Se agradece la honestidad de quien es sincero
Hoy en día ser sincero está sobrevalorado cuando, en realidad, debería ser lo más deseable del mundo y el marco idóneo para nuestras relaciones personales. ¿No lo crees? En el momento en el que alguien se expresa con la verdad conseguimos verle sin distorsiones, sin matices, sin puntos suspensivos inesperados.
Y, sin embargo, la mentira difumina y confunde pero, a pesar de eso, nos rodea más de lo que desearíamos. Quizá por miedo, quizá por facilidad, por protección, etc. Sea cual sea la razón demuestra que socialmente es imposible mantener una honestidad completa.
“La verdadera nobleza es caminar toda la vida con pasos que salen del corazón; que tus actos estén de acuerdo con tus ideas, aunque el precio sea alto”
-Rosa Montero-
El poeta Antonio Porchia decía algo así como que cuando el otro y la verdad le hablaban, no escuchaba la verdad, sino al otro. Por eso es tan agradecida la nobleza de aquel que es sincero con nosotros y por eso, también, es bueno que valoremos tanto la sinceridad para con nosotros mismos.
Se agradece quien, a pesar de las diferencias, es sincero
Somos por naturaleza diferentes y eso es fantástico. De hecho, tu mejor amiga tendrá muchas cosas en común contigo, pero será muy distinta a ti y, aun así, os querréis. Entre las distinciones estarán las ideas que tengáis, una forma personal de controlar las emociones y una actitud propia ante las mismas circunstancias.
En este sentido, se agradece tener una persona al lado que nos conozca y busque únicamente nuestro bienestar cuando se dirige a nosotros. Esto es, aunque tenga que comunicarnos la peor noticia que nos hayan dado, necesitamos que con tacto nos sea sincera y no que por amparo nos mienta.
A largo la verdad es una herramienta valiosa para forjar lazos y mantenerlos. Nadie se aleja, se enfada o se derrumba porque nos hayan dicho algo que es cierto, sino por la certeza en sí misma; y, hay certezas que necesitan tiempo. La verdad con el otro siempre es productiva, la mentira en cambio funciona hasta cierto punto.
En este mundo, la sinceridad nos hace especiales
La mentira funciona hasta cierto punto como decíamos. Por ejemplo, piensa en las veces en las que te has mentido a ti misma, ¿es cierto que en el fondo has acabado ganando o, por contra, las consecuencias del autoengaño te esperaban a la vuelta de la esquina?
Podríamos decir que mentir solo produce mentiras sobre mentiras y, con todo, hasta los niños de 3 años lo hacen. De esta manera, alguien que maneja la verdad con honestidad, que sabe cómo, cuándo dar un mensaje complicado es alguien que todos querríamos tener a nuestro lado.
“Tener la satisfacción cuando vas a dormir de que no se te queda nada por dentro, que todo lo has dicho;
has tenido la honestidad de reconocer lo bueno y criticar lo malo.
Yo creo que eso para dormir es el mejor sedante”
-Pablo Milanés-
Mentir en muchos casos es una acción consciente y además es un recurso fácil cuando no queremos enfrentar la realidad. En realidad la mentira es una prestamista de otra realidad que habitualmente a largo plazo termina cobrando unos intereses que no podemos sostener. Por otro lado, la falta de honestidad con la verdad es tan popular entre nosotros que cuando esta existe se vuelve un bien especial y preciado.
Si me dices la verdad, aunque duela, podremos con lo que sea
Por todo lo que hemos comentado, tener alguien sincero a nuestro lado es un motivo de felicidad. Personalmente me siento agradecida y afortunada al saber que cuento con la honestidad de las personas que me rodean. Personas que no van a parar los golpes que me correspondan, pero que sí me van a ayudar a que yo lo pare y jamás me hundan.
Probablemente te suceda lo mismo: sabes que esa gente que te rodea acudirá a ti cuando tenga que transmitirte algo malo y que te dará la posibilidad de enfrentar el posible dolor que pueda provocarte. Es decir, sin impedir que tomes una decisión que te pertenece: la de encajar personalmente los acontecimientos.
“Si dices la verdad -le susurró el monstruo al oído-, podrás enfrentarte a todo lo que venga”
-Patrick Ness, Un monstruo viene a verme-
Si me dicen la verdad y esta no supone un ataque por su parte contra nuestra relación, esa persona sabe que seguiremos adelante superando tempestades: no hace falta que digan que dos fuerzas hacen más que una sin van en la misma dirección.