Saudade, un profundo estado emocional
Saudade es sentir ese vacío que produce la distancia de la persona amada, esa llama que arde en nuestro interior y que nunca será apagada. El profundo viento que nos aviva el recuerdo de nuestra tierra o la melancolía procedente de saber que algo o alguien puede que no vuelva a nosotros.
Saudade es la presencia de la ausencia. El anhelo de algo o alguien que recordamos con cariño, pero que sabemos que será difícil volver a experimentar. Un profundo estado emocional que mezcla las tristezas con los afectos para dejarnos el sabor agridulce de lo que nunca llegará, aunque mantengamos la esperanza.
“Saudade de un hermano que vive lejos.
Saudade de una cascada de la infancia.
Saudade del gusto de una fruta que no se encuentra más.
Saudade del papá que murió, del amigo imaginario que nunca existió…Saudade de una ciudad.
Saudade de nosotros mismos, cuando vemos que el tiempo no nos perdona. Duelen todas estas saudades.
Pero la saudade que más duele es la saudade de quien se ama”.-Miguel Falabella-
Saudade, la grandeza de las lenguas
La ventaja de la existencia de diferentes lenguas nos ofrece la posibilidad de definir en una sola palabra una mezcla de sensaciones y emociones que en otros idiomas no existe. Y eso es lo que ocurre con saudade. ¿Cuántas veces nos hemos sorprendido mirando a la nada recordando con tristeza pero con amor un evento pasado? ¿Quién no ha recordado con enorme tristeza pero un grandísimo amor las caricias y los besos de sus abuelos ya fallecidos?
Ninguna palabra en castellano es capaz de recoger al mismo tiempo el sentimiento procedente del recuerdo alegre que también duele. Algo que sí ha identificado la cultura portuguesa, expresándolo a través del bello término saudade. Una palabra misteriosa cargada de sentido que muchos filólogos y lingüistas han estudiado para determinar su origen sin terminar de ponerse de acuerdo. Por ello, resulta muy difícil llegar a un acuerdo con su significado.
Saudade, una poderosa palabra
Más que algo concreto, esta palabra atesora una colección de emociones y sensaciones que evocan a lo remoto desde las sensaciones del presente . Una esencia que Manuel Melo, escritor portugués describe como “bem que se padece y mal que se disfruta” (bien que se padece y mal que se disfruta).
Saudade es una palabra profundamente emocional que sin duda es difícil atrapar en un único significado.
Por otro lado, desde una perspectiva filosófica, Ramón Piñero describe este término como un estado de ánimo derivado de un sentimiento de soledad. A su vez, las diversas formas de soledad derivan en distintos modos de saudades: aquella que apreciamos en nuestras circunstancias (objetiva) y aquella que vivimos en nuestra intimidad (subjetiva).
Otras explicaciones la relacionan con esos intentos de regresar a esa seguridad básica a través del instinto de muerte, como explica el doctor Novoa Santos, o con el despertar emocional que provoca el lugar de origen. Como vemos, todo un abanico de significados que confluyen en un estado psicológico.
Más allá de la nostalgia
A pesar de que saudade sea identificada como nostalgia o melancolía, la fragancia de su esencia trasciende las paredes de este significado. Sentirla no solo es echar de menos, sino también trascender ese sentimiento para tomar conciencia de la importancia que han tenido determinadas personas y momentos en nuestras vidas. Saber que nada será igual al instante interior y a las vivencias compartidas.
Como hemos dicho, este término alude a ese romper de la ola en la playa de nuestra consciencia. Un batir del mar en el que la ausencia adquiere presente inundando nuestro interior.
Es entonces cuando evocamos a esos ojos con los que no volveremos a conectar, a la piel que jamás rozaremos o al olor del lugar donde crecimos, patio de nuestra infancia, mientras asistimos a la caída tímida, pero constante del sol por el horizonte, haciendo Breda. Saudade es el punto de encuentro entre la alegría del recuerdo y la tristeza de la ausencia.
De esto entienden muy bien los románticos. Porque, como dice el escritor y actor Miguel Falabella, la saudade que más duele es la que procede de la persona por la que el amor no ha muerto. Esa que corresponde al vacío procedente de saber que es imposible volver estar juntos, pero a su vez aceptarlo como destino, recordando lo feliz que fuimos mientras una brisa de tristeza que nos acaricia la nuca.
“La saudade que más duele es la de quien se ama. De la piel, del olor, de los besos. De la presencia y hasta de la ausencia consentida”.
-Miguel Falabella-
Aliviar el sabor agridulce del recuerdo
La saudade duele, pero implica felicidad a través de una de sus aristas porque, al sentirla, trascendemos lo que sentimos. Vamos más allá para recordar la felicidad y sentir la tristeza sabiendo que es imposible recuperar la sensación que un día nos fue placentera.
Es como aprender a saborear la faceta más agridulce del recuerdo. Aquella que integra sus polos más opuestos y encuentra un cierto equilibrio que a veces nos consuela.
“Saudade es esto que sentí mientras estaba escribiendo y lo que tú, probablemente, estés sintiendo ahora después de leer…”
-Miguel Falabella-
En definitiva, saudade significa sentir la vida con cada poro de nuestra piel y aprender a valorar todo aquello que nos rodea. Cada instante, cada detalle, cada persona puede despertarnos este estado emocional que nos coloca entre la pena y la felicidad. Y a ti, ¿cuándo te atrapan las saudades?
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Piñeiro, R. (1984). Filosofía da saudade (Vol. 1). Editorial Galaxia.
- Cortezón, D. (1960). De la saudade y sus formas. Editorial Galaxia.