¿Qué hicimos mal? La película que cuenta el deterioro de una pareja

Una película con una premisa rompedora, fresca y atrevida. La directora y protagonista se plantea buscar a sus antiguas parejas para saber qué hicieron mal.
¿Qué hicimos mal? La película que cuenta el deterioro de una pareja
Cristina Roda Rivera

Escrito y verificado por la psicóloga Cristina Roda Rivera.

Última actualización: 10 octubre, 2022

¿Qué hicimos mal?, es la segunda película de la cineasta Liliana Torres, dirigida y protagonizada por ella misma. Es una película de corte experimental e independiente, y que las principales plataformas de streaming han recibido en su catálogo.

Después de la extraordinaria Hayati, nos sorprende con esta película sobre la pareja en la sociedad actual. En tiempos de exageración y exaltación en series y películas, ver una pieza de cine tan apartada del mundanal ruido es de agradecer.

A través de la autoficción, la directora busca reflejar sus propias experiencias respecto a sus relaciones sentimentales. ¿Qué hicimos mal?, es una representación del amor y sus finales en todas sus formas.

Una reflexión de la propia vida

¿Alguna vez te has planteado qué hiciste mal para que esa relación acabase? ¿Tuvo algo que ver con tu actitud? Presentada en la Competición del Festival Black Nights de Tallin, tras el paso por el Festival de Cine Europeo de Sevilla, la directora derrocha orgullo por presentar un producto tan singular.

En un documental que tratará sobre sus anteriores parejas, Lili intentará encontrar respuestas, sanar heridas y realizar cierres terapéuticos. En una película en la que desconocemos qué parte es verdad y qué parte es ficción, la protagonista visita a las tres parejas que tuvo.

La música de Xavier Souto y la dirección de fotografía de Lucía C. Pan la acompañan en su propósito.

De la crisis personal a la de pareja

La apertura de la película nos evoca a una crisis personal, no sabemos si desencadenada o agudizada por el estancamiento de una pareja. Planos perfectamente escogidos. Imágenes que revelan la dureza de la cotidianidad cuando el amor se está apagando.

El bosque encantado por la bruma no es más que un paraje desierto. El pueblo tranquilo, cómodo y auténtico pasa a ser el escenario donde se termina la paciencia día tras día. Un desagüe que no se ve sucio, pero tampoco parece limpio. Todo se nota incómodo y gastado.

La desgana y el vacío reflejado en imágenes no es el pasado, sino la vida actual de Lili. Ya lleva varios años con su pareja, en su casa del campo, alejada del mundanal ruido. Parece una epifanía infernal de lo que significa alcanzar la estabilidad en pareja.

Lili no disimula su hartazgo con la forma de ser de su pareja, con su mera presencia. El único momento de aliento lo vemos cuando ella va a realizar su trabajo. Mochila y equipo en mano, va a encontrarse con sus anteriores parejas, sin saber qué será de su relación actual.

Un viaje al pasado

Para saber qué paso con sus parejas y en sus relaciones pasadas, Lili se niega a hacer un ejercicio de memoria autocomplaciente, con su autoestima y sus valores vitales. Ha elegido exponerse.

Visitará a todas sus exparejas y realizará un corto con ellas, preguntándoles sobre su relación. En un ejercicio inmersivo, dolorosamente íntimo y con un presupuesto cinematográfico bajo mínimos, sus relatos serán de los más valiosos que se pueden ver en ficción. La cámara en esta ocasión no se utilizará para contar y adornar una historia, sino que se ocupará simplemente de grabarla.

La primera pareja que Liliana va a visitar se encuentra en Barcelona. Fue su primer novio, en una ciudad en la que se sentía activa y viva. Juntos recuerdan cómo fue su primer encuentro en el bar donde trabajaba él de camarero mientras ella leía. Una bombilla fundida en el lugar donde ella se sentaba y después, todo surgió.

La felicidad de ambos al recordar ese momento parece romper el hielo, sobre todo para él, cohibido por la situación de verse grabado al mismo tiempo que se reencuentra con su ex después de tanto tiempo. Ella busca respuestas, le cuenta lo mal que lo pasó a causa de que él dejara la relación. Él le da una razón que ella nunca esperaba.

La explicación de por qué prefirió dejar la relación a seguir con ella nos recuerda que en el amor hay mucho de salud mental personal. El amor es también una decisión personal teniendo en cuenta el momento emocional.

Al volver al pueblo gallego donde vive con su actual pareja, Lili vuelve a entrar en un estado de profunda ansiedad. Los problemas con su pareja actual no entran dentro de su proyecto cinematográfico, pero están en su realidad.

El desorden que se encuentra al volver o la falta de comida para su mascota son solo detalles, pero al mismo tiempo gotas de agua que erosionan la relación. El sexo entre ambos resulta impersonal, mecánico. Ella no puede besarle en la boca, le resulta algo demasiado íntimo e impostado por el momento de crisis que están pasando.

Segunda expareja y viaje a Turín

El segundo viaje de Lili la lleva hasta Turín. Le cuesta encontrar a su expareja; mientras tanto, conoce a dos jóvenes con las que acude a una fiesta rave. Ella disfruta, se evade y experimenta.

El espectador sufre por saber dónde está su mochila y el equipo técnico para rodar entre tanta gente. Finalmente, todo vuelve a la calma. Encuentra a su expareja y comienzan a recordar lo que fueron. Una relación de unos dos años y a distancia.

Sorprendentemente, ambos se reconocen en el miedo que tenían por sentir demasiado. Él propuso tener una relación abierta, cuando en realidad no era su deseo. El miedo le paralizó y en lugar de decir lo que sentía, le propuso justamente lo contrario.

En el análisis de esta relación vemos que hay veces que dos personas desean estar juntas, pero el miedo al rechazo no permite que lo confiesen. ¿Cuántos amores habrán quedado en la sombra, a medio camino entre el orgullo y el temor?

Tercera expareja y viaje a ciudad de México

Chico y chica hablando

El último viaje de Lili es el más revelador e intenso. Se reencuentra con su última pareja “oficial, duradera” y para ello deberá enfrentarse a su realidad pasada más dura. Él ya ha “rehecho” su vida, casado y con un hijo; aunque no parece haber hecho lo mismo con sus sentimientos. Su reencuentro está lleno de dolor.

El deseo de él de ser padre y un aborto inducido por ella fueron el punto y final de una historia que él necesita superar. “Por favor, no me busques más”, le pide él, tras un encuentro que nos da una lección. Ella entiende tras hablar con su relación más profunda que amar es permanecer.

 

En una época llena de amores volátiles y relaciones a “medio hacer”, el verbo permanecer cada vez nos resulta más extraño. Con esta lección, Liliana vuelve a su casa y con su pareja.

Es hora de afrontar la pregunta en la realidad y mirando al futuro. Por eso, le pregunta a su actual pareja: ¿qué estamos haciendo mal?

Quizás en otra película podamos saber si pudieron luchar, amar y permanecer…


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