Secuelas de un brote psicótico
Los síntomas psicóticos producen diferentes alteraciones que se distinguen por la disrupción de la realidad. Aquellos que tienen un brote psicótico presentan este tipo de afecciones por periodos de tiempo breves. Una vez que los síntomas remiten, es clave evaluar las posibles secuelas de un brote psicótico.
Este tipo de episodios son un signo de una serie de problemas que el paciente vive en el presente. Además, dependiendo de las cualidades del brote, el pronóstico puede variar. En cualquier caso, los brotes psicóticos producen malestar emocional incluso después de la remisión de los síntomas.
¿Qué es un brote psicótico?
Un brote psicótico sería un episodio transitorio de psicosis que puede tener distintos orígenes. Aunque este tipo de síndromes pueden surgir durante el transcurso de la esquizofrenia u otros trastornos psicóticos, no siempre es así. Una persona podría vivir un brote sin padecer esquizofrenia y quizá nunca desarrollaría alguna forma de psicosis.
Los episodios psicóticos se distinguen por aparecer de forma abrupta, pero es posible que los factores causantes sean crónicos. Entonces, ¿cómo podemos saber que una persona está pasando por una crisis psicótica? Los síntomas que se observan suelen ser los siguientes:
- Delirios sobre diferentes temas.
- Alucinaciones visuales, auditivas o táctiles.
- Lenguaje y pensamiento desorganizado.
- Movimientos disruptivos como caminar sin ningún rumbo.
- Estado catatónico (el paciente se queda inmóvil y parece no reaccionar a los estímulos).
Causas de un brote psicótico
Conocer las causas de los episodios psicóticos es esencial para entender las posibles secuelas. Dependiendo de los factores que lo provoquen, es posible establecer pronósticos más o menos positivos para el paciente.
Uno de los detonadores más comunes de los brotes psicóticos es el consumo de sustancias psicoactivas. Cuando se usan de forma prolongada, elevan las probabilidades de tener este tipo de episodios. Recordemos que las drogas alteran la función normal del sistema nervioso, por lo que pueden causar dichos cuadros.
Por otro lado, el estrés agudo y el crónico pueden asociarse con experiencias psicóticas. En otros casos, las crisis de psicosis podrían ser un signo de un trastorno psicótico como la esquizofrenia o el trastorno delirante. No obstante, hay afecciones no psicóticas que también pueden presentar síntomas psicóticos como la bipolaridad, la depresión, el trastorno límite de personalidad, etc.
Posibles secuelas de un brote psicótico
Ahora bien, ¿qué podemos esperar tras un brote psicótico? Todo dependerá de cuáles sean los factores que detonaron el episodio. En un sentido general, una de las secuelas de un brote psicótico es el malestar que conlleva recibir este diagnóstico. En un artículo de Valencia (2014), se plantea el duelo que atraviesan los pacientes que se diagnostican con alguna forma de psicosis.
La evidencia sugiere que la psicosis genera un proceso de duelo, ya que se viven varias pérdidas. Por ejemplo, el paciente podría sentir que perdió su “normalidad” o su “salud mental”. Recordemos que las crisis psicóticas pueden ser la primera alerta de un trastorno mental. Tener que ajustarse a esta nueva situación supone un reto para el paciente y su entorno social, ya que crea cambios en la vida.
En los casos de abusos de sustancias, la crisis podría ser un indicador de deterioro cognitivo grave y de procesos psicológicos alterados. A largo plazo, la capacidad para hacer ciertas cosas puede disminuir y generar dificultades.
Actividades, como estudiar una carrera o desempeñar algún trabajo, si bien no serían imposibles, supondrían más problemas que a otros. Por otra parte, la terapia con antipsicóticos, antidepresivos o ansiolíticos puede tener efectos secundarios indeseados en algunos pacientes. Síntomas, como las taquicardias, el aumento de peso o la obnubilación podrían mencionarse como secuelas de un brote psicótico y su tratamiento.
Es importante mencionar que si se recibe la atención necesaria, el pronóstico mejora. La terapia psicológica, los fármacos y el apoyo social reducen la probabilidad de padecer otro episodio en el futuro. Y si se trata de un trastorno psicológico, favorecen la remisión de los síntomas y la funcionalidad del paciente.
Tratamiento de los brotes psicóticos
Las personas que experimentan crisis de psicosis necesitan ser internadas en centros hospitalarios apropiados. Durante este tipo de episodios, aunque no es común, el paciente puede tratar de dañarse a sí mismo o a otros. Por lo tanto, es esencial que estén en un entorno controlado en el que se puedan prevenir esos escenarios.
Después, se puede iniciar la intervención farmacológica si se percibe alguno de los peligros mencionados. Es posible que el paciente deba seguir consumiendo los fármacos durante algún tiempo, incluso después de que pase el brote. A partir de ahí, el psicólogo o el psiquiatra a cargo evaluará la situación del paciente. De esta forma, se podrá determinar qué causó la crisis y si es consecuencia de un trastorno psicológico.
De ser así, entonces se planificaría una intervención; en ella suelen incluirse fármacos, pero también terapia. Asimismo, sería bueno hablar con las personas del entorno de la persona sobre lo que pueden esperar de ella y cómo actuar en situaciones que pueden ser complicadas.
Para finalizar, se debe mencionar que todas las personas somos propensas a padecer crisis psicóticas en algún momento. Por ende, la clave es la prevención, practicando buenos hábitos de salud física y emocional.
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- Valencia Agudo, Fátima. (2014). Duelo y recuperación tras el inicio de la psicosis. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 34(121), 9-20. https://dx.doi.org/10.4321/S0211-57352014000100002