Saber establecer límites también es salud
En la sociedad actual, el teletrabajo es una modalidad cada vez más extendida. Además, usamos más que nunca las redes sociales y los servicios de mensajería y videollamada para conectar con la pareja, la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, y otros internautas… y aún así, a veces nos sentimos saturados. Por ello, no deja de ser una ironía el hecho de obligarnos a establecer límites de vez en cuando, por el bien de nuestra salud.
Escribía Jane Wilde Hawking en su libro Hacia el infinito que cuando las personas luchamos contra el destino, lo único que importa es salvaguardar la supervivencia. Y así es, esta frase la podemos aplicar sin duda a nuestra vida.
Aunque vivamos en un mundo hiperconectado capaz de ofrecer muchas ventajas, tenemos el deber de salvaguardar una valiosa dimensión: nuestro bienestar.
Analicemos más acerca de este tema a continuación.
Saber establecer límites también es salud
Todos tenemos claro que en la vida apostar por la asertividad y saber poner límites ante determinadas situaciones es garantía de paz y equilibrio mental. Sin embargo… ¿quién nos iba a decir que en la sociedad actual tendríamos que hacerlo a menudo? Resulta, como poco, extraño.
Hoy en día, es común que tengamos la idea de que lo esperable es que disfrutemos de cada conexión con los nuestros a través de la tecnología y las redes sociales. Asimismo, es común que pensemos en las facilidades del trabajo como una garantía inequívoca de bienestar, sin pararnos a pensar realmente si aplicaría en nuestro caso
A pesar de lo esperable y las facilidades que ofrece el mundo digital, no siempre podemos disfrutar de las conexiones 24/7.
El teletrabajo y la educación online aún deben mejorar
Las empresas de telecomunicación indican que el pico de conexión empieza a las 9:00 de la mañana. En este momento, es cuando más intercambios de correos electrónicos se producen.
De media, las jornadas laborales en el teletrabajo se alargan hasta 10 horas, en lugar de ocho. Y lo que es más llamativo, muchas personas establecen una parte de su horario laboral entre las 12:00 y las 3:00 a. m.
La razón de ello es sencilla: no logran concentrarse durante el día y no tienen más opción que trabajar en ese horario en el que por ejemplo, los niños duermen.
Por otro lado, en el ámbito de la educación escolar a distancia se observan muchas carencias y desajustes. Hay maestros y profesores que se limitan a mandar ejercicios sin hacer explicaciones en línea. Los sistemas de evaluación no siempre son los más acertados. Y a esto se le añade el factor tecnológico: no todos los niños de un hogar disponen de su propio ordenador.
Establecer límites en la sociedad actual implica saber organizarse. La adecuada gestión del tiempo en cuanto al teletrabajo nos permitiría no solo ser más productivos, sino también, evitar el estrés. Así, y en lo que se refiere a la escolaridad online, también es recomendable establecer un límite sobre lo que se puede lograr y lo que no.
En gran parte de los casos, los padres tienen una carga añadida con las clases de sus hijos. Se trata de una problemática que debemos valorar y resolver.
Establecer límites: estar en casa no significa que siempre esté disponible
Establecer límites implica también que los demás entiendan que no siempre estamos disponibles. A veces, no nos apetece tener esa conversación, ni por chat ni por videollamada. Y no porque queramos menos a esa persona. Se trata simplemente de que, en ocasiones, necesitamos más la lectura de un libro o no hacer nada y calmar la mente.
Hay que entender que cada persona lleva un ritmo y tiene unas necesidades particulares. En ocasiones, y casi sin darnos cuenta, nos pasamos horas escribiendo mensajes y llamando. Todo ello es positivo y es nuestra salvación cotidiana. Pero todos necesitamos descansos, tiempo para nosotros. Por tanto, poner un límite también es saludable.
Los límites mentales también son necesarios
La necesidad de establecer límites también pasa por monitorizarnos a nosotros mismos. y brindarnos un buen autocuidado emocional. No solo hay que alzar barreras de contención externas, reduciendo, por ejemplo, la cantidad de información que recibimos.
Además de gestionar mejor el tiempo a lo largo del día, de consensuar con amigos y familiares en qué momentos nos va mejor hacer esas videollamadas, también debemos levantar muros mentales.
¿Qué significa esto? Implica por ejemplo, poner límites a la preocupación excesiva. Es necesario entender que bienestar es saber ser asertivo con los demás, pero también con nosotros mismos controlando aquello que sí está en nuestras manos.
Es cierto que hay cosas que escapan a nuestro control, que lidiamos a diario con la incertidumbre y el miedo. Sin embargo, hay que poner diques a esa mente que anticipa cosas que aún no han ocurrido, a esas ideas que visualizan lo peor e intensifican la ansiedad.
Tengámoslo claro, atender nuestro universo interno es tan decisivo como controlar lo que nos llega desde fuera. El bienestar está en el equilibrio, en saber poner límites, en tener claro qué es lo que más necesitamos en cada momento. Trabajemos en ello.