras obligatorias
Lo primero es hacernos conscientes de que vivir así no nos trae nada de provecho. Descuidamos a las personas que amamos y todo el tiempo mantenemos una angustia latente. Nuestra vida se limita mucho y no experimentamos realmente la alegría de vivir.
Una buena idea para desconectar del trabajo es hacer una lista de cosas que nos gustaba hacer. No deben ser menos de 20 actividades. El propósito es hacer al menos una de esas actividades cada día, de forma obligatoria. Pase lo que pase, debemos cumplir esa meta diaria.
Saborear y percibir, una forma de desconectar del trabajo
A veces la mejor manera de desconectar del trabajo y por lo tanto, de volver a conectarnos con la vida es comenzar por emplear mejor nuestros sentidos. Seguro que hemos olvidado mirar muchas cosas, saborear otras y percibir ese enorme mundo que nos rodea.
Comencemos entonces por concentrarnos en lo que comemos. Sintamos su aroma, su textura. Hagamos lo mismo con la música que escuchamos, los paisajes o las obras de arte que contemplemos, los aromas que percibamos, etc. Comencemos a reencontrarnos con nosotros mismos cuando recordamos que tenemos cinco sentidos para captar el mundo.
Desconexión tecnológica
Para muchas personas desconectarse de la tecnología produce casi un shock. Les parece imposible vivir sin el móvil o sin revisar correo. Sienten verdadero pánico frente a lo que pueda pasar mientras están desconectados de los aparatos. Les parece que se perderán algo muy importante.
Apagar el teléfono o el ordenador es esencial para desconectar del trabajo. Por más difícil que parezca, a la hora de hacerlo no es tan terrible. Te sorprenderías de lo relajante que puede resultar. Si alguien piensa que no puede hacerlo del todo, al menos debería intentar limitar los momentos de acceso al móvil o a Internet.
Una nueva afición
A algunos les parece que al desconectar del trabajo van a caer en un vacío insoportable. Eso les aterra. Se ha llegado a un punto en el que hay dos realidades: de un lado está el trabajo. Del otro, la nada o, en todo caso, lo impredecible, caótico o irrelevante.
Nada mejor en esos casos que desarrollar una nueva afición. Esa actividad se convierte en esa realidad que está a la otra orilla. Te evita esa sensación de vacío que sobreviene cuando intentas alejarte de tus obligaciones laborales. Y seguramente con el tiempo se va a convertir en uno de los espacios determinantes para que vuelvas a sentir que la vida es más que trabajo.
Técnicas de relajación
Practicar alguna de las técnicas de relajación siempre ayuda. Finalmente, cuando te resulta imposible desconectar del trabajo es porque estás bajo un estado de estrés alto. Ese estrés se nutre a sí mismo. Por eso es importante hacer un alto y lograr que las emociones se estabilicen y el cuerpo tome un ritmo normal.
Hay muchas técnicas de relajación eficaces e interesantes. El yoga, la meditación, la sofrología, etc. Si te parece demasiado exigente en un comienzo, intenta simplemente darte un tiempo cada día para respirar. Basta con unos 15 minutos diarios. Asúmelo como un hábito y no lo abandones.
Aprender a desconectar del trabajo, sin sentirnos culpables o ansiosos, es fundamental para nuestra salud física y emocional. El tiempo libre es un bien valioso que jamás deberíamos desaprovechar. La vida se compone de muchas facetas y si nos concentramos solo en una de ellas, estaremos privándonos de grandes maravillas.