Qué ocurre si nunca sales de casa
El aislamiento puede ser una situación cómoda para alguien introvertido o una obligación impuesta por las condiciones de salud pública. En uno u otro caso, de todos modos, no es conveniente si se extiende por mucho tiempo. Si nunca sales de casa, las consecuencias pueden ser significativas.
Uno de los aspectos problemáticos es que el hogar se suele imantar; cuanto menos sales de casa, también menos te suele apetecer salir de tu refugio. Incluso en personas que acostumbran a salir, pasada semana y media de aislamiento, aproximadamente, experimentan esta especie de pereza frente al exterior.
Salir es muy importante para la salud física y mental. Unos lo hacen más y otros menos, pero lo cierto es que es importante entrar en contacto con el mundo exterior de forma periódica. Si nunca sales de casa y el aislamiento es muy prologado, puedes padecer afecciones graves. Enseguida hablaremos de esto.
“Mi misión en la vida no es solo sobrevivir sino prosperar; hacerlo con cierta pasión, cierta compasión, algo de humor y un poco de estilo”.
-Maya Angelou-
Si nunca sales de casa, adoptas otra rutina
La primera consecuencia de no salir de casa es que tu rutina cambia. En principio, la variación no tiene por qué afectar a tu autocuidado. Quizás ya no te preocupe este aspecto y es posible que pases a prestarle mucha menos atención. Esto, ciertamente, no es algo fundamental. Sin embargo, con el tiempo, puede aparecer el peligro del abandono total.
Te pasas toda la semana con la misma ropa, descuidas tu higiene. Quizás no llegue al extremo, pero en definitiva se reduce el autocuidado. Todo comienza con la apariencia, pero sigue con aspectos que pueden perjudicar su salud.
Es común que también cambien los hábitos de sueño y de comida. Los horarios pueden volverse caóticos. Esto es algo que también tiene efectos sobre la salud física y mental, ya que el organismo funciona mejor cuando mantiene ciclos regulares en esas funciones básicas.
Las consecuencias psicológicas
Un estudio publicado en Psychiatry and Clinical Neurosciences sobre el retraimiento social indica que un encerramiento prolongado puede provocar síntomas de ansiedad e insomnio. Así mismo, puede incrementar los estados depresivos. Esto afecta tanto a personas con antecedentes de esos problemas, como a quienes nunca antes los habían tenido.
Así mismo, si nunca sales de casa es posible que también se vea afectada tu dimensión psicosocial. Es muy probable que se reduzcan los contactos físicos con otras personas y, de manera imperceptible, vas reduciendo tu círculo social al mínimo. Esto, a su vez, incide en los posibles síntomas de ansiedad y depresión.
Cuando el encerramiento se extiende por mucho tiempo, la calidad de vida se ve seriamente comprometida. Lo más preocupante es que la persona afectada difícilmente nota lo que le está ocurriendo. Poco a poco normaliza una situación que no es normal, pero al volverse rutinaria termina pareciéndolo.
Cuando alguien tiene un trastorno previo, el aislamiento suele incrementarlo. Los síntomas serán más visibles e intensos. Lo mismo ocurre cuando alguien presenta algún tipo de trastorno en gestación; lo más común es que este termine de manifestarse plenamente.
Efectos sobre el cuerpo
Además de los efectos ya señalados, el encerramiento por largos periodos tiene otra importante consecuencia en la salud física. Viene dada por la falta de sol. Como muchos lo saben, el sol es una fuente fundamental de vitamina D. También está en algunos alimentos, pero por norma en una proporción muy pobre.
Si nunca sales de casa, lo más probable es que presentes deficiencia de vitamina D. Eso hace que tus huesos se vuelvan más frágiles y aumenta el riesgo de que sufras enfermedades cardiovasculares y diabetes. Esta deficiencia también se ha asociado con arteriosclerosis.
Aunque tomar el sol durante mucho tiempo de manera directa no es lo indicado, estar siempre fuera del alcance de sus rayos genera los problemas que ya hemos indicado. Además de estos, también la piel se torna más pálida, reproduciéndose las arrugas. Así mismo, influye en el estado de ánimo y aumenta el riesgo de los trastornos asociados a este.
Como ves, encerrarte por mucho tiempo no es una buena opción -salvo que te encuentres en circunstancias que te obliguen a ello-. Puede que haya motivos para hacerlo y también es posible que sientas al principio que has ganado con el cambio de rutina; sin embargo, si nunca sales de casa, lo más probable es que después de un tiempo sufras los efectos negativos del encerramiento y, como lo hemos expuesto, pueden llegar a ser graves.
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- De Mon, M. Á., Sánchez, V. P., de Anta, L., & Quintero, J. (2019).
- Aislamiento social prolongado. Hikikomori: un fenómeno creciente en Occidente
- . Medicine-Programa de Formación Médica Continuada Acreditado, 12(92), 5427-5433.