¿Se puede enseñar la creatividad?
Cuando se piensa en creatividad, viene a la mente la idea de una inspiración espontánea que ha llevado a un artista a crear una obra extraordinaria. Sin embargo, esta capacidad es inherente al ser humano, y aunque en algunas ocasiones surja de forma natural y espontánea, también puede darse mediante un proceso organizado. Por lo tanto, la respuesta es sí, se puede enseñar la creatividad.
El término fue acuñado por Guilford hace más de medio siglo, y aún a día de hoy se sigue manteniendo su definición. Según este autor, la creatividad hace referencia a la capacidad de realizar algo nuevo y valioso.
Esta idea es aplicable a cualquier acción de una persona. Así, uno puede ser creativo artísticamente, a la hora de resolver problemas, de formular una teoría, etc.
¿Es innata o adquirida?
Pocos expertos ponen en duda que, en mayor o menor medida, la capacidad de ser creativos es intrínseca a todas las personas.
Muchos autores creen que, más allá del nivel de partida o la predisposición genética, contamos con oportunidades para aprender a ser originales, flexibles o sensibles, aptitudes fundamentales para la creatividad. Así, la creatividad sería sensible a la experiencia y estaría motivada y reforzada por los retos con los que uno se va encontrando.
Otros autores, en cambio, defienden que todos los niños son creativos por naturaleza. Es sabido que los niños pasan por una etapa entre los 3 y 5 años de constante formulación de preguntas y de pensamiento divergente. Es una fase de enorme creatividad, en la que con el clima y refuerzo apropiado podría mantenerse de por vida. Es decir, para estos otros autores, con la creatividad se nace, pero el problema es que a lo largo de los años se va perdiendo.
Sea como sea, y aunque se trate de un proceso complejo, la creatividad se puede entrenar; por otro lado, todo lo que se puede aprender, puede enseñarse. Para ello, lo fundamental es desarrollar actitudes creativas (imaginación, curiosidad, crítica…), además de la autoconfianza, proactividad, tolerar la frustración y perseverar en el logro.
“La creatividad es contagiosa. Pásala”.
-Albert Einstein-
Según los expertos, la enseñanza de la creatividad debe tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Debe enseñarse desde los intereses del individuo y teniendo en cuenta sus capacidades.
- Hay que utilizar métodos de simulación, consulta y descubrimiento.
- La imaginación y la curiosidad han de estimularse de una forma básica durante toda la enseñanza.
- Tiene que fomentar el uso integrado de diferentes materiales, ideas, métodos y medios.
- Hay que explorar, investigar y experimentar. Básicamente, encontrar nuevos retos y descubrir necesidades y recursos.
- Ha de fomentar la autovaloración y autocrítica, con el objetivo de determinar si el resultado es útil y valioso.
- Adquisición de conocimientos específicos útiles para el proceso creativo.
- Debe enseñar que la creatividad está determinada por la motivación y el esfuerzo.
- Tiene que entrenar capacidades básicas como el lenguaje, la solución de problemas y orientación a metas.
- Fomentar la confianza y la expresión de las propias ideas.
- Y, por supuesto, ha de proporcionar oportunidades para poner en marcha procesos creativos, equilibradas en libertad y estructura.
¿Qué impide ser creativo?
Además de enseñar la creatividad mediante una serie de pautas, es importante tener en cuenta que existen otros factores que pueden obstaculizar la creatividad.
Por un lado, la experiencia de las personas pueden haber reforzado o enseñado esquemas en los que otras formas de actuar o expresión no son válidas. Un pensamiento convergente en el que solo se pueden realizar las cosas de una determinada manera. En este sentido, es importante incidir en la importancia del resultado y el valor añadido que puede aportar seguir un proceso más creativo.
En segundo lugar, actualmente la motivación extrínseca es la más premiada y reforzada, ya que sirve para adaptarse a un medio que sigue unos parámetros cerrados y estables. Por ejemplo, obtener buenas puntuaciones o las felicitaciones de un superior. Sin embargo, para fomentar la creatividad y la imaginación es necesario seguir nuevos caminos, inventar nuevas opciones y para ello será fundamental encontrar y promover la motivación intrínseca.
Por último, la necesidad del ser humano por identificarse con un grupo de iguales, lleva a desarrollar comportamientos y actitudes similares a los demás. Por ello, para fomentar la creatividad hay que partir de una educación que motive la autonomía, permitiendo desarrollar actitudes y rasgos propios y únicos.
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