Sabemos que tenemos que aceptar nuestro cuerpo, pero no siempre es fácil
Cada sociedad tiene sus propios cánones de belleza para el cuerpo de las personas. A lo largo de la historia y a lo ancho de la geografía se puede comprobar que “belleza” es un concepto cambiante. Para algunos grupos, en determinado lugar y en determinada época, nada más atractivo que alguien “bien lleno de carnes”. Refleja opulencia y poder. Para otros, solo es lindo quien se deforme el rostro o muestre muchas cicatrices en la piel.
Actualmente en Occidente prima lo que se llama “belleza comercial”. Es un tipo de estética en donde el cuerpo lindo, o la cara hermosa, se consiguen aplicando un producto o un procedimiento, que, por supuesto, cuesta dinero. El atractivo se compra y se vende. Lo que hay son unos gigantescos intereses económicos detrás de todo ello.
“Ahora ya sabemos que el alma es el cuerpo y el cuerpo el alma. Nos dicen que son diferentes porque quieren persuadirnos de que podemos quedarnos con nuestras almas si los dejamos esclavizar nuestros cuerpos”.
-George Bernard Shaw-
Lo realmente grave es que muchos hombres y mujeres en el mundo aceptan e interiorizan esos mandatos de forma acrítica. Olvidan o desconocen que son objeto de una clara manipulación que termina enriqueciendo a unos cuantos. Mientras tanto aprenden a evaluar su cuerpo con una dureza extrema. No se perdonan un “rollito” y se sienten menos valiosos si no están cerca del modelo estético impuesto. La presión publicitaria es grande, pero aún así, lo inteligente es resistir. Aquí algunos consejos para salir de esa esclavitud.
Aprende a leer los mensajes de los medios sobre el cuerpo
Convéncete de una cosa: los modelos de belleza que se exhiben en los medios de comunicación no son reales. La mayoría de las personas que aparecen en los anuncios no tienen el cuerpo que muestran de manera natural. O dedican demasiadas horas diarias a un gimnasio, o consiguieron el cuerpo perfecto en un quirófano, o están trucadas con Photoshop, o todas las anteriores. También influye la genética, por supuesto.
Las “medidas perfectas” han sido dictadas por el mundo de la publicidad y por quienes comercian con la belleza. ¿Por qué un cuerpo con determinadas características es “perfecto” y otro no? Simplemente porque los vendedores y publicistas de cremas reductoras, de cirugías estéticas y de productos destinados a un objetivo similar lo han impuesto así. Cuanto más difícil sea conseguir el cuerpo “perfecto”, más venden ellos. Si las medidas “ideales” fueran fáciles de adquirir, se arruinarían.
Quizás tú mismo has aprendido a ver lindo un determinado tipo de cuerpo o de rostro. Sin embargo, debes hacerte consciente de que te han adiestrado para que lo veas así. Quizás sea buena idea protegerte de esos mensajes alienantes y no exponerte sin defensas a lo que te dicen los medios de comunicación.
Reflexiona sobre la insatisfacción con tu cuerpo
Tal vez hayas notado que no son muchos los que se sienten realmente felices con su cuerpo. Ni siquiera esos modelos que nos venden en cada comercial o anuncio. La mayoría muestran alguna insatisfacción. Algunos quisieran ser más altos y otros más bajos. Los que tienen el cabello rizado lo quieren lacio y viceversa. Quienes tienen unas nalgas grandes tratan de disimularlas y los que nos las tienen buscan la manera de aumentarlas. Lo corriente es que haya inconformidad con la apariencia física.
Al mismo tiempo, un importante número de personas actúan como críticos estéticos. Esto se da mucho entre las mujeres. Cuestionan tu cuerpo, tu apariencia, sin que les hayas otorgado el derecho para hacerlo. Te evalúan. Te dicen que un par de kilos menos te vendrían geniales. O te señalan que tu corte de cabello te quita gracia. Nunca faltan esos críticos profesionales que en el fondo no quieren que estés mejor, sino marcar que algo anda mal contigo. Así compensan su propio malestar.
Por eso es probable que la inconformidad con el cuerpo esconda en realidad una inconformidad con aspectos más profundos, o con las personas con quienes tenemos algún vínculo. Quizás no sientes que vales lo suficiente y trasladas la expectativa de quererte más hacia tu cuerpo. Tal vez, también, algunas relaciones interpersonales no se dan sobre una base justa o sincera. Definitivamente cuando nuestro entorno nos acepta, también es más fácil para nosotros aceptarnos.
Es importante cuidar el cuerpo, procurar que esté saludable y que pueda desarrollar muchas funciones. También es importante que te acicales, que te veas como te quieres ver sin dejar de ser tú mismo. Nadie vale más o menos por su cuerpo, eso es seguro. Nadie es más feliz, o más equilibrado si tiene una apariencia como de revista. Pareciera que fuera así, pero no lo es. Nada de lo realmente importante de la vida se consigue simplemente con un cuerpo lindo.
Imagen principal cortesía de Anna O