Reconoce el ruido mental que incrementa tu estrés
Nuestra mente realiza constantemente patrones de rutina automática, es una función adaptativa. Así, reconoce nuestra hora habitual de sueño y la hora a la que usualmente comemos. También, reconoce e interioriza nuestras conductas más frecuentes. Como contraparte, estos procesos automáticos pueden originar ruido mental o “distorsiones cognitivas”, que producen efectos negativos en nuestras actividades diarias.
Según la teoría cognitiva, a pesar de lo que se cree popularmente, no debemos buscar las verdaderas causas del estrés en circunstancias externas, sino que el mismo puede ser generado desde estas distorsiones del pensamiento. A continuación vamos a identificar algunas de ellas:
Reconoce el ruido mental que incrementa tu estrés
1. El pensamiento dicotómico
Las actitudes mentales dirigen nuestras actividades cotidianas, son parte de nuestra personalidad, y a largo plazo determinan nuestro éxito o fracaso en la vida. Un “ruido mental” perjudicial suele ser pensar todo en términos de “blanco o negro”. Es decir, no dar espacio a los grises, a las diferentes tonalidades en las cosas. Por ejemplo, cuando creemos que algo que planeamos debe ser exactamente de esa forma o, caso contrario, será un total fracaso.
2. Razonamiento emocional
Otra distorsión cognitiva muy común es el “razonamiento emocional”. Esto es pensar que las cosas están mal simplemente porque nuestras emociones así nos lo indican. Razonar con base en las emociones puede ocasionarnos muchos problemas en nuestra vida. Robert Greene, el autor de las “48 leyes del poder”, nos aconseja que siempre busquemos observar las cosas tal cual son. El pensamiento estratégico exitoso basa su razonamiento sin ningún tipo de emoción involucrada. Difícil, ¿verdad? Pero no por eso, imposible.
3. Razonamientos ilógicos
Este tipo de argumentación mental nos distorsiona constantemente la percepción sobre lo que sucede a nuestro alrededor. Es posible que tengamos tendencia a generalizar demasiado las cosas malas que nos pasan y pensar que todo lo malo tiene que ver con nosotros. La suerte, según decían los antiguos griegos, era para todos, sin distinción. Es tan absurdo como pensar que una nube se para encima de nosotros para que nos llueva solo a nosotros, tal cual pasa en las caricaturas.
4. Conclusiones precipitadas o inferencias arbitrarias
Otro ruido mental común es apresurarse a realizar conclusiones precipitadas. Es decir, cuando una situación está ocurriendo en este momento y concluimos -con pocos o ningún dato objetivo- que terminará mal o nos afectará en los sucesos del futuro. Lo mejor que podemos hacer para combatir este ruido mental es concentrarnos en analizar el cuadro detenidamente, sin dejar, por supuesto, de buscar siempre una salida para que no nos suceda.
5. Percepciones difusas
Este tipo de distorsión mental se da cuando vemos de forma exagerada lo que se nos presenta. Las personas que tienden a mantener una visión catastrófica de la realidad exageran la importancia de las cosas malas o neutras y cuánto impactan realmente en nuestra vida.
6. Personalización
También tenemos un error de percepción conocido como “Personalización”. Significa que nos sentimos responsables por todos los problemas que suceden a nuestro alrededor. Confundimos influencia con control. Por ejemplo, si la economía va mal, creemos que nosotros también estamos haciendo algo mal.
7. Negativismo
Por último, otra distorsión mental “popular” es ver todo de forma negativa. Ya sean noticias locales o eventos que suceden a nuestro alrededor, siempre tomamos lo negativo de la noticia y olvidamos las ventajas que podrían tener en nuestra vida.
El papel de las distorsiones cognitivas como “ruido mental”
Las distorsiones cognitivas afectan nuestro razonamiento y decisiones cotidianas. La mejor forma de combatirlas es creando una nueva actitud, para lo cual podemos ayudarnos repitiendo afirmaciones contrarias a lo que estamos razonando. Si nos escuchamos a sí mismos haciendo un comentario negativo, deberíamos pensar: “sin embargo, podría ser de otra forma”. O, quizás pensar: “es probable que no me afecte”, y, finalmente: “Si no puedo cambiar el mundo, tendré que cambiar yo”.
Tony Robbins recomienda hacer ejercicios de positividad con un amigo: durante 10 días no hacer ningún comentario negativo sobre nada ni nadie y hacer una apuesta con tu amigo. El primero que haga un comentario negativo deberá comenzar de nuevo su conteo desde el día uno.
Y tú, ¿qué tan a menudo te descubres pensando de manera negativa? ¿Qué estrategias utilizas para luchar con las distorsiones cognitivas?
