¿Sabes qué son las resacas emocionales y cómo puedes superarlas?
¿Qué ocurre cuando bebemos demasiado alcohol? Al día siguiente, sin posibilidad de escape, sufrimos una terrible resaca. Sin embargo, parece que el alcohol no es el único capaz de generarla. Según diversas investigaciones, llevadas a cabo por neurocientíficos de la Universidad de Nueva York también existen resacas emocionales, experiencias producidas por emociones muy intensas, que nos sacuden, embriagan y hacen vibrar.
La preguntada obligada es, ¿podemos evitarlas? Lo cierto es que no. Las resacas emocionales son estados profundamente intensos fruto de experiencias emocionales inesperadas que incluso, pueden influir en la memoria de eventos posteriores y provocar algunos síntomas físicos como dolores de cabeza, espalda y cansancio o fatiga.
Al igual que una resaca provocada por el alcohol, las resacas emocionales nos hacen sentir irritables, cansados y con la sensación de tener la mente enturbiada.
Las resacas emocionales son inevitables
Aunque deseemos tener el control de todo lo que nos rodea es imposible. Siempre habrá algo que ocurra sin que lo esperemos. Puede ser un despido laboral, la muerte de un familiar, un embarazo no planeado, una enfermedad descubierta a tiempo, una deuda familiar o cualquier situación que no entraba dentro de nuestros planes…
Todo ello nos hará vivir emociones muy intensas que pueden llegar a desarrollar estados de estrés, depresión, ansiedad e incluso, ataques de pánico.
Estas emociones inesperadas y tan intensas, generarán una gran resaca de la que casi la mayoría de las veces, no somos conscientes pero que afectan de uno u otro modo a nuestros pensamientos y procesos de atención y memoria.
Así, las huellas de las resacas emocionales perduran en nuestro cuerpo y en nuestro estado de ánimo. Son un ejemplo de cómo todo lo vivido se refleja más allá del instante en el que se produce.
Ahora bien, al igual que las resacas producidas por el alcohol, las resacas emocionales tienen su final. Sin embargo, puede suceder que en lugar de minimizarlas, las alimentemos si nos sometemos continuamente a situaciones que nos desgasten emocionalmente o que simplemente, no queramos salir de la zona de confort en la que nos encontremos. La victimización es un buen ejemplo de una resaca emocional permanente.
¿Cómo minimizar el impacto de las resacas emocionales?
¿Por qué una resaca emocional puede prolongarse voluntariamente? ¿Por qué puede hacer que nos convirtamos en víctimas y suframos? Cuando pasamos por una resaca nos sentimos mal y cuando nos sentimos mal, todo a nuestro alrededor se vuelve oscuro y negativo. Es como cuando estamos deprimidos y, de repente, dejamos de ver el mundo de color para observarlo en blanco y negro.
Como hemos visto, las resacas emocionales pueden contribuir a que nos sintamos tristes, deprimidos o con angustia, lo cual impregnará nuestra percepción de la realidad. Lo importante es ser consciente de que el impacto de una experiencia intensa para nosotros puede afectarnos y generarnos malestar.
La duración de las resacas emocionales puede ser de unas horas o incluso, más de un día. Todo depende de la persona que la experimente, de su capacidad de afrontamiento y de su disposición para seguir adelante ante la vorágine de emociones que le asaltan de imprevisto.
Por ello, es muy importante que aprendamos a mantener la calma cuando nos encontremos al borde del abismo y evitemos tomar cualquier decisión importante mientras dure la resaca, si no queremos lamentarnos. Ya que si lo hacemos puede que ese proyecto tan valioso para nosotros se esfume o que perdamos grandes oportunidades. Así, ser conscientes de nuestras resacas emocionales será el mejor aviso para postergar cualquier decisión importante que afecte a nuestra vida.
Las resacas emocionales influyen tanto en nuestra percepción de la realidad como en nuestras reacciones.
Finalmente, queremos aclarar que las resacas emocionales son experiencias que todos vivimos en algún momento. Con el ritmo de vida acelerado en el que vivimos cada día estamos más sometidos a ellas. Podemos seguir su pista si observamos cómo situaciones que nos causan emociones muy intensas influyen después en nuestras decisiones y vivencias.
Tomarnos un respiro, darnos un tiempo y descansar para desconectar con el exterior y conectar con nosotros nos ayudará a superar estas resacas que en ocasiones, tanto daños nos hacen.