Redes sociales en la adolescencia, ¿cómo gestionar el uso que les dan?
Las redes sociales, lo que se publica o se insinúa en ellas, tiene una influencia muy grande en el curso social. Son muy pocas las personas, hoy en día, que no cuentan con un móvil de última generación, uno de los conocidos smartphone. Aquí vamos a tratar el uso de redes sociales en la adolescencia. En muchos casos, por otras circunstancias ya es una etapa complicada y lo que hacen las redes sociales es aumentar la dificultad. ¿Puede que haya más que un uso un abuso? Lo veremos…
La Asociación Española de Pediatría (AEPED) explica que un uso correcto de las redes sociales en la adolescencia permitiría evitar su cara oscura. La parte en la que el acoso, el grooming o el sexting afectan a los jóvenes. Pues, la asociación indica que “el 5,8 % de los adolescentes de entre 12 y 16 años sufre acoso en las redes sociales de manera ocasional, siendo un 1,8 % quien lo padece de manera frecuente”.
Ahora, ¿cómo podemos minimizar estos riesgos? Pues aquí entran en juego padres, educadores y aquellos profesionales que estén en contacto con los adolescentes. En este sentido, una intervención inteligente pasa por la educación y no por la prohibición.
No se trata de impedirles utilizar las redes sociales, sino de que conozcan las implicaciones de sus actos en esos lugares. En clave de acoso, el centro de la intervención deben ser los acosadores; son ellos quienes tienen que ser reeducados y no las víctimas.
Control de acceso
Ya lo dicen desde la AEPED y es que ¿por qué se les va a brindar a los niños menores de 14 años un móvil de última generación? Lo importante en esta etapa de su vida no es estar pegados a una pantalla, sino interactuar para que puedan desarrollar sus habilidades comunicativas. Con un móvil que les permita llamar a casa si lo necesitan es suficiente.
Estas no son razones de peso para darles a los adolescentes móviles de última generación. Las peticiones de fotos subidas de tono, las imágenes subidas a redes sociales cuyos comentarios pueden ser insultantes, el acceso a redes sociales que son para mayores de edad o de vídeos que no deberían ver… Todo esto se puede evitar con algo sumamente simple: no darles a los adolescentes móviles de última generación, no les hace falta.
La AEPED explica que “en torno a un 80 % de los casos de ciberacoso es la prolongación digital de un acoso presencial”. Pero este solo es posible si los adolescentes tienen acceso a las redes sociales, sino no se producirían. Además no crecer con este tipo de tecnología será estupendo, pues así no notarán la falta de ella (pues nunca la han disfrutado) y evitarán perder el tiempo pegados a una pantalla haciendo actividades más productivas.
“Cuando el teléfono estaba atado a un cable… los humanos eran libres”.
-Anónimo-
Las redes sociales y la edad recomendada
¿Por qué darle un móvil y permitir el acceso a redes sociales a un joven de 13 años? Esther Aren (pediatra de la Unidad de Medicina de la Adolescencia de La Paz y experta en nuevas tecnologías de la AEP) explica que “WhatsApp o Instagram exigen para darse de alta ser mayor de 16 años en una y mayor de 14 años en la otra”. ¿Qué es lo que suele pasar? Que este es un listón formal que en el fondo nadie tiene en cuenta. Para hacerte una cuenta, estas compañías no comprueban que los nuevos usuarios son mayores de la edad exigida.
Así, son los padres los que, en última instancia, tienen que jugar este papel. La referencia que ponen las grandes compañías, por tonta que nos pueda parecer, les concede a los padres un recurso muy valioso para establecer los límites con sus hijos. Además de educar en relación al uso de las redes sociales en la adolescencia, también pueden hacerlo respecto al respeto por las normas.
Prestar atención al abuso del móvil
Si los adolescentes ya tienen más de 14 años y poseen ya acceso a algunas redes sociales, es fundamental que los padres estén encima y presten atención a un posible abuso del móvil. Todos sabemos que frente a una pantalla el tiempo pasa muy rápido. Por eso, hay que detectar si llevan ya media hora con el móvil tras la cena o si se les ha llamado para comer y no contestan porque están pegados a la pantalla.
Lo aconsejable es que el móvil de los adolescentes se quede en algún lugar al que no puedan acceder a él cuando no lo están utilizando. Al menos, al principio, para que después ellos mismos sean capaces de regular su uso cuando estén fuera de casa.
El control parental en los móviles también puede ser una buena idea para continuar verificando que lo están haciendo bien. No obstante, está claro que con una buena educación tecnológica, no habrá problema y esto puede, incluso, no ser necesario. La confianza es fundamental.
“La forma en la que nos comunicamos con otros y con nosotros mismos determina la calidad de nuestras vidas”.
-Anthony Robbins-
La comunicación es importante para detectar casos de acoso
La confianza y la comunicación son hermanas. Si los canales de comunicación están abiertos, será mucho más fácil que los adultos nos enteremos del problema y podamos intervenir. ¿Cómo se debe actuar? Pues poniendo la situación en conocimiento de la Guardia Civil.
¿Por qué es tan importante que los menores de 14 años tengan una acceso limitado a la red? Porque sus recursos emocionales son también limitados y en este contexto pueden encontrarse con situaciones que superen, por mucho, su capacidad de afrontamiento. En este sentido, también es bueno conocer la ley; si los menores tienen 14 años o más se le aplicará la Ley de Responsabilidad Penal del Menor (LRPM). A nivel de responsabilidad ante la ley, esta edad también es importante.
Los jóvenes ya aprenden desde pequeños a estar en contacto con la tecnología cuando sus padres les ponen un vídeo o juego en el móvil para que se estén quietos. Más adelante, el castigo puede ser apartarles de la tecnología. Estos dos planteamientos son mucho más habituales que una educación tecnológica. En este sentido, la educación en las redes sociales en la adolescencia es todo un reto, quizá el más grande para los que son padres con hijos en esta etapa.
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